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jueves, 19 de junio de 2025

presentación de mi nueva novela "El Tigre Alemán" En la Feria del Libro de San Fernando.

En la Feria del Libro de San Fernando Cádiz presentando mi nueva novela "El Tigre Alemán" con Manuel Cubero, mi presentador. 
Muchas gracias amigo Manuel, por ponérmelo tan facil. Ha sido todo un Éxito.

lunes, 16 de junio de 2025

A mi padre.

Un héroe cotidiano

En tus manos, un refugio,  
en tu voz, la calma fiel.  
Eres faro en mis tormentas,  
mi raíz y mi mantel.  

Paso firme, amor sincero,  
abrazo que enseña a andar.  
Tu consejo, un mundo abierto,  
tus historias, mi hogar.  

Hoy celebro tu legado,  
tu presencia sin final.  
Eres fuerza, eres sueño,  
eres padre, mi pilar.
Copyright Mercedes del Pilar GIl Sánchez #AbuelaTeCuenta #padre #poesía 

viernes, 13 de junio de 2025

Lila y Mercedes: Un día de viento y ladridos

"Lila y Mercedes: Un día de viento y ladridos"

Era una tarde de esas en que el cielo parece estar pensando, con nubes grises paseándose sin apuro. Mercedes se puso su abrigo azul, el de los bolsillos grandes, y silbó bajito. Enseguida, Lila —su perrita de grandes orejas y mirada viva— salió disparada desde debajo del sofá.

—¿Lista para una aventura? —preguntó Mercedes.

Lila ladró una vez. Eso quería decir "sí" y también "¡ya era hora!"

Caminaron juntas hasta el parque. El viento jugaba con las hojas secas, y Lila intentaba atraparlas, como si fueran mariposas doradas. Mercedes reía. No importaba cuántas veces lo hiciera, siempre era igual de gracioso.

—Un día vamos a volar con el viento —dijo Mercedes, medio en broma, mientras Lila perseguía una hoja especialmente escurridiza.

Pero ese día, algo distinto ocurrió. Mientras Lila corría, encontró una rama en forma de corazón. La tomó entre los dientes y la llevó directo a Mercedes.

—¿Es para mí? —preguntó Mercedes, y Lila movió la cola con tanto entusiasmo que parecía que iba a despegar.

Desde entonces, cada paseo tenía su tesoro. Una piedra brillante, una flor marchita, una pluma. Y Mercedes comenzó a guardar todo en una caja especial. La llamó “Las Aventuras de Lila”.

Nadie más entendía por qué esa caja era tan importante, pero Mercedes sí. Era una caja llena de momentos, de complicidades, de amor en forma de rama.

Y cada noche, mientras Lila dormía con el hocico entre las patas y Mercedes le acariciaba el lomo, las dos sabían que, mientras se tuvieran la una a la otra, cada día sería una historia nueva, una nueva aventura.

#cuentos de #AbuelaTeCuenta y su #perrita #Lila

Marila y su amiga Mercedes

En un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes y cielos siempre azules, vivía una niña llamada Marila. Tenía el cabello rizado como las nubes de algodón y unos ojos tan brillantes como las estrellas que salían en las noches de verano. Marila era curiosa, valiente y siempre encontraba aventuras donde otros solo veían rutina.

Su mejor amiga era Mercedes, una niña un poco más alta, con trenzas largas y una risa que contagiaba a todo el que la escuchara. Mercedes era paciente, imaginativa y tenía un cuaderno donde dibujaba todo lo que soñaba.

Un día, mientras caminaban por el bosque que se extendía detrás del pueblo, encontraron una pequeña puerta de madera en la base de un roble. No tenía pomo, ni cerradura, solo un grabado que decía:

“Solo se abre con amistad verdadera.”

Marila miró a Mercedes. Mercedes le devolvió la mirada.

—¿Y si tocamos juntas? —sugirió Mercedes.

Tomadas de la mano, empujaron la puerta con suavidad. Para su sorpresa, esta se abrió sin hacer ruido, revelando un sendero iluminado por luciérnagas. Sin dudarlo, entraron.

Del otro lado, encontraron un mundo diferente: árboles con hojas de cristal, ríos de jugo de frambuesa, y animales que hablaban con voz suave. Allí conocieron a un zorro poeta, una rana que enseñaba a cantar, y un búho que coleccionaba recuerdos felices.

Pasaron el día explorando, riendo y aprendiendo. Antes de marcharse, el zorro les dio un pequeño amuleto en forma de corazón dividido en dos mitades.

—Siempre que estén juntas —dijo—, podrán regresar.

Lila y Mercedes se miraron. Sabían que su amistad era mágica, que juntas podían encontrar puertas secretas y crear mundos nuevos.

Desde aquel día, cada vez que querían escapar del mundo común, tomaban las mitades del corazón, las unían... y la puerta volvía a aparecer.

Porque cuando la amistad es verdadera, siempre hay un camino hacia lo extraordinario.

viernes, 6 de junio de 2025

Merceditas y lila, las ayudantes de limpieza de las jaulas de sus pajaritos

La abuela de Merceditas, vivía en una casita rodeada de jardines y muchas aves coloridas. Merceditas tenía una perrita llamada Lila, una cachorrita muy traviesa y cariñosa, con orejitas largas y ojos muy brillantes.

Cada mañana, Merceditas y Lila se ofrecían con muchas ganas a cuidar los pajaritos de la abuela de Merceditas, ella tenía varias jaulas con canarios, jilgueros y periquitos, y le encantaba que sus estos, estuvieran felices y sanos.

Un día, Merceditas decidió que era hora de limpiar las jaulas. Pero no quería hacerlo sola, así que llamó a Lila, para que la ayudara. La perrita, muy emocionada, saltó y ladró con alegría.

Primero, Merceditas tomó una jaula y, con mucho cuidado, sacó a los pajaritos para ponerlos en un lugar seguro y a salvo. Lila, con su hocico suave, ayudaba a mantener alejados a los otros animales del área de limpieza. Luego, con una esponja y agua tibia, Merceditas empezó a limpiar muy bien las paredes y los barrotes de todas las jaulas.

Lila, que era muy inteligente, se acercaba a cada jaula y, con su hocico, ayudaba a mover las pequeñas perchas y a limpiar los rincones más difíciles. A veces, Merceditas le daba una pequeña galleta para agradecerle su singular  ayuda.

Cuando terminaron, colocaron a los pajaritos en sus jaulitas limpias y relucientes. Los pajaritos cantaron felices, y Merceditas y Lila se miraron contentas, sabiendo que habían hecho un buen trabajo las dos juntas.

Desde ese día, Merceditas y Lila se convirtieron en un equipo inseparable, ayudando siempre a cuidar a sus pajaritos y manteniendo su casita llena de cantos de alegría y amor.

©copyright AbuelaTeCuanta Mercedes Gil.





jueves, 5 de junio de 2025

"Pepe el Militar y la Misión Imposible"

En un pequeño pueblo rodeado de montañas, vivía Pepe el Militar, un hombre de mirada firme, bigote impecable y botas que resonaban con cada paso. Aunque ya se había retirado del ejército, todos en el pueblo seguían llamándolo "el Capitán Pepe". Era conocido por su disciplina, su valentía y, sobre todo, por su extraño hábito de dar órdenes... ¡hasta a los animales del campo!

Una mañana, el alcalde del pueblo llegó corriendo a su casa.

—¡Pepe! ¡Necesitamos tu ayuda! —gritó, agitado—. ¡El puente del río se ha caído y nadie puede cruzar al otro lado! ¡Y la escuela está allá, con los niños atrapados!

Pepe se cuadró de inmediato, como si aún estuviera en servicio.

—¡Misión aceptada!

Sin perder tiempo, reunió a su antiguo equipo: su perro sargento Trueno, una cabra llamada Sargenta Rocío y su nieto Manolito, que llevaba un casco de juguete y muchas ganas de ayudar.

—¡Escuadrón, en marcha!

Cruzaron el bosque con disciplina militar, construyendo un plan mientras caminaban. Pepe, con sus años de experiencia, pensó en usar árboles caídos como vigas. Trueno ladraba cada vez que encontraba una madera útil, y Rocío, con su increíble fuerza, las empujaba hasta la orilla del río.

Pero cuando intentaron colocarlas, el río creció de repente por una tormenta lejana. Todo parecía perdido... hasta que Manolito tuvo una idea:

—¡Abuelo! ¡Podemos usar tu viejo bote inflable militar!

Pepe lo miró sorprendido.

—¡Esa es iniciativa, soldado!

Sacaron el bote, lo inflaron, y uno por uno, comenzaron a cruzar el río. Primero los niños, luego los maestros. Al final, cuando Pepe fue el último en cruzar, el bote se pinchó con una rama.

Pero Pepe no era hombre de rendirse. Agarró una rama, se la puso entre los dientes, y nadó con fuerza, cruzando el río como en sus viejos tiempos de entrenamiento. Cuando llegó a la orilla, todo el pueblo aplaudía.

Desde ese día, cada 15 de junio, el pueblo celebra el “Día del Capitán Pepe”, en honor al hombre que jamás dejó de servir, ni siquiera después de retirarse.

Y aunque le regalaron una medalla de oro, él siempre dijo:

—¡Sólo cumplí con mi deber, soldado!

©copyright Abuela te Cuenta Mercedes Gil



martes, 1 de abril de 2025

Los gestos

Para hablar de los gestos debemos pensar en qué es en sí misma la cara.
Sin dar paso a que las caras puedan atraer más o menos por sus formas, por la belleza en ellas expuesta abiertamente, o, digamos que… encerrada; como es el caso de lo que llamamos “atractivo” ya que es ésta una forma de ver la belleza más abstracta que la convencional. Un modo de mirar, o una abierta sonrisa, pueden componer o añadir belleza a un rostro de rasgos más o menos imperfectos; pero no entraremos ahora en detalles de los llamados cánones de belleza. 
La cara, esa forma de identidad única y diversa, está compuesta por cuarenta y tres músculos que utilizan para sus movimientos doce pares de nervios craneales y… esta zona de nuestra identidad que puede abarcar el pequeño tamaño de tu mano abierta, es la parte del cuerpo más compleja, y más difícil que puede abordar un trasplante, para el más experto de los “micro” cirujanos.
Hemos de remontarnos para comprender la importancia de la gestualidad, a la época en que el hombre, como primate, usaba sus músculos y nervios faciales para hacerse entender e interpretar los deseos de sus semejantes; para hacer saber a sus congéneres sus estados de ánimo, dar muestras de su disgusto, o de su contento; de una implícita amenaza, o dar a conocer una invitación para un confiado acercamiento amistoso. La gestualidad sirvió en esa época, en esos inicios de… ser seres humanos, como único recurso de comunicación, de formar sociedad, y de entendimiento mútuo; ya que mucho antes de hacernos comprender por medio de gritos más o menos guturales, prorrumpidos como alarma, amor, o como llamadas al relax de sociabilidad ya humana; el hombre únicamente disponía de su cara para convertirse en el ser social que siempre ha sido.
Otra de las características del rostro humano, es su diversidad, su irrepetible variedad de formas, que ayuda a distinguir al hombre como ser individual y único cuando la ausencia de llamada; la ausencia de nombres identificativos, nos podría haber hecho repetidos, sin personalidad, e idénticos.
Los ojos del ser humano, desde sus inicios como especie están dirigidos hacia el frente, con lo que perdíamos ante otros animales en lo que se refiere a vulnerabilidad, ya que el campo visual de un humano escapa a la lateralidad, y debería (cualquier individuo) para ver a un posible enemigo que se acercase por la espalda, girar su cuerpo junto con su cabeza… con lo que perdería un tiempo precioso y preciso para la huida; mas, esta pérdida, o menor tamaño del campo de visualidad, ha dado paso a la posibilidad de identificación individual por medio del reconocimiento del rostro.
Pero… volvamos a la gestualidad; como resquicio de aquellos tiempos primeros, en aquellos albores comunicativos de seres sociales que somos, y que siempre hemos sido; ha quedado marcada e implícita en nuestro ADN una impronta, como de actos reflejos, que tantas veces, realizamos de forma inconsciente, como resquicios de rechazo, que sobresalen de nuestros ojos en nuestras miradas, resquicios de deseo, que sin necesidad de indiscretos olfateos caninos, escapan delatores de nuestros inconscientes, más allá de nosotros mismos, sin permisos previos, poniendo de manifiesto íntimos sentimientos ante los ojos de congéneres, que más o menos expertos en diálogos sigilosos, son capaces de comprender tu malestar, tu indignación, tu oculto amor, o ese encubierto e íntimo deseo que ha trascendido precisamente, sin  tu "deseo" de haber sido trascendido…
Muchas veces, la costumbre, y la comunicación verbal nos ha hecho descuidados, la utilización de la palabra nos ha ido invalidando para una comunicación completamente silenciosa, pero nos ha dotado de un "detector", un interpretador del subconsciente de nuestros interlocutores hablantes, que nos hacen diferenciar y discriminar entre quien nos aprecia de veras, y de quien nos muestra simplemente, una cara amable con miradas delatoras de su "no" entusiasmo y de su "insinceridad". 
Quizá esta facultad de detección ancestral, sea para nosotros una maldición en un mundo de palabras... 

Quizá... 

O quizá nos sirva como lo que es en realidad, un "detector", como prevención de algo negativo... 

Quizá.... 

O quizá, este atisbo de percepción extrasensorial, no sirva para más que para escribir unas cuantas letras en una red social...

Quizá...

Porque, para qué puede servir una muda gestualidad en un mundo poblado por palabras, que se dan cita en la mayor multiplicidad y diversidad de composiciones para expresar a través de ellas la mayor complejidad de pensamientos o expresiones... 



Para qué sería necesaria la prevención de una mirada en el mundo de las letras y las palabras?
;) 
© Copyright © All rights reserved Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta


sábado, 29 de marzo de 2025

Novela "El Tigre Alamán

     Mi nueva novela "El Tigre Alemán" Está disponible en librerías de toda España. Si te interesa leerla, solicítala a tu librero favorito. 
o ponte en contacto con su editor: Con M de Mujer

La Guerra Mundial desatada en Alemania el 1 de septiembre de 1939 ha alejado de casa y de su familia al padre de Albert. Tanto su esposa como sus tres hijos se sienten desolados e incapaces de dejar de llorar su ausencia. Pronto Derk, el hijo mayor, es llamado afilas.
Albert, con su mente infantil sueña lograr devolverles a casa. Por este motivo el pequeño no dudará en alistarse, aunque para ello haya de zafarse del celo de su madre huyendo del hogar.
Está dispuesto a entregar todo lo que de verdad posee por amor a su familia.





lunes, 17 de febrero de 2025

Presentacion

Presentación de mi nueva novela
"El Tigre  Alemán"
Se presentará el miércoles día 19 a las 19.00 Horas
En el Centro de Congresos 
C/Real 83 de San Fernando
en Cádiz.