—Dinos Merceditas… ¿Es cierto lo
que se dice en las noticias?
—No sé, estoy castigada en mi
habitación sin poder ver la tele.
—Pero… ¿Es cierto lo que dicen de ti y de Papá Noel?
—¡Desconozco qué pueden decir de ese
chivato!
—¿Chivato?
—Si, sí… ¡Chivato!
—Pero… Merceditas… Se trata de
Papá Noel… Él no puede ser un chivato…
—¡Sí que lo es. Es un chivato y
un mentiroso! O si no… Cómo llamaría usted a alguien que sale corriendo hacia la
habitación de tu mamá, la despierta a gritos y le dice:
"¡Señora… Señora. Su hija me ha
quitado la bolsa mágica de juguetes!"
¡Pues es un chivato!...
—Pero… ¿Tú le has quitado a Papá Noel su bolsa mágica de juguetes?
—Bueno… yo… No… ¡Yo, sólo he
tirado de la cuerda!
—¿De qué cuerda?
—¡La cuerda en la chimenea!…
—Y… ¿Quién ha puesto la cuerda
Merceditas?
—La puse yo, para que cuando
saliese el "Chivato" ese de regreso, tras dejarme ésta minucia de regalo... cortar el paso de su bolsa. Quería ver cómo
funcionaba, y saber si es mágica. Necesitaba comprobar si su contenido de juguetes es realmente inagotable.
— Chiquilla... Merceditas... No llames minucia a un ordenador... Dime... ¿Es inagotable la bolsa?... ¿Realmente Lo es?
—Pssss… ya he dicho que Noel es un chivato. Mamá me quitó la dichosa bolsa, para
devolvérsela a ese señor…
—Merceditas… las niñas han de
ser respetuosas… Su nombre es “Papá Noel”
—¡Para mí es "Noel el chivato" y…
Punto!
—¿Cómo justificas las noticias
de que todos los niños del mundo se han quedado sin juguetes el día de
Navidad?...
—¡Ah! Yo… Sobre eso, no pienso
decir nada!…
—¿De verdad... Devolviste la bolsa?
—¡La devolví... Devolví una bolsa, sí!
—Se ve cómodo ese inmenso puff rojo
con ribetes dorados en el que estás tumbada…
—Es un
regalo de Navidad que ha pedido para mí, mi mamá.
—Está muy completa tu habitación… No
te falta un detalle. Se ve ahora que has abierto la puerta de tu armario, para enseñarnos el ordenador, una televisión, consola de vídeo juegos… Parece como si ese chivato "que tú dices" se hubiese pasado por aquí en varias ocasiones estas navidades…
—Bueno… No sé… me niego a contestar.
¿Pero qué le ha pasado a mi bolsa mágica? ¿Dónde ha ido a parar su abertura?... ¿Por qué se han convertido en bolitas los juguetes?
¡Esa niña! Ha sido la niña... ¡La niña! Ha tenido que ser ella! ¡Devuélvele la magia a mi bolsa! ¡Devuélvele la magia! ¡Merceditassssssssss!!!
¡Buaaaaaaaaaaa! Buaaaaaaaaaa! Buaaaaaaaa!!!
Minutos después, se ha visto llegar una ambulancia que al parecer, ha desalojado al viejo impostor trasladándolo a un sanatorio mental, donde permanecerá encerrado por periodo de un año, contado a partir de la fecha.
Noticias de última hora:
En la cafetería central de nuestra ciudad, se encuentra un anciano desesperado, vestido de Papá Noel rasgando con un cutter un enorme puff rojo, desparramando por el suelo del establecimiento su relleno de "perla virgen de poliestileno" mientras iba repitiendo sin parar: ¿Pero qué le ha pasado a mi bolsa mágica? ¿Dónde ha ido a parar su abertura?... ¿Por qué se han convertido en bolitas los juguetes?
¡Esa niña! Ha sido la niña... ¡La niña! Ha tenido que ser ella! ¡Devuélvele la magia a mi bolsa! ¡Devuélvele la magia! ¡Merceditassssssssss!!!
¡Buaaaaaaaaaaa! Buaaaaaaaaaa! Buaaaaaaaa!!!
Minutos después, se ha visto llegar una ambulancia que al parecer, ha desalojado al viejo impostor trasladándolo a un sanatorio mental, donde permanecerá encerrado por periodo de un año, contado a partir de la fecha.
©Mercedes Del Pilar Gil
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