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domingo, 29 de junio de 2025

Empatia

No llevo tus pasos,

pero a veces los siento.
Un temblor en el pecho
cuando callas por dentro.

No conozco tu historia,
pero escucho tu gesto.
Cada sombra en tus ojos
me habla sin pretexto.

No es mío tu llanto,
pero moja mi suelo.
Y aunque no te lo diga,
también lo consuelo.

Empatía no es todo,
pero es puente y es fuego:
la chispa que en silencio
nos devuelve al reflejo.

No soy tú, ni lo intento,
mas al ver tu desvelo,
me nace en el alma
el deseo de hacerlo.


COPYRIGHT Mercedes del Pilar Gil Sánchez 

#Abuelatecuenta 

lunes, 23 de junio de 2025

Amor prohibido...

Amarte fue sellar con sangre un pacto,
jurar al tiempo lo que niega el día,
vivir lo nuestro en muda melodía
y ser culpables sin buscar el acto.

Tus ojos me condenan, y el contacto
de tu voz es caricia y herejía.
Bajo la luna, el alma se desvía,
y el corazón transgrede su contrato.

No hay ley que a nuestro anhelo lo limite,
ni muro que detenga este delirio,
ni cruz que nos redima de este error.

Prohibido es el amor que más se escribe,
más puro entre las llamas del martirio,
más vivo por morir sin su fulgor.


Copyright @AbuelaTeCuenta 

domingo, 22 de junio de 2025

Mafalda en la Feria del Libro de San Fernando

En San Fernando, con sol brillante,

se armó una feria que emocionante.
Libros por cientos, y cuentos mil,
Mafalda llegó con un perfil muy sutil.

Con moño grande y cara pensante,
mira a los libros, a cada instante.
—¡Qué mundo loco, pero encantado!
Aquí los libros van a todos lados.

Había uno sobre el espacio,
otro de dragones con mucha audacia.
Uno que enseña a cuidar el planeta,
y otro a volar... ¡con una receta!

Mafalda reía, llena de emoción, un cuento en la mano y mucha atención.
—Leer, decía, es viajar,
sin moverse de este lugar.

Con Susanita charló de princesas,
con Manolito... ¡de mil rarezas!
Pero cuando halló un libro de paz,
dijo: —¡Este sí que me va a gustar!

En la feria hubo mil  canciones,
dibujantes, risas, y mil emociones.
Mafalda al final dijo en su rincón:
—Leer nos hace crecer el corazón.

Así fue el día de sol e historias,
de libros, amigos y mil memorias.
Y en San Fernando, por cada estación,
la feria del libro es inspiración.

Copyright Mercedes  del Pilar Gil

#AbuelaTeCuenta


jueves, 19 de junio de 2025

presentación de mi nueva novela "El Tigre Alemán" En la Feria del Libro de San Fernando.

En la Feria del Libro de San Fernando Cádiz presentando mi nueva novela "El Tigre Alemán" con Manuel Cubero, mi presentador. 
Muchas gracias amigo Manuel, por ponérmelo tan facil. Ha sido todo un Éxito.

lunes, 16 de junio de 2025

A mi padre.

Un héroe cotidiano

En tus manos, un refugio,  
en tu voz, la calma fiel.  
Eres faro en mis tormentas,  
mi raíz y mi mantel.  

Paso firme, amor sincero,  
abrazo que enseña a andar.  
Tu consejo, un mundo abierto,  
tus historias, mi hogar.  

Hoy celebro tu legado,  
tu presencia sin final.  
Eres fuerza, eres sueño,  
eres padre, mi pilar.

Copyright Mercedes del Pilar GIl Sánchez #AbuelaTeCuenta #padre #poesía #poemas 

viernes, 13 de junio de 2025

Lila y Mercedes: Un día de viento y ladridos

"Lila y Mercedes: Un día de viento y ladridos"

Era una tarde de esas en que el cielo parece estar pensando, con nubes grises paseándose sin apuro. Mercedes se puso su abrigo azul, el de los bolsillos grandes, y silbó bajito. Enseguida, Lila —su perrita de grandes orejas y mirada viva— salió disparada desde debajo del sofá.

—¿Lista para una aventura? —preguntó Mercedes.

Lila ladró una vez. Eso quería decir "sí" y también "¡ya era hora!"

Caminaron juntas hasta el parque. El viento jugaba con las hojas secas, y Lila intentaba atraparlas, como si fueran mariposas doradas. Mercedes reía. No importaba cuántas veces lo hiciera, siempre era igual de gracioso.

—Un día vamos a volar con el viento —dijo Mercedes, medio en broma, mientras Lila perseguía una hoja especialmente escurridiza.

Pero ese día, algo distinto ocurrió. Mientras Lila corría, encontró una rama en forma de corazón. La tomó entre los dientes y la llevó directo a Mercedes.

—¿Es para mí? —preguntó Mercedes, y Lila movió la cola con tanto entusiasmo que parecía que iba a despegar.

Desde entonces, cada paseo tenía su tesoro. Una piedra brillante, una flor marchita, una pluma. Y Mercedes comenzó a guardar todo en una caja especial. La llamó “Las Aventuras de Lila”.

Nadie más entendía por qué esa caja era tan importante, pero Mercedes sí. Era una caja llena de momentos, de complicidades, de amor en forma de rama.

Y cada noche, mientras Lila dormía con el hocico entre las patas y Mercedes le acariciaba el lomo, las dos sabían que, mientras se tuvieran la una a la otra, cada día sería una historia nueva, una nueva aventura.

#cuentos de #AbuelaTeCuenta y su #perrita #Lila

Marila y su amiga Mercedes

En un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes y cielos siempre azules, vivía una niña llamada Marila. Tenía el cabello rizado como las nubes de algodón y unos ojos tan brillantes como las estrellas que salían en las noches de verano. Marila era curiosa, valiente y siempre encontraba aventuras donde otros solo veían rutina.

Su mejor amiga era Mercedes, una niña un poco más alta, con trenzas largas y una risa que contagiaba a todo el que la escuchara. Mercedes era paciente, imaginativa y tenía un cuaderno donde dibujaba todo lo que soñaba.

Un día, mientras caminaban por el bosque que se extendía detrás del pueblo, encontraron una pequeña puerta de madera en la base de un roble. No tenía pomo, ni cerradura, solo un grabado que decía:

“Solo se abre con amistad verdadera.”

Marila miró a Mercedes. Mercedes le devolvió la mirada.

—¿Y si tocamos juntas? —sugirió Mercedes.

Tomadas de la mano, empujaron la puerta con suavidad. Para su sorpresa, esta se abrió sin hacer ruido, revelando un sendero iluminado por luciérnagas. Sin dudarlo, entraron.

Del otro lado, encontraron un mundo diferente: árboles con hojas de cristal, ríos de jugo de frambuesa, y animales que hablaban con voz suave. Allí conocieron a un zorro poeta, una rana que enseñaba a cantar, y un búho que coleccionaba recuerdos felices.

Pasaron el día explorando, riendo y aprendiendo. Antes de marcharse, el zorro les dio un pequeño amuleto en forma de corazón dividido en dos mitades.

—Siempre que estén juntas —dijo—, podrán regresar.

Marila y Mercedes se miraron. Sabían que su amistad era mágica, que juntas podían encontrar puertas secretas y crear mundos nuevos.

Desde aquel día, cada vez que querían escapar del mundo común, tomaban las mitades del corazón, las unían... y la puerta volvía a aparecer.

Porque cuando la amistad es verdadera, siempre hay un camino hacia lo extraordinario.