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Mostrando entradas con la etiqueta #microrelato. Mostrar todas las entradas
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martes, 17 de mayo de 2016

El que calla otorga

Un certero párrafo se clavó en mi mente y allí anidó con la loca intención de hacerlo a perpetuidad. 

¿Certero?

“El que calla otorga” 

Decía aquél cartel colgado en la más cutre de las paredes, y desde entonces no he parado de darle vueltas para lograr comprenderlo en su totalidad.

“El que calla” 

He de confesar que siempre he sido muy callada.

Siempre me ha costado hablar… 

Pero de ahí a “otorgar”… 

¿Otorgar el qué?... 

¿Qué tengo para otorgar?...

¿A quién le interesaría que yo otorgase?...

Mis visitas son recibidas una única vez, y  nadie muestra interés en hablar conmigo.

Consideraría una falta de respeto, oír... 

- ¡Hola, Muerte, otórgame algo! -

Es que…

Relato finalista y seleccionado para figurar en un libro de micro-cuentos Se han seleccionado 197 entre 3500 micro-cuentos.

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martes, 10 de mayo de 2016

Y... Sonó el Despertador

Vivía la experiencia más grande de mi vida; no había podido dormir en toda la noche.

Todo se desarrollaba a velocidad de vértigo. 

Deseaba que acabase todo, y temía llegar al final.

Mi mente volaba como nunca, ávida de más y más acción. De más y más detalles, de más y más verdades.

Me sobresaltó el timbrazo del despertador, que interrumpió bruscamente la escena cuando....

La inexorable hora de acudir al trabajo, me obligó a cerrar el libro.

Este microrelato, ha resultado finalista en el concurso Libripedia

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martes, 5 de abril de 2016

Pero qué me pasa?

No entiendo qué me pasa, pues me acabo de despertar… Recuerdo haberme acostado ayer a las 22.00 horas y me he despertado ahora, he mirado el reloj y son las nueve y cuarenta y cinco. Está todo tan oscuro...

Ésto indica, que han pasado cerca de veinticuatro horas desde que me quedé dormida.

Siempre he padecido una ligera fotofobia ante los bruscos cambios lumínicos, sin embargo, se ha exacerbado, he intentado encender la luz y además de cegarme, he tenido sensación de quemado en mis ojos, me ha sorprendido además, que puedo ver bastante nítidamente en la oscuridad.

No recuerdo demasiado bien qué pasó ayer… ¿La fiesta?… ¡Había una fiesta!… No recuerdo de qué… ¿Salí de allí? No recuerdo bien... con quién ni cómo, ni qué hice después… salvo que miré el reloj antes de quedarme dormida.

Ha sido una noche extraña… Me desperté con el pelo hacia arriba, tal y como se podría poner si hubiese dormido boca abajo… Me refiero a… "colgada por los pies".

Tengo que beber o comer algo... me siento desfallecida.

Me cegó por segunda vez, la luz del frigorífico al abrirle para coger un vaso de leche.

A tientas, con los ojos cerrados, noté un frescor tropezar con mi mano. Lo cogí. Cogí un filete de hígado crudo que reposaba sobre un plato. 

Lo lamí con avidez, necesitada del líquido sanguinolento que rezumaba.

Noto algo extraño dentro de mi boca. Algo puntiagudo...

Me corté la lengua al pasarla por entre mis dientes, al notar que sobresalían de mis labios sendos colmillos, que venían a clavarse sobre mi labio inferior. 

Estoy muy asustada...

Es extraño… noto mis ojos más grandes, como redondeados.

-Debo habituarme a la luz.

-Encenderé una pequeña vela.

-Si voy acostumbrándome poco a poco….

-Necesito veme en un espejo.

-¿Qué diantres tengo en el cuello?

-Son dos heridas punzantes, longitudinales y simétricas...

-Lo extraño es que no me duelen...

-Es como si me hubiese mordido una serpiente...

-Porque... ¡Los Vampiros no existen!...

-¿Los Vampiros no existen?...

-¿Me han crecido las uñas?

-¡Qué confusión!

-¡Qué pánico!

-¡Por fin, un espejo!...

-¡Aaaahhhhaaaaahhhhahhhahhaaaaa!!!!

-¡Qué susto!

-¡Ahora lo recuerdo todo!

-¡Temí no reflejarme en el espejo!

Ayer tuvimos la fiesta vampira, bebí y me quedé dormida o perdí el conocimiento cuando me colgué en la lámpara del techo. 

Debí caer, y alguien me recostó sobre el sillón  dejando mi cabeza colgar y mis pies hacia arriba (supongo que me permitieron conservar la misma postura que tenía cuando me colgué de la lámpara) O pudiera ser que lo de la lámpara lo haya soñado? O no? He alumbrado hacia arriba con la vela y ahí hay un zapato de tacón que... ¿es mío?...

Formando parte de la decoración pintado en la pared, hay un reloj que marca las 22.00 horas. 

-Quizá debería abrir las persianas...





Te ha gustado? Puede que te guste mi novela 
"Las Vacaciones que iluminaron mi Vida"
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sábado, 12 de diciembre de 2015

Esta misma mañana...

Esta misma mañana, he podido descubrir al otoño cabalgando sobre las áridas aristas del futuro.
Sin cogollos de hojas verdes, sin retoños, sin vistas de brotes recientes, que inunden al mundo con el color del mar de la esperanza.
Esta misma mañana, he revivido primaveras pasadas, que lucieron cuajadas de preciosas flores prometedoras, que hacían renacer los campos de brillos multicolores.
Hoy, se hallan marchitas, caducas, deshojadas...
Bellas flores, que por bellas, jamás fueron apreciadas.
Atrás quedan veranos de cálidas maravillas a orillas de las playas.
Hoy las playas, nos devuelven angelitos en la arena, procedentes de otras aguas.
Recuerdo dejar atrás gélidos, helados inviernos, rodeando a pequeñas estufas, en pequeñas mesas colocadas, y al amor de la lumbre, la familia congregada.
Cuando ahora nos calientan rumores negros  de metralla.
Cuando ahora, es la muerte quien se asoma a las pantallas, dejando atrás noticias de amores. Esos que han de ser, los que enciendan bellas llamas. 
Esos que deben cuidar el futuro, ondeando la bandera del amor. 
Sin más armas.
Esos, que deben velar por los cuerpos y las almas.
Amores, sí… Amores.
Amores hacedores de vida, de luz, de amor... 
Y... De nuevas esperanzas.

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sábado, 28 de noviembre de 2015

Maternidad

El Supremo Hacedor, 

cansado ya de crear, 

decidió transferir su  poder de dar vida aquí, 

en la Tierra.

Pensó  para ello, sin dudar ni un único instante... 

En ellas. 

En las mujeres.

Resolviendo así, igualarlas a Él. 

Concediéndoles ser diosas creadoras de vida. 

Convirtió Dios a las mujeres, 

en el más valioso receptáculo de amor. 

Legándoles para ello... 

Maravilla de las Maravillas. 

El don supremo de la maternidad.


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MicroRelato Finalista y  elegido para formar parte de una selección entre los mejores presentados y formará parte del libro "Ellas"


sábado, 31 de octubre de 2015

Un micro de Halloween


Nuestros vampíricos colmillos, se vieron enredados en nuestras lenguas, convirtiendo dulces besos de amor, en tragos de espesa y roja sangre, que rauda fluía a través de dientes, traspasando la frontera de los labios, y convirtiendo besos, en una  macabra y deliciosa orgía de fresca, y sabrosa sangre.





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martes, 20 de octubre de 2015

Te amo tanto...

     ¿Tienes Miedo Adela?
     ¿De ti?
     ¿Por qué iba a tener miedo?
     He cambiado tanto…
     Cambiado o no… Sigues siendo tú.
     ¡El mismo de siempre!
     Mi amor… Mi vida…
   El único cambio que advierto, es que estás más delgado…
     ¡Pero qué tonterías preguntas!
    ¡Sabes que te amo desde siempre y para siempre!
    Sabes que eres y serás eternamente, mi único y verdadero amor.
    ¡Déjate de tonterías y ven aquí, junto a mí, muy cerquita!… ¡Verás como sentiremos nuestro amor, como siempre lo hemos sentido!--
     Mujer… Sabes que desde lo sucedido… tengo dificultades para mantener el amor erguido y firme como antes…--
     No importa, Vida mía. Estamos juntos… Eso será más que suficiente para mí.--
     Está bien amada mía. Cogeré tu cintura. Me pegaré a tu espalda. Sentiremos así nuestros cuerpos en contacto… No habrá nada que pueda superar el placer de rozarte.--
     ¡AAAAaaaahhHHH!!!!--
     ¿Qué pasa mi vida?
     ¿No decías que no te asustaba?
     ¡Ella!!!!
     ¡Vaya!
     ¡Albertina!… Dije que podías venir si permanecías oculta 
     Cálmate… Adela… Pero si tú la conoces…
     ¡Albertina, la de la casa grande!
    ¿Recuerdas?--
     ¡Pero si Albertina, está MUERTA!!!--
     ¡También yo lo estoy. Vida mía!
     ¿Recuerdas el accidente?--
     ¡No!!!!
     ¡No quiero perderte!!!!
     Te amo tanto...--

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martes, 13 de octubre de 2015

El viaje


El viaje prometía ser lo mejor de nuestras vidas, lo habíamos esperado durante tanto tiempo... 
En el avión llevábamos únicamente lo más necesario. 
No necesitábamos más que unas cuantas prendas, Nos teníamos el uno al otro y... ¿Para qué necesitábamos más? 
El portátil y la cámara fotográfica, que perpetuarían las maravillas que el paisaje y los buenos ratos de compañía nos brindasen. 
Pocas eran las horas de casados y aquello pintaba bien... 
¡Muy bien!
Sería esta la primera vez que estaríamos juntos, repartiendo nuestro tiempo con nosotros mismos, sin importar nada más... 

__¡Cuánto deseaba que llegase por fin este día Luis de mi alma!

__ Estaremos juntos para toda nuestra vida y jamás me alejaré de ti.

Musité al oído de mi recién marido que dormitaba apoyando la cabeza en una almohada pegada a la ventana del avión, hallándose la inclinación de la cabeza, hacia el lado opuesto con respecto a mí.
Guardé silencio para no perturbar su descanso, pensé además que sería bueno descansar para llegar con fuerzas a nuestra soñada Luna de Miel.
*
La señorita azafata preguntó: 

__Don Luis... -
__¿Desea usted algo? -
En la cara de mi marido, se dibujó una complacida sonrisa.
Le miré, y rápidamente volví la vista hacia la azafata.
Vi a ésta, que introducía algo parecido a una misiva en la mano de mi esposo...
Quiso el destino que aquél viaje fuese el principio del fin de mi vida, mi amor y mi felicidad…

La misiva rezaba así:

Amado Luis, te espero. 
Recuerda que estaré en el hotel a las tres. 
Te amo.
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Este relato, ha sido seleccionado para aparecer en un libro sobre relatos de desamor. 

lunes, 12 de octubre de 2015

La Lluvia en los cristales



Tintineaba la lluvia en los cristales mientras Esther, sentada frente a la ventana, leía un primaveral libro cuajado de dibujos florales, mariposas, y luz, mucha luz.


La luz era tan importante...


Al cerrar los ojos veía aquél maravilloso sol luciendo en un cielo claro, y limpio de nubes que aliviaba su alma y todo su ser, permitiéndole respirar, llenar de aire sus pulmones encogidos e intimidados. 

Se imaginaba en aquel sueño despierta, corriendo por un prado lleno de bellas y perfumadas flores multicolor, o tumbada al sol en una plácida playa.


La inundación destrozó uno a uno todos sus recuerdos.

El tintineo de la lluvia habitaba cual tortuoso taladro en su cabeza.

Necesitaba soñar.

Necesitaba  soñar un sol radiante en medio de un cielo vestido de la más resplandeciente y bella luz de un delicioso verano.

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Este relato ha sido seleccionado para aparecer en un libro de relatos, en el que debía aparecer la palabra "lluvia" 

domingo, 11 de octubre de 2015

Huye!!!

El ojo de la cerradura penetró en mi ojo como un terrible proyectil.

Escuché ruidos y extraños jadeos al regresar a casa, que procedían del interior del dormitorio. 

Tremendamente extrañado, mi primera intención, fue mirar a través del cierre, con la mala suerte, de que la puerta se abrió en el mismo instante en que coloqué mi ojo frente al "ojo" de la cerradura, inclinando para ello mi cabeza, todo cuanto daba esta de sí, pegando además la nariz a la puerta, con mayor presión de lo que pude pegar mi ojo.

El brutal golpetazo, destruyó mi nariz. Penetró en mi ojo el cierre de la puerta. Caí al suelo, clavándome al caer en mis espaldas y a la altura de las lumbares, un tope anclado al suelo que servía para sujetar la puerta en los días de viento. 

Todo esto, me produjo una tremenda conmoción, dejándome alelado y fuera de combate. Tirado tan largo como soy en el helado y duro suelo del pasillo.

Mi esposa, palmeaba mi cara a la vez que... 

¡Escondía a un hombre tras de sí! y musitó en un tono casi inaudible:



—¡No te ha visto! -

__¡Y no puede verte!... - 

__¡Huye! -


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jueves, 8 de octubre de 2015

Te esperé despierta...

Te esperé despierta,

Y te besé en los labios,

Antes que despertaras,

Contemplé la divina luz,

 De tu divina cara,

Me quedé aquí,

Contemplando tus ojos,

Esperando besarlos,

En cuanto despertaras,

Y que fuesen mis labios,

la primera imagen,

 Que el día te regalara.

Esperé en silencio,

Para que ningún sonido,

 Tu quietud truncara.

Antes de abrir los ojos,

Tendiste hacia mí los brazos...

Y quedé envuelta.

En tu bellísimo amor,

En esta bella mañana.


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martes, 15 de septiembre de 2015

Yo, sólo amasaba empanada!!!


El bate, se resbalaba de sus manos pringosas;

se encontraba solo, en la cocina, amasando empanada.

Un ruido furtivo le sobresaltó desconcentrándole...

Lo del bate, fue algo instintivo…

Giró su cuerpo hacia el lugar de procedencia del estruendo,

mientras se aferraba al bate con ambas manos…

un segundo después, su amada María caía inconsciente a unos tres metros de él.

Espantado e incrédulo, clavó su mirada, en sus manos vacías...

El bate, testigo mudo de lo acontecido, yacía al lado de ella; una muñeca de porcelana

contemplaba la escena impertérrita, tendida en el suelo, a la altura de su cintura.

Una gota de sangre, asomaba de ambas cabezas dormidas, aunque...

"sólo una de ellas, podía sangrar".

Él, contemplaba sus manos vacías incrédulo, sin saber qué pensar, y como única disculpa; gritó:

¡Yo, solo amasaba empanada!

Repitió a modo de consuelo, y disculpa por lo allí acontecido aquella mañana que amaneció

tranquila, como habría transcurrido cualquiera de las mañanas de todos sus días vividos.

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miércoles, 3 de junio de 2015

El Sistema Solar

La inquisición no tardará en llegar.

Gritó Hernán  desde la puerta, sembrando el pánico entre los componentes de la reunión.

A toda velocidad, guardaron la bola redonda que representaba el planeta Tierra, el rudimentario sol.

La bola roja que representaba a Marte, pendía de un cordel junto a sendas bolas representantes de Venus, Júpiter, Saturno y Mercurio  que a distintas alturas, estaban representados circundando al sol, en una burda imitación del Sistema Solar, junto a todos los planetas entonces conocidos.

Temiendo ser descubiertos y esperando que alguna vez esto pudiera ocurrir, simularon todos los presentes un rezo de un rosario diciendo todos al unísono:

¡Amén!

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Nº Rg 9DLL-DIQY-IGP7-AUA6

martes, 10 de febrero de 2015

MESA PARA DOS

Este San Valentín, no iba a fallar, sería el mejor de todos los catorce de febrero que habían pasado juntos.

La mesa estaba preparada hasta el último detalle con todo lo que a ella le gustaba. Dos hermosas velas rojas en forma de corazón lucían en el centro unidas por un lazo dorado en representación de su férreo amor infinito, que dejaría consumir durante la cena, en representación de su amor, hasta el último aliento de vida.

Dos globos rojos, se alzaban en busca del cielo desde el respaldo de una silla. Había doblado las servilletas rojas formando un corazón y las había colocado sobre un liso plato negro, buscando sublimar el color del amor.

Subido a una silla contempló la mesa desde arriba para cerciorarse de que no faltaba ningún detalle y únicamente movió una copa que creía, había quedado ligeramente desplazada hacia la derecha.

Soñaba con su aliento convertido en cálidos susurros deleitando sus sentidos a través de los oídos. Soñaba con sus manos recorriendo su espalda entre alientos y suspiros. Soñaba con el cruce de miradas para unirse en silencios compartidos. Soñaba, sí, soñaba… Soñaba con rozarla, con sentirla, acariciarla, con tenerla aquella noche para sí eternamente.

Qué poco quedaba ya para aquella cita completa y repleta de amor compartido.

Miró el reloj. ¡Las ocho!

Sus pulsos se aceleraron, su corazón se volvió loco. Las manos se salieron de control, temblaban de ansiedad a una velocidad inmanejable.

Salió corriendo hacia la habitación contigua y arrastró una pesada silla rodeada de cinta adhesiva. Una melena negra caía pesadamente por su respaldo. La inclinación, dejaba ver parte de un rostro de mujer surcado por ríos negros de maquillaje corrido.

¿Ves lo mucho que te amo? Susurró mostrándole la mesa.

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