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lunes, 18 de noviembre de 2019

Ha llegado el Fin

Nadie recuerda ya el principio de todo; nadie es capaz de abarcar con recursos propios de su memoria la fecha concreta, el lugar, o el medio en que comenzó a morir el Planeta Tierra.

Hay quien piensa que lo mató la especulación; el afán de riqueza del género humano… Otros, que ha sido fruto de las guerras, introduciendo como principio el veintiocho de julio de mil novecientos catorce. Estos pensadores, amplían el comienzo del fin, hasta el seis de agosto de mil novecientos cuarenta y cinco, con el lanzamiento de la primera bomba atómica.

Otros, pensamos que el fin comienza antes, cuando Charles GoodYear consiguió modificar las propiedades de la goma natural consiguiendo que el caucho se mantuviese seco y flexible a cualquier temperatura. Después Alexander Parquers en el mil ochocientos cuarenta y cinco cuando logró sintetizar la parkesina; o después cuando se dio la bienvenida al celuloide, quien dio paso a distintas investigaciones con distintos polímeros, hasta llegar a la era del plástico; más o menos en los años setenta hasta nuestros días, en que se resuelven caros problemas con caros productos, para ser sustituidos por la rara asequibilidad del material plástico.

Hoy, el plástico lo invade todo, las tierras cultivables, los más inasequibles lugares de los más apartados mares, para acabar introduciéndose en el interior de los intestinos... los vientres hambrientos de todos los animales que habitan la Tierra, negandoles la vida a ellos, y como consecuencia insalvable, la vida a los seres humanos.

Se le ha echado la culpa a la desforestación, por la que no se ha hecho por remediarla, absolutamente nada, si no que se ha echado "más leña al fuego" a cada verano de especulación maderera, consintiendo la propagación de incendios tales, que ni las nuevas técnicas, ni una arreciada lluvia, han sido capaces de apagar, porque el dinero llama al fuego desde los más diversos frentes, para que invertir el poder de las llamas, se haga cada vez, más imposible.

Y… aquí estamos los últimos supervivientes, intentando la evacuación hacia las cúpulas de metacrilato contenedoras de oxígeno dispuestas en el planeta Marte, que pretenden acogernos en permanente exilio, sobre su árida arena roja.

Han salido ya varias naves, pero la realidad, es que no cabremos todos… Yo sé que no cabremos, y que la prioridad para el viaje sin retorno, ha de ser siempre para la juventud con esperanza reproductora, desprovista de taras, con fuerte esperanza de supervivencia, y carácter apaciblemente adaptativo.

A mí, a las puertas de la nave, únicamente me quedará rezar por la salud de sus ocupantes, porque lleguen a ese nuevo lugar de vida y esperanza, en perfecto estado de salud, con garantía de perpetuación y supervivencia.

De rodillas ruego a Dios por los hijos y nietos, y porque... el hambre, continúe siendo benevolente con la desesperación y las escrupulosas náuseas que produce el introducir en la boca, los restos desmembrados de los cuerpos de los muertos.

4 comentarios:

  1. No sabemos lo que pasará, ni cuando, pero lo que si estoy segura es de que estamos destruyendo el planeta Tierra a pasos agigantados. No se espera nada bueno para futuras generaciones. Un abrazo.



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  2. Un beso grande Mamen. El objeto de estas letras es precisamente ese, que tomemos conciencia de que el problema existe. Gracias Mamen, mi encantadora amiga.

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  3. Un placer descubrir el alma de los otros

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    Respuestas
    1. Un beso grande para ti Recomenzar, y te deseo un magnífico año 20 20 lleno de salud y prosperidad.

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