Siempre en busca de editorial. Como sabéis, mi NOVELA "Las Vacaciones que iluminaron Mi Vida" ha obtenido magníficas valoraciones. Gracias por vuestras lecturas y comentarios, ya que también aquí, escribo relatos, cuentos, o poesía Infantil. (Mis Cuentos publicados en Amazon, han estado situados en el nº 1 de ventas) Gracias por leerme. Comenta, no te cortes.
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domingo, 29 de noviembre de 2020
Friso de Frases
lunes, 16 de noviembre de 2020
Las Rarezas
Podría incluir que por regla general, no tienen por qué ser rasgos de una personalidad negativa, ya que suele tratarse de minúsculas diferencias inherentes a nosotros mismos, a nuestra propia identidad, que resultarán un tanto extrañas, para quienes nos observen desde una lejanía adquirida y mantenida de forma más o menos crítica.
Cuando estos observadores se atreven a dar ese paso necesario que les llevará a conocernos desde la cercanía, sabrán ellos, o nosotros mismos nos iremos dando cuenta, de que cada personalidad obedece a esta razón para llegar a hacerse única; y es que...
Así somos, y esta es nuestra realidad, o "rareza" única.
viernes, 6 de noviembre de 2020
Grítalo al silencio, amigo-amiga.
Cada día en Instagram leo jóvenes frases dictadas por un sinfín de desesperanzas.
Quizá lo de, esta red social o el postureo, el culto a la imagen, la superficialidad de vidas que se empeñan en mostrar perfecciones en quirófanos buscadas…
Viajes revelados al público que
conducen hacia ninguna parte, ostentosos lujos superfluos, y logros desmedidos…
Sin embargo, cuántos de nosotros
hemos visto a rostros bellos conocidos cambiar su belleza natural, por
imperfección pagada y perfecta… cuyo resultado ha sido una perfección funesta.
Todos somos hermosos queridos
chiquitos cargados de penas. Todos somos importantes, todos merecemos amarnos a
nosotros mismos. Nadie hallará la felicidad en la perfección exterior de un
cuerpo. Podrá hallar quizá en todo caso la admiración de personas afines, pero
quien busca perfección en una figura externa, se hará responsable de ella hasta
el punto de renunciar a todo cuanto el mundo ajeno a sí mismo le ofrezca, y
cualquier revés en su anatomía, habrá de llevarles hacia una frustración y a la
búsqueda de una perfección nueva, pues nada dura para siempre, y el espejo se
convertirá en el mayor enemigo de él o de ella, puesto que el alcance de la figura
perfecta jamás será sexista, y será buscado por ellos quizá, con mayor empeño
que por ellas.
Entendedme queridos amigos, yo no
juzgo que este método de búsqueda esté mal; porque no lo está mientras que a su
protagonista correspondiente, le haga alcanzar la tan difícil felicidad.
Mi pensar que podría ser único, o
contar con más adeptos… es que cada uno de nosotros buscase la perfección de su
propio ser, en aquello que más le gustase hacer, para llegar a aceptar y valorar
su entidad como única a la que amar y respetar, para así, concederle día a día el
deseo íntimo de seguir viviendo.
Y aquí quería llegar.
Verás, querido o querida amiga, la
vida está llena de altibajos por el mero hecho de ser vivida… A la vida no se
la puede hacer para perfeccionarla ninguna cirugía, pero es nuestra, y lo único
que realmente poseemos; el legado divino perfecto que se traduce en respirar
con armonía para dar continuación a un ritmo cardíaco capaz de oxigenar
correctamente a nuestro cerebro; nuestro órgano más importante, y verdadero
motor.
Es a él a quien deberíamos
perfeccionar.
Jamás debemos recrearnos en el dolor que
ha generado un pasado, o un día, porque la vida no es únicamente presente ni
pasado, la vida debemos basarla en acciones para el futuro, y ganarnos éste con
nuestras ganas de vivir el día a día.
Los sufrimientos pasados siempre nos
servirán de enseñanzas.
Tenedlo presente, ya que todos hemos
vivido falsos amores, y más falsos amigos que nos han llenado de daños morales,
para ser clavados en nuestras entrañas hasta convertirse en daños físicos. Pero…
¿Y qué pasaría si no existiesen esas
funestas enseñanzas de vida?...
Sí, enseñanzas, mis tristes niños…
“Estaréis hartos de esas frases que parecen frases hechas” Os comprendo… Ya lo
creo que os comprendo… Si no existiesen ese tipo de enseñanzas, repetiríamos
las desgracias, no sabríamos prevenirnos contra quienes no saben valorarnos o
simplemente nos envidian.
La envidia suele ser muy dañina ya
que quien te envidie gozará con tu pena, y si le es posible se disfrazará de la
amistad para tratar de agrandar aquello que te ha llevado hacia la desesperanza.
Por eso, no has de centrarte en lo
malo ocurrido, debes respirar con mayor fuerza, levantar tu ánimo y centrarte
en ti.
Nunca te concentres en lo malo que haya
o no ocurrido, concéntrate en ti, en la felicidad que la vida ha de devolver a
tus esfuerzos en ese merecido futuro que espera para ti a la vuelta de la
esquina.
Lucha querido ser entristecido, y
hazlo con todas tus fuerzas.
Comienza por poco, por decírtelo en
silencio al principio, para mirarte después al espejo sin miedo, y ya sin necesidad
de pensarlo, repetirle a la imagen que él lleno de bondad te devuelva:
¡Voy a ser feliz… Voy a luchar… Voy a
vivir… Voy a quererme desde hoy, a mí mismo/a!!!!
Grítalo al silencio si es que te
hiciese falta, pero quiérete y vive.
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
¡Vive!
sábado, 31 de octubre de 2020
El pijama de calabaza
Hace dos días, le compré a mi niña un
pijama – disfraz para la noche de Halloween con el que simulará ser una rica calabaza…
Le ha encantado, y al ponérselo esta
noche ha cantado tremendamente contenta…
¡Soy una calabaza!
¡Soy una calabaza!
Mientras que salta sobre la cama sin
querer dormirse. Nos dieron las tantas de la madrugada cuando por fin fuimos capaces de
descansar a pierna suelta, presos de la resaca emocional de mi chiquitina.
A la mañana siguiente nos despertamos tarde, sin prisas, puesto que se trata de la celebración de un día festivo, y no nos había dado tiempo de desperezarnos cuando echamos de menos los gritos y ruidos cotidianos que suelen acompañar a nuestra pequeña. Reinaba aquí, un silencio sospechoso que venía a encoger el ánimo de toda la casa, y ese ha sido el hecho desencadenante para que se desatase en nosotros, una angustiosa alerta.
“¡Nena!
Nenita… ¿Estás despierta?”
Grité desde el pasillo, al tiempo que
abrí la puerta de su habitación…
Creo que mis gritos han sido escuchados en el resto del vecindario…
¡Ahhhhh!
¡Nena, nenita!...
Grité aún más fuerte agitando una calabaza inflable
y enorme que descansaba sin dar más importancia al hecho, sobre la cama de mi
pequeña…
La abracé, abracé a la calabaza con
todo mi cariño y llena de frustración materna me desgañité nombrando a mi pequeña…
Anita… cariño, vuelve a ser tú… Te
quiero mi pequeña; por favor, regresa con mamá… ¡Regresa Anita; regresa!...
Mis ojos no veían detrás de
tantísimas lágrimas que mojaban mi pijama hasta llegar para descansar sobre mis pies
descalzos…
De pronto la escuché...
“¡Mamá”
Miré a la calabaza desconcertada,
pues su boca seguía estática, sin una pizca de movimiento…
“¡Mamá!”
La volví a escuchar decir… Entonces por pura
intuición se me ocurrió mirar bajo la cama…
“Hola mamá”
Sonreía mi pequeña bajo la cama con
una chocolatina en su mano derecha, y toda su cara embadurnada de marrón chocolate.
No fui capaz de sostener el llanto
producido por aquella tremenda angustia convertida en emocionante alegría.
La besé mil veces…
¡Te quiero, mi preciosa muñequita de
chocolate!
Le dije... y enseguida, mi corazón dio un vuelco de nuevo...
¿Y si volvía a suceder?... Nació en mi mente un nuevo temor y una nueva imagen de chocolatina gigante con la cara de mi niña...
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©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
jueves, 29 de octubre de 2020
Halloween
Hallloween
Salí a la calle sin ánimo y un tanto desconcertada…
¿Me habría equivocado de día?
No sería raro en mí… Recuerdo el día
aquél en que me peiné de peluquería y me vestí de tiros largos para la boda de
Alejandra, y esperé a la puerta de la iglesia durante horas a que llegasen los
novios…
O aquella otra que en idénticas circunstancias
me equivoqué de iglesia, asistiendo a una ceremonia en la que a nadie conocía;
no me di cuenta hasta que salieron los recién casados por la puerta y… Salí yo
detrás sumergida en colosal bochorno, ya que en la reunión previa que suele
formarse ante la iglesia, me había presentado y saludado a todas aquellas
personas que me miraban, y yo miraba con extrañeza, pero que nadie, nada decía.
Había comenzado la noche y yo de
Halloween vestida, con dos trenzas largas y negras, que caían sobre dos cuellos
blancos, en un sábado de Halloween, de Miércoles vestida.
Decidí regresar a casa un tanto
decepcionada media hora después de mi frustrada salida, cuando le vi llegar… Un
momento inolvidable en que le descubrí en medio de la oscuridad desde lejos.
Se acercaba a mí con una trasnochada capa
que le caía desde los hombros en continuada búsqueda de su inalcanzable suelo,
penando por él contagiada en color por la inmensa negrura de la noche, y desventando
los sueños a merced de un obstinado y recalcitrante viento.
Éste, se afanaba por mostrarlo a mis
ojos a conciencia, dejando que la escasa luz de las más escasas farolas que permanecían
encendidas, se reflejasen en los rojos de los rasos internos para hacerles
brillar, y contribuir con un poco de color a la humildad de la noche.
El cuello alto de aquella amplia y
vistosa prenda, se pega a él como una segunda piel de bordes purpúreos, para hacer
juego con aquél insólito y solitario hilillo de sangre falsa que se adhiere a
las comisuras de una boca sonrosada y carnosa, que pronuncia para resaltar, el fulgor
de sus dientes brillantes y encaje perfecto con incipientes colmillos…
El color de la tez parece empolvado
en talco, y el pelo forzado hacia atrás estirado al máximo, e impregnado de brillante
gomina.
Su disfraz no tenía nada que ver con
el del clásico Drácula, pues apenas se había maquillado, sólo aquél hilillo
rojo sangrante; rubio de tez albina y ojos impregnados de luz, tan azules, como
la inmensidad del océano… Alto, delgado, de sonrisa franca y amplia. Mostrando
en su porte, un fino ademán de elegancia sumamente tierno…
No restregué los ojos porque el halo
circundante y negro que les había pintado, al igual que un borrón en un
cuaderno infantil antiguo se expandiría.
Conocía a ese hombre; sí, estoy segura…
Le había soñado en multitud de ocasiones; ya lo creo que le conocía. ¿Quién no
reconoce a su hombre ideal cuando de repente le ve en persona? Es que lo
contrario, sería una verdadera tontería.
Se me acercó…
¿Es que acaso había alguien en un
séptimo u octavo cielo leyendo mis pensamientos?
-“Hola, ¿Has venido a la fiesta?”
-Sí “Contesté titubeante”
No podía imaginar cómo mi ideal de
hombre y yo, nos habíamos equivocado de día, de fiesta o de lo que fuese que
nos equivocásemos, en un mismo momento de un mismo día…
-“¿Qué te parece si vamos juntos, o
esperamos a que vaya llegando la gente en esa cafetería?”
¡Os lo aseguro… todos los bares
cerrados, y únicamente abría sus puertas al público, una única cafetería!
Entramos, y estaba allí, toda la
gente metida…
¡Qué de Miércoles… Qué de Dráculas!… Qué
mogollón de caretas, qué de gritos y de risas, y él y yo, como almitas gemelas…
Él cargado de belleza masculina y yo que le miro embelesada como se mira lo
inalcanzable. Mi hombre ideal por fin, por una vez en mi vida, frente a mí.
Cogió mi mano, me levantó de la silla
en la que me había dejado caer como un fardo agotado libre de todo atisbo de
sensualidad…
Pasó su mano izquierda alrededor de
mi cintura, y con la mano derecha libre de estorbos, agarró mis mofletes,
frunció mis labios para acercarlos a los suyos…
Cerré los ojos… y muy cerca de mis oídos escuché mi nombre como susurrado advirtiéndome:
¡Cuidado con sus colmillos!...
¿Es que no sabes que el hombre ideal no existe?
Desperté de repente y... justo a
tiempo, ya que mi boca mostraba huellas de un intento de punción de aquella
cortante y atractiva dentadura.
Aunque… no pude dejar de pensar en
que: El peor de los sueños, es aquel que te pone la miel en los labios, y que
cuando te rindes a sus pies para saborearla, desaparece de repente.
Mercedes del Pilar Gil Sánchez
Un #relato de #AbuelaTeCuenta
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
martes, 27 de octubre de 2020
Todo por AMOR
Todo por amor…
Lo hice por amor, la amaba aunque
apenas la conocía.
Sí, ya sé que parece raro, pero no… En realidad, ni la conocía.
Hablaba con ella, a través de mi teclado, y cada día mis ojos más cerca de mí la sentían…
Sí, ya sé que he dicho antes que
apenas la conocía, y así era entonces y así viene siendo hoy, pero mi mente volaba a su lado como si
estuviese pegado, a la mejor de mis amigas… Le contaba mis cosas, y ella, al principio me
escuchaba… “O leía” y su silencio me hacía sentir reconfortado ya que era por mí interpretado como comprensión, e inmensa capacidad para entender mis problemas…
¡Já! (Me río)
Problemas… Creía entonces que mi vida estaba cargada de problemas, cuando se trataba de las distintas incidencias que conlleva la vida, y la inmensidad de monotonía en que llega a convertirse una convivencia normal en pareja…
La simple insistencia de tu mujer, que por echar abajo tus
penas, te dice que no es nada; que no tienes motivos de queja… Que si problemas son otros que pasan otras
parejas… Que nosotros somos felices y vivimos sin más traspiés que aquellos
que trae por sí misma la vida… Que si el trabajo es el trabajo y que no hay
necesidad de sufrir por sus tonterías.
“Cuando sales del trabajo debes
dedicarte a hacer tu propia vida”
Esa era su frase favorita, y ya… Cortaba de
raíz mis deseos de todo tipo de acercamiento a alguien que sentí que “no me
comprendía”.
"Ella" mi contertulia era distinta, aguantaba horas de
tecleado continuo, hasta que perdíamos ambos la necesidad del sueño y todo deseo
de descanso…
Comencé a cerrar la puerta del cuarto, para pasar desapercibido en casa, y más tiempo a gusto para ir dejando reflejada en la pantalla mi salud, mi descanso, y mi
sentido de la responsabilidad para con mi familia…
Si tengo que decir algo en mi favor…
es que no era consciente de que aquél acercamiento a ella, me alejaba de todo cuanto hasta entonces, había sido mi vida.
Poco a poco, según se iba consolidando este absurdo de relación continuada, yo hablaba menos… Sucedía como si ya se lo hubiese contado todo, y ella, por el contrario, se iba abriendo
ante mí y, cada vez con mayor amplitud de detalle daba luz a unos sentimientos que guardaba para mí ocultos en la umbría de sus pensamientos.
“Mi marido tampoco se ocupa de mí”
Esa fue la primera frase que sobre sí misma llevó a
la pantalla…
¿Cómo podía ser que una existencia
tan maravillosa, no obtuviese en su casa compensación a sus desvelos?...
“Me ocurre lo mismo que a ti… Él,
tampoco piensa en mí, ni le importan ninguno de mis sentimientos”
La pantalla se desvaneció de frío al igual que mi corazón, presos de una horrible sensación de soledad.
Por primera
vez me sentí físicamente, a años luz de ella…
Sí, esa fue exactamente la primera
vez que deseé abrazarla y llenar sus ojos de besos que desterrasen para siempre
el dolor vertido por la incomprensión de su hogar… Aquél hombre debía ser un
patán desagradecido… Un sinvergüenza sin mayor capacidad mental que la de verse
a sí mismo.
La imaginé en la cama sufriendo
quién sabe qué clase de tratos humillantes de alguien que no la quería… Y yo,
aquí lejos de ella sumido en la impotencia de la soledad y lejanía.
Ahora… ahora la pantalla del ordenador se hacía barrera insalvable, un agujero
negro lleno de vacío, y ella, desvanecida para mí en el lado oculto de la luna.
¿Dónde vives? Le pregunté por primera
vez…
Ella me dio sus datos completos y su
dirección sin más barreras ni más miedos, hasta me envió unas fotografías suyas
en las que él, el sinvergüenza maltratador, sonreía a su lado mostrando sus asquerosos dientes, como si tal cosa.
No me sentía capaz, ni mirarle… Cogí un editor
gráfico y eliminé el trozo de fotografía en el que aparecía aquella persona de aspecto tan desagradable.
Le odiaba, y mi odio hacia él crecía
cada noche, cada vez que ella se abría más y más a su teclado para dejar la
negrura de aquellas palabras de infinitos desengaños, reflejadas en la
deslumbrante y blanca luz de mi pantalla.
¡Si pillo a ese tío... Si lo pillo lo
mato!
Me decía a mí mismo, hasta que una
vez, también por vez primera, mis dedos lo pasaron a palabras que ella leyó.
“Tenemos que vernos”
Esa había sido su respuesta…
Nos vimos…
Y… Sin más, dimos rienda suelta a nuestros íntimos instintos, a la necesidad de encuentro carnal que sin saber, iba llenando nuestros días cada vez más solitarios y nuestras noches de mental encuentro.
“Tenemos que matarle. Él es nuestra
única barrera para la felicidad completa”.
Yo, para sorpresa de mí mismo, repetí aquella
frase con cada vez mayor convicción…
Lo demás ha sobrevenido por ese acto
reprochable que perpetramos exclusivamente por “AMOR”…
Ella le hundió el cuchillo hasta más
allá del corazón, y él cayó fulminado en mis brazos como un saco que contuviese en su interior puro plomo y, que se deslizase desde un bordillo cualquiera.
¡No te preocupes, yo cargaré con
todo!
Le dije a ella, y así lo hice, como en un acto heroico ocurrido en una guerra en el que uno se lanza como barrera a parar el fuego del un enemigo en puertas.... Así me sentía, como su héroe... Hasta que la vi en los juzgados acusándome, lavando su culpa con mi culpa y tan tranquila.
Sí, tan tranquila, mientras
que yo desde que ocurrió lo ocurrido; no dejo de llorar, no concilio el sueño, no pueden mis
ojos dejar de recordarme el peso de su cuerpo en mis brazos, y su sangre
saliendo a borbotones para teñir de rojo mis prendas exteriores de vestir, como el chaquetón
que llevaba puesto y que se caló en mí, hasta el blanco de los calzoncillos.
¡Has sido tú!
Grité enfurecido mientras el juez
dicta contra mí su brutal sentencia:
"Se le condena a ser tratado con
fármacos intravenosos, hasta que sus pulmones pierdan la capacidad de respirar"
La miré, miré aquellos ojos libres de
obstáculos y henchidos de frialdad, y aquellos labios que sin temor a nada, esbozaban solamente para mí, una leve
sonrisa.
¡Has sido tú!
Repetí, pero nadie escuchaba ya mis palabras, ni tampoco nadie deseaba escucharme…
¿Para qué si a manos de la ley, existía ya un
culpable?
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
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"Amor es sólo una palabra, hasta que alguien llega para darle sentido"
(Paulo Coelho)
sábado, 10 de octubre de 2020
Cerquita de la estación
Cerquita de la estación
va paseando Luita.
Me mira desconcertada
intuí en su mirada
cierta forma de pregunta...
y muy fija contemplaba
a los bagajes rodantes
que portan los viajantes…
con cara de cierta intriga.
Y bien pronto comprendí,
pues sus maletas se guían,
por una especie de asa
semejante a su correa.
Mi pequeñita pensaba
que los rodantes
legados
son semejantes a perros.
que guiados por sus amos
caminan junto, a sus dueños.
No son perritos cariño,
que son inertes valijas,
pobres bultos sin linajes
de muy vulgares talegas…
De quienes por necesidad
caminan hoy sin andar
sobre barrigas de trenes.
Volvió a mirarme Luita…
Enseguida le entendí.
¿Qué viajar también quieres?
Corrí a la ventanilla…
Páseme usted dos billetes,
para mí, y mi perrita,
que se me ha vuelto flojita
y pasear en tren quiere.
¿Que mi perrita no paga?
Deme usted ida y vuelta,
disfrutaremos más rato
mirando por la ventana
como los postes se afanan,
en correr atrás de lado.
A la vuelta, pasarán
Corriendo atrás con soltura
la playa de Cortadura,
con sus dunitas y olas,
su sol, sus nubes y cielo,
y si de la puesta es tiempo,
veremos del sol y las llamas
que surgirán a lo lejos…
Vuelve a mirarme mi Lúa
seria, y más pensativa…
¿Mamá, y las maletas pagan?
¡No mi amor, ellas pagan.
Ellas solo son “maletas”!...
Un ajuar de viajero
Un paquete sin más fuero
Que acompañar a su dueño.
¡Quiero pagar mi mamita!
Que pese a llevar correa
no soy yo una maleta.
Soy tu amiga y compañera
Soy tu perrita casera
yo soy tu pequeña Lúa
lo sabes, buena mamita
pues soy yo, quien pasea.
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
viernes, 9 de octubre de 2020
No me lo puedo creer!!!
¡No me lo puedo creer
que otra vez haya ocurrido!
Que dentro de mi armario
toda mi ropa ha encogido.
Ha sido una bruja mala
que ojeriza me ha cogido…
Mientras que esta mañana
me distraje en el olvido…
Al tanto estaba la loca,
llenó mi armario de hechizos
La he pillado infraganti
exhorta en maleficios...
He visto nubes de verde
de verde claro de hilo…
Y es que la bruja tejía
mis blusas y mis vestidos.
Primero los deshacía,
convirtiéndolos en hilos.
Confeccionaba de nuevo
iguales, pero encogidos.
¡Mire usted, vaya un trabajo,
le parecerá a usted bonito…
Que ahora no pueda salir
a lucir mi buen palmito!…
Protesté a aquella bruja
que embrujada por los hilos
tejía y destejía, como una loca,
sin demostrar más conciencia,
sin más atisbo de tino.
©.Copyright Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
miércoles, 23 de septiembre de 2020
Recordando a Becker
¿Volverá abuela?
¿El qué mi niño… Qué deseas saber si volverá?
La normalidad abuela; la normalidad.
¿Es que acaso no regresa cada año la primavera, con sus golondrinas
negras…
Con sus flores, y las hojas que vuelven a re verdear?... ¡Volverá niño mío, la feliz normalidad!
¿Y los abuelos de mis amigos?... y los seres que hemos amado abuela… Con
ellos qué pasará?
Oh… Ven aquí que yo te abrace… ¡Ay, pobrecito mi niño, que sufre por los
amigos!
Tienes razón mi pequeño que… Ellos, ya no volverán. Aunque el dolor, y el
amor presente en el recuerdo, jamás desaparecerán.
Renacerán las nubes para formar nuevos ríos… Las tormentas, las noches cuajadas
de rocío; esas, siempre volverán, y...
Mi amor unido al tuyo, por siempre cariño mío, por siempre permanecerá.
#AbuelaTeCuenta
#MercedesDelPilarGil
lunes, 10 de agosto de 2020
Mis DIRECCIONES
Presentación en el Centro de Congresos Real Isla de León de San Fernando:
Presentación de: Cuentos sin Límites de Edades en la UCA:
https://www.uca.es/evento/presentacion-del-libro-cuentos-sin-limites-de-edades/
Visible en la nube:
http://visiblenlanube.com/entrevista-mercedes-gil-sanchez/
https://www.elcastillodesanfernando.es/2015/09/la-super-abuela-que-contaba-cuentos-a-su-nieto/
https://www.elcastillodesanfernando.es/2015/09/la-super-abuela-que-contaba-cuentos-a-su-nieto/
http://puentechico1.blogspot.com/2019/02/hoy-se-presenta-la-novela-las.html
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