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domingo, 7 de octubre de 2018

Victor B. Gárate "Una ártabra haciendo buena literatura"



MERCEDES DEL PILAR GIL SÁNCHEZ. UNA ÁRTABRA HACIENDO BUENA LITERATURA.


La verdad es que digo ártabra y no ferrolana, porque de su biografía solo puedo afirmar que es española, gallega y de la provincia de la Coruña. Espero que Juan Gil Nieto, me aclare ese dato, que este si sé yo que es de Ferrol de toda la vida. No quiero yo extrapolar por ignorancia. Esta es mi opinión que lleva implicita y explicitamente mi mas cariñosa recomendación de lectura:

"Las vacaciones que iluminaron mi vida" es una novela que ofrece generosamente al lector un estado de libre y abierta capacidad para apreciar los matices de los constantes y variados estímulos que genera. 

Una literatura que refina nuestra sensibilidad, multiplica nuestro placer y nos hace cómplices conscientes de nuestro poder para imaginar cosas que son falsas y que sutilmente también nos recuerda que tan solo son las verdaderas las que podemos llegar a entender. 

La sensibilidad y el sentir son puestos por Mercedes Gil en el mismo umbral y al mismo nivel, una verdadera delicia para los sentidos que van de una a otro sin ninguna prisa, sin apuro alguno, recreándose . 

Al finalizar la lectura recordé una frase de Aristoteles, quien decía: "no hay nada en el intelecto que no haya entrado antes por los sentidos". Y este recordatorio no fue casual. Es que después de mucho tiempo y gracias a esta lectura he vuelto a confiar en mi capacidad de percibir los detalles, los matices de lo real. 

V.B.G. sep. 2018

 Muchas gracias Víctor B. Gárate por tu comentario. 
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jueves, 3 de diciembre de 2015

Ausencia


Es en las cosas sencillas,

que noto en mi vida tu ausencia.

Añoro en los desayunos, 

tu taza junto a la mía, 

sobre el mantel, en la mesa.

Tu cepillo unido al mío,

tus gafas en el estante, 

tu pantalón en la percha.

En estas pequeñas cosas, 

noto mi vida, tu ausencia.

Y en los momentos más grandes, 

que son las cosas más nuestras.

Tu vacío en nuestra cama, 

tu amor que me envolvía, 

y me abrigaba por entera.

Poder decir amor mío, 

oír tu voz, descubrir que tu calor...

Es sentirte… Eres tú… 

Es… Reclamar tu presencia.

Copyright © 2015 AbuelaTeCuenta All rights reserved 

Obra "Finalista y Seleccionada" para aparecer en el libro "El Dolor de la Ausencia"





jueves, 22 de octubre de 2015

Un relato de terror


Hacía ya veinte minutos que el reloj de la plaza mayor había dado las cuatro de la tarde, mi estómago no paraba de retorcerse buscando en sus propios jugos algo que digerir. Tengo un estómago muy activo, le gusta digerir y formar bolo con frecuencia, aunque nunca he comprendido para qué. 

Para qué sirve tanto trabajo vano, tanto movimiento para triturar lo triturado, para remover lo ya removido, para separar lo que he bebido de lo que he comido… 

¡Para terminar expulsándolo todo! 

Para volver a pedir alimento y volver a comenzar el mismo proceso. 

¡Yo pienso que esto es vicio!

Es vicio estomacal.

Comencé a caminar hacia una bocadillería.

Estaba cansada.

 ¡Que esa es otra!

¡Los caprichos del susodicho!

¡Si no le doy de comer me castiga con cansancio y mareo!

Así que he de darle "madera" para entretenerle o para que trabaje, (si es que quiero no desmayarme)

“Bocadillería la hartulenta” se llamaba el establecimiento.

Señalé un bocadillo de jamón y queso muy apetitoso (ya que he de darle alimento, al menos que sea de mi gusto y disfrute con sus mordidas y posterior masticado)

Asomaba del pan una larga lengua de jamón en la que se montaba como a caballo una lonsha de queso.

La dependienta me lo envolvió introduciéndolo en una bolsa de papel, muy rápida y diligente.

Nada más salir de la bocadillería, me senté en un banco de la Plaza Mayor y casi tan rápida como la dependienta, lo envolvió, desenvolví mi bocadillo.

Comprendí enseguida las prisas de la dependienta.

El único jamón que contenía el bocadillo era el que mostraba en forma de lengua, permaneciendo el pan vacío de todo rastro de jamón o de cualquier otra sustancia que no fuese el propio pan. (No hubiera venido mal un poco de tomate o de aceite). 

El queso que asomaba, era también el único queso que contenía el bocata, el grosor de ambos productos, era menor que el del folio en el que ahora estoy escribiendo.

El dilema que me surge ahora es que si se trataba de:


¿Un engaño para mí? 

¿O un engaño para mi estómago?

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martes, 13 de octubre de 2015

El viaje


El viaje prometía ser lo mejor de nuestras vidas, lo habíamos esperado durante tanto tiempo... 
En el avión llevábamos únicamente lo más necesario. 
No necesitábamos más que unas cuantas prendas, Nos teníamos el uno al otro y... ¿Para qué necesitábamos más? 
El portátil y la cámara fotográfica, que perpetuarían las maravillas que el paisaje y los buenos ratos de compañía nos brindasen. 
Pocas eran las horas de casados y aquello pintaba bien... 
¡Muy bien!
Sería esta la primera vez que estaríamos juntos, repartiendo nuestro tiempo con nosotros mismos, sin importar nada más... 

__¡Cuánto deseaba que llegase por fin este día Luis de mi alma!

__ Estaremos juntos para toda nuestra vida y jamás me alejaré de ti.

Musité al oído de mi recién marido que dormitaba apoyando la cabeza en una almohada pegada a la ventana del avión, hallándose la inclinación de la cabeza, hacia el lado opuesto con respecto a mí.
Guardé silencio para no perturbar su descanso, pensé además que sería bueno descansar para llegar con fuerzas a nuestra soñada Luna de Miel.
*
La señorita azafata preguntó: 

__Don Luis... -
__¿Desea usted algo? -
En la cara de mi marido, se dibujó una complacida sonrisa.
Le miré, y rápidamente volví la vista hacia la azafata.
Vi a ésta, que introducía algo parecido a una misiva en la mano de mi esposo...
Quiso el destino que aquél viaje fuese el principio del fin de mi vida, mi amor y mi felicidad…

La misiva rezaba así:

Amado Luis, te espero. 
Recuerda que estaré en el hotel a las tres. 
Te amo.
Copyright © 2015 AbuelaTeCuenta All raights reserved
Este relato, ha sido seleccionado para aparecer en un libro sobre relatos de desamor. 

domingo, 11 de octubre de 2015

Huye!!!

El ojo de la cerradura penetró en mi ojo como un terrible proyectil.

Escuché ruidos y extraños jadeos al regresar a casa, que procedían del interior del dormitorio. 

Tremendamente extrañado, mi primera intención, fue mirar a través del cierre, con la mala suerte, de que la puerta se abrió en el mismo instante en que coloqué mi ojo frente al "ojo" de la cerradura, inclinando para ello mi cabeza, todo cuanto daba esta de sí, pegando además la nariz a la puerta, con mayor presión de lo que pude pegar mi ojo.

El brutal golpetazo, destruyó mi nariz. Penetró en mi ojo el cierre de la puerta. Caí al suelo, clavándome al caer en mis espaldas y a la altura de las lumbares, un tope anclado al suelo que servía para sujetar la puerta en los días de viento. 

Todo esto, me produjo una tremenda conmoción, dejándome alelado y fuera de combate. Tirado tan largo como soy en el helado y duro suelo del pasillo.

Mi esposa, palmeaba mi cara a la vez que... 

¡Escondía a un hombre tras de sí! y musitó en un tono casi inaudible:



—¡No te ha visto! -

__¡Y no puede verte!... - 

__¡Huye! -


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viernes, 18 de septiembre de 2015

Un granito de avena

Esta mañana temprano,
Un pajarito llamó a mi puerta.
¿Qué deseas pajarito?

Algo de pan y un poquito de avena,
He de llevarlo a mis niños,
Que en el nido, pían de pena.

Le vi llegar confiado,
Con su piquito pintado,
De amarillo y negra gena.

Me fijé que su plumaje,
Era de miel y canela.
No temas mi pajarito,

Habrá para ti, lo que quieras.
Lo que deseen tus niños,
Para comer, o a la cena.

Feliz, partió el gorrioncillo,
Llevándose en el pico,
Un muy pequeño granito,

De una muy pequeña avena.

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miércoles, 16 de septiembre de 2015

Catalepsia (segunda parte)

Este relato es la segunda parte del trabajo a dos manos efectuado junto con Ana Lizama para el concurso del Círculo de Escritores "Relatos a Dúo II".
Para leer la primera parte pincha aquí

DEFINICION de CATALEPSIA: 
Fenómeno nervioso repentino por el que los
músculos se inmovilizan y se suspenden las sensaciones involuntariamente:
algunos casos de catalepsia han llegado a confundirse con la muerte.

¿Trabajito?
¿Qué trabajito?

¿Médico forense?

¿Pero qué clase de sueño es este?

- ¡Socorroooooooo!

- ¡Ayudaaaaaaaaaaa! –

- ¿Por qué no puedo oír mis gritos?-

- ¡Necesito huir de aquí!. ¡Necesito que alguien me ayude!

De pronto… otra vez voces...

-Bueno, ¡Te dejo solo, chaval!–

-Ánimo y al “tajo”- ¿lo pillas? ¿Eh? ¿Lo pillas?...

-¡Jajajaja !!!

Escuché una puerta cerrarse, y por un momento, tuve la esperanza de haberme quedado sola. Agucé el oído todo cuanto pude y… solo escuché el silencio.

Dentro de mi dificultad para respirar que cada vez se hacía en mí más patente, suspiré tranquila.

Estaba sola, sí, estaba completamente sola.

¡Gracias Señor, por librarme del mal!…

Seguía oyendo el silencio, pero… ¿Qué diantres era eso?...

¿Había alguien respirando cerca de mí?...

Noté cómo su aliento se aproximaba a mi cara rozándome, y cómo pasaba por mis labios sus dedos…

Noté en mi boca, algo familiar que tantas veces antes había sentido…

¿Se trataba del roce de una lengua?

Algo parecido a un lápiz, se deslizó por mi torso en línea recta, hasta llegar a la altura de mis pechos donde se bifurcó...

¿dibujaba una y griega?...

Escuché unas palabras susurradas en mi oído.

- Qué lástima desperdiciar este hermoso cuerpo –

- Tienes unos labios preciosos, muchacha –

- Espero que no te importe que antes de cortar… -

Noté que una mano agarraba mi pecho…

A quien susurraba, se le entrecortaba la voz…

Noté cómo el peso de su cuerpo era soportado por el mío.

Noté también… que mis piernas se abrían, distanciándose la una de la otra…

Y…

¡Eso no!

- ¡Eso no lo puedo tolerar! –

- ¡De ninguna manera! -

Olvidé mi pánico.

Olvidé mi respiración lenta.

Olvidé que no podía moverme.

¡Lo olvidé todo!

Respiré profundamente, para…

¡DESPERTAR!!!

-¡YO, TAMBIÉN QUIERO DISFRUTAR!!!! -


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Este relato, es la segunda parte... de una primera parte... que podréis leer "aquí" ¿Cómo? Sólo tienes que clicar en "aquí"

martes, 15 de septiembre de 2015

Yo, sólo amasaba empanada!!!


El bate, se resbalaba de sus manos pringosas;

se encontraba solo, en la cocina, amasando empanada.

Un ruido furtivo le sobresaltó desconcentrándole...

Lo del bate, fue algo instintivo…

Giró su cuerpo hacia el lugar de procedencia del estruendo,

mientras se aferraba al bate con ambas manos…

un segundo después, su amada María caía inconsciente a unos tres metros de él.

Espantado e incrédulo, clavó su mirada, en sus manos vacías...

El bate, testigo mudo de lo acontecido, yacía al lado de ella; una muñeca de porcelana

contemplaba la escena impertérrita, tendida en el suelo, a la altura de su cintura.

Una gota de sangre, asomaba de ambas cabezas dormidas, aunque...

"sólo una de ellas, podía sangrar".

Él, contemplaba sus manos vacías incrédulo, sin saber qué pensar, y como única disculpa; gritó:

¡Yo, solo amasaba empanada!

Repitió a modo de consuelo, y disculpa por lo allí acontecido aquella mañana que amaneció

tranquila, como habría transcurrido cualquiera de las mañanas de todos sus días vividos.

Copyright © 2015 AbuelaTeCuenta All raights reserved #AbuelaTeCuenta


sábado, 1 de agosto de 2015

Una isla al Sur

A San Fernando.

Una Isla de Sal,
revestida de nácar.

Cubierta por nubes,
de luna blanca.

Inundada de nieve,
de la mar salada.

De la blanca arena,
en vírgenes playas.

La circundan esteros
Cuajados de luces,
con  brillos de plata.

El sol la apadrina,
la luna, la ama.

Le ruge al oído, 
un león
Que por protegerla,
muestra sus garras.

Un viejo acueducto,
la sirve y la halaga.

Da vida a las Cortes,
la Constitución proclama.

Las mareas la nutren,
la cuidan, la ensalzan.

Una isla de espuma 
de mar, petrificada.

Una isla de nieve.

De  nieve... salada


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https://es.wikipedia.org/wiki/San_Fernando_(C%C3%A1diz)



miércoles, 29 de julio de 2015

DOÑA TRAPITO

Doña Trapito
Doña Trapito, es nana buena.
Doña Trapito, es muy morena.
Doña Trapito, cuida con gana,
Siempre a mi nena.

Del desayuno, hace mimitos.
Cuida su siesta... y si despierta.
De esos mimitos…
Hace una fiesta.

Mi niña come, y doña Trapito,
Cuentos hermosos, dulces, compone.
Si se adormece, pronto mi nena
Duerme trapito…
y el sueño llega.

Cuenta otro cuento, mientras se cena.
Mi niña escucha, siempre atenta.
La acaricia, con mucho orgullo.
Ser su trapito…
Le gusta mucho.

Si ve su cara, con churretones.
O  se le escapan, unos moquitos.
Sólo Trapito, está pendiente.
Cuidar su cara…
Es preferente.

Después se lava, dando mil vueltas.
La lavadora, ríe contenta.
Mucho le gusta…
Dar muchas vueltas.

¡Como es Trapito! juega en el agua
Mientras se lava, con jaboncito.
Canta una nana, como un arrullo.
Para en la noche…
Dormirnos juntos.

Doña Trapito, recoge flores.
Para deleitarle, con sus olores
y enseñarle... 
Sus mil colores.

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jueves, 4 de junio de 2015

Sueños

Aún no llegaba el sueño
Cuando despierta soñaba.

Soñaba con cascabeles
En un sombrero de hada.

Soñaba que era pequeña
Que mi varita hechizaba.

Soñaba que con estrellas
Y con la luna jugaba.

Soñaba que era la noche
Con la luz de la mañana.

Soñaba y en mis sueños
La luna me saludaba.

Soñaba que era mi madre
La estrella que allí brillaba.

Soñaba sueños hermosos…

¡Que no me despierte el alba!

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