Edel cumple
trece años comenzado dos mil veinte,
edad que ha
puesto mamá, como fecha o medida
de permitir a
la niña, ir al cine con amigas…
aunque la
juzgue joven, de salir con pretendientes.
Más… Gira el
mundo. En una de sus vueltas enloquece
el universo
se agita para cazar en sus redes,
un virus
hecho a medida. Una burla del destino
que sin
conciencia y sin tino, se multiplica y encubre…
Porta
principal misiva, de darle a la vida muerte.
Convulsan mentes
preclaras que no creyeron en nada,
al colapsar
hospitales, camas, ataúdes, funerarias…
Sucumbiendo
al villano miles de miles de almas.
El miedo da
paso al pánico como río desbordado
sin más topes
sin medidas, y se vacían las calles…
Visiones de
otros lugares, tales como las de China
muestras dan
con su presente, del futuro de la niña.
Ya que el
virus espantoso, ha de recorrer la Tierra,
sin pausa de
punta a extremo; sin pausa de extremo a punta…
Llegando el
confinamiento, que aísla sin duda a Edel
y se mueve
en su casa, de borde a borde de esquinas.
Y... online se comunica y entretiene la chiquita
y, online también
aprende, y le distraen los pucheros
trajinando
en la cocina; alimenta a la indolencia
con
plunkeys, o con galletas, con arroz o con natillas…
Edel sabe y
se resigna, a que la situación le oprima
quiere
salvar a sus padres, a sus abuelos y tías…
No quiere
que les suceda lo que a la abuelita de Tina
a la que
alcanzó el malvado, sin piedad y sin medida.
A las ocho
en la ventana, himnos de supervivencia
entre
aplausos y vivas, canta a la tarde la niña.
Aquellas
ocho la vio, la ambulancia que venía
a aquél
portal de al lado, en el que vive su amiga.
Vio salir a
la abuela, a quien ella, por ser de su amiga,
como si
fuese la suya, Edel, a la abuelita quería
Se la
llevaban los mozos, como astronautas vestían
y creció de
nuevo el miedo en mente de la chiquita…
©Merecedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta