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miércoles, 23 de octubre de 2019

Encuentro Poetas de Ahora en el que participo

En el Macro Encuentro de Poetas de Ahora

Orgullosa y agradecida de participar con vosotros un año más. 

Mil gracias amigos Poetas...

Si queréis, podréis ver el acto en este enlace:

lunes, 21 de octubre de 2019

No te detengas En homenaje a Walt Whitman

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros “poetas muertos”,
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “poetas vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.

Walt Whitman

sábado, 19 de octubre de 2019

Un libro de Enrique Montiel; reseñado por Juan Rafael Mena "La Carta del Cielo"

Reseña de "La Carta del Cielo" De Enrique Montiel 
Realizada por Juan Rafael Mena.

Ediciones El Gallo de Oro, 2019

 Hay libros de poesía que se apoyan en la métrica tradicional y permanecen en un registro que vinculan al libro en cuestión con recurrencias a una temática consabida en la poesía más o menos vigente. 

Sin embargo, nos encontramos a veces con otras obras en la que tanto la estructura versal como su contenido pueden alejarse de los textos poéticos aludidos antes. 

Con lo tenido en cuenta, nos atrevemos a considerar que lo importante es que el autor esté enamorado de la palabra, mejor dicho, de la palabra que gotea poesía, de la palabra fresca como una rama recién llovida del rocío mañanero. 
Este es el caso de Enrique Montiel, narrador y periodista en ejercicio, cuyo forcejeo con el lenguaje, como en el poema de Bécquer (“domando el rebelde, mezquino idioma”) ha caído siempre, como en un pulso, hacia el lado de la poesía. 

Ahora bien, su búsqueda en esta hermosa selva de los recursos se ha orientado más bien hacia el concepto que hacia la imagen. Y es que en Montiel la palabra va soldada a la sinceridad, no a la especulación estética. 

 Desde el “Fragmento de la Carta del Cielo”, poema dedicado a su padre, el autor va hilvanando retazos de sentimientos en los que se entretejen experiencias diversas como una unanimidad universal, hasta el poema “Consuelo”, donde creo que culmina el libro. 

 Todo cabe en este poemario como en una sinfonía en la que predomina un Bajo continuo, que es corazón. 

 Versos hay que pueden dar testimonio de esta observación: “…es esta mano /cuando sufres/que pongo en tu hombro/ este beso que te doy en la mejilla/ el curativo abrazo/ y la mirada/de consuelo”.

 Podríamos decir con aquel título de Vicente Aleixandre, que este libro es la historia del corazón del autor. 
 No en vano esos versos citados forman parte de un poema dedicado a su hija May. Una trasposición de una Carta astronómica —una parte del cielo—, a una carta donde el cielo está humanizado, imposible aquí de medir por un Observatorio: 

 “lo imposible de medir/ con el metro de París/ como las emociones/ o las distancia exacta de un recuerdo/ el sonido de tus palabras…”. Enrique Montiel, que ha escrito páginas espléndidas (siempre llenas de experiencia de la vida y, por ello, de humanidad) de narrativa y artículos en Diario de Cádiz, aquí nos muestra la Carta de su vida. 

Quiero decir, de su alma impregnada de cuanto le rodea: mundo, cultura, dolor por la injusticia y amor.


Publicado en el blog de #AbuelaTeCuenta con el permiso de ambos autores

sábado, 12 de octubre de 2019

¡Me lo prometiste!!!


—¡Me prometiste la luna!

—¡Mujer!


—¡Ni mujer… Ni san mujer…


Me prometiste la luna, y quiero… su resplandor a mis pies!


—¡Pero… María… La luna!


¿Cómo la he de traer?


—Eso… será cosa tuya…


¡Estoy más que harta, de prometer… prometer!


¡Me has dicho que la luna… y… eso quiero… ya lo ves!—


Y… va Juan a comprar telas, del derecho y del revés…


Y confecciona una luna, en la que se ha de meter…


Con ojeras, y distante, cara de deprimida, un tanto descolorida, 

amargadita y tranquila, dolorida, tropezada sin traspiés…

—¡Ea, aquí está tu luna!


—¡Ojú, qué cosa más fea!


—¡Pues confórmate María!


¿Ves su cara; sus ojeras, y esa raya de pena, que la atraviesa de 

veras del corazón a las venas?

¿La ves, querida María?


¿La ves, y no te da pena?


¡Es mi cara! Y un reflejo de mi tristeza y condena!


¿Cómo no voy a querer darte a ti la luna?


¡La luna, un diamante, para ti sola una almena, como princesa en mi luna, como suspiro en la arena!


¿Pero no ves que soy tuyo


Que para mí no hay más luna, que tu voz en la mañana, que el tenerte aquí, a mi vera?


¡Anda, ven, ven conmigo!


¡Ven aquí, que yo te quiera!

martes, 8 de octubre de 2019

Baño de luna

Me he bañado de luna
para llenar mi paisaje,
de nubes de mil colores.

Y me revolqué desnuda,
en campos, llenos de flores…

Me solté de amarguras
deshice, mi mal de amores…

Borré de mi alma una bruma,
que solté entre las flores.

Y… regresé perfumada…
de luna, nubes y flores.

©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
@AbuelaTeCuenta

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Gracias.
https://www.amazon.es/l/B00QFT2T7C

A José Oneto.


Hoy me visto de recuerdos,
en este día de duelo,
en que pierde a un hijo
La Isla;
Hoy, he vestido el recuerdo...

Recuerdo aquella mañana
en que por vez primera
puse mis pies en tus suelos
leonados,

recubiertos de salinas...
Lucía un cielo de abril
sin nubes, de solo azúl
y mi alma, llena de vida.

Y... de pronto, una casa,
con un patio y una verja,
pequeña, pero bonita...

"Aquí vive José Oneto";
Y... yo, que no soy... curiosa
Miré puesta de puntillas
por ver si allí, en la casa
Allí mismo, le veía.

La calle Real, el paseo,
me ha acercado la imagen,
de una persona grande
que paseaba sencilla.

Hoy, se ha levantado el viento,
para alzarse en un lamento
de aflicción, en toda tu Isla.
Por un hijo predilecto...
Pepe Oneto; periodista, de la Isla.


©Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta

A mi desde siempre admirado Jose Manuel Oneto Revuelta

Con todos mis respetos; Mercedes Del Pilar Gil Sánchez

lunes, 7 de octubre de 2019

Ángel Torres Aleu Poeta con pinceles


Hasta siempre querido amigo, Ángel Torres Aleu

Este poema te lo escribí un día, hace ya tiempo... y te gustó mucho. Hoy te recuerdo en él querido amigo. Con todo mi cariño, Poeta con pinceles...

Para ti, poeta con pinceles, para el pintor de La Isla; para el pintor de La España… El poeta más torero, el pintor de los naranjas.

Para ti, Ángel Torres, de una bruja contadora, que un día perdió su escoba, leyendo en tus colores.
En matices soñadores, de tus cuadros y tus tablas.


Nació ángel luminoso

llegó cubierto de albor

con su mano de pinceles

convirtió los cielos en sol.


Reflejos anaranjados

en verdes prados tiñó…

Para cada cielo, un tono,

para cada tarde un sol.


Verdes de olas marinas,

verdes, creciendos de algas,

de musgos humedecidos…

y cardos verdes, floridos...


Obstinas pintar al viento

aire, que mueve al aire,

en velas, por aire sopladas

de velas blancas veladas.


Te abriste a marinas

Pescadores, marineros,

a sus barcos y barcazas,

en jornadas trabajadas.


Te cubriste de torero

de brillantes amarillos

en volar de capotadas,

con luces, de seda y grana.


Un Ángel con sus pinceles…

Rebosa de amor tu alma

y en tu risa generosa,

canta de amor, tu mirada.


Para plasmar en tus lienzos

que reviven con tu gracia,

y deslumbran de alegría

la soledad de las playas.


San Fernando te fascina.

Es tu ciudad y le cantas...

Cantares, de pinceladas

A sus calles y sus gentes


Cantas a sus bellas playas

a sus campos y caminos…

a su luz, de mediodía,

y sus puestas coloradas


©Mercedes Del Pilar Gil Sánchez

que con pena, hoy te canta.