Mis sentidos
alterados,
mi sangre alborotada,
me sentía, como el valle en la mañana,
bañada
de rocío, fresca,
limpia y bien peinada.
Notaba, que esto todo se debía
a la
bella primavera que asomaba.
Ya los campos y los árboles bullían
de belleza y en
sus ramas
verdes hojas se mecían
que al final, bellas flores coronaban.
De este
bello esplendor de mis sentidos
ya mi alma sospechaba, que se hallaba
por el mal poseída.
por el mal poseída.
Que el amor, a mi oído susurraba.
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