
Siempre en busca de editorial. Como sabéis, mi NOVELA "Las Vacaciones que iluminaron Mi Vida" ha obtenido magníficas valoraciones. Gracias por vuestras lecturas y comentarios, ya que también aquí, escribo relatos, cuentos, o poesía Infantil. (Mis Cuentos publicados en Amazon, han estado situados en el nº 1 de ventas) Gracias por leerme. Comenta, no te cortes.
analyticstracking.php
analyticsTraking
miércoles, 16 de julio de 2025
A la Feria del Libro de Chiclana
miércoles, 2 de julio de 2025
A la Feria del Libro de Cádiz
Versos de sal y papel
En Cádiz, libro y marea,
bajo toldos de azucena,
las palabras dan pelea
al olvido y a la pena.
Entre plazas y faroles,
la tinta prende su vuelo—
feria de libros, de soles,
mi corazón, su pañuelo.
Copyright Mercedes del Pilar Gil Sánchez
domingo, 29 de junio de 2025
Empatia
No llevo tus pasos,
pero a veces los siento.
Un temblor en el pecho
cuando callas por dentro.
No conozco tu historia,
pero escucho tu gesto.
Cada sombra en tus ojos
me habla sin pretexto.
No es mío tu llanto,
pero moja mi suelo.
Y aunque no te lo diga,
también lo consuelo.
Empatía no es todo,
pero es puente y es fuego:
la chispa que en silencio
nos devuelve al reflejo.
No soy tú, ni lo intento,
mas al ver tu desvelo,
me nace en el alma
el deseo de hacerlo.
COPYRIGHT Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#Abuelatecuenta
lunes, 23 de junio de 2025
Amor prohibido...
Amarte fue sellar con sangre un pacto,
jurar al tiempo lo que niega el día,
vivir lo nuestro en muda melodía
y ser culpables sin buscar el acto.
Tus ojos me condenan, y el contacto
de tu voz es caricia y herejía.
Bajo la luna, el alma se desvía,
y el corazón transgrede su contrato.
No hay ley que a nuestro anhelo lo limite,
ni muro que detenga este delirio,
ni cruz que nos redima de este error.
Prohibido es el amor que más se escribe,
más puro entre las llamas del martirio,
más vivo por morir sin su fulgor.
Copyright @AbuelaTeCuenta
domingo, 22 de junio de 2025
Mafalda en la Feria del Libro de San Fernando
En San Fernando, con sol brillante,
se armó una feria que emocionante.
Libros por cientos, y cuentos mil,
Mafalda llegó con un perfil muy sutil.
Con moño grande y cara pensante,
mira a los libros, a cada instante.
—¡Qué mundo loco, pero encantado!
Aquí los libros van a todos lados.
Había uno sobre el espacio,
otro de dragones con mucha audacia.
Uno que enseña a cuidar el planeta,
y otro a volar... ¡con una receta!
Mafalda reía, llena de emoción, un cuento en la mano y mucha atención.
—Leer, decía, es viajar,
sin moverse de este lugar.
Con Susanita charló de princesas,
con Manolito... ¡de mil rarezas!
Pero cuando halló un libro de paz,
dijo: —¡Este sí que me va a gustar!
En la feria hubo mil canciones,
dibujantes, risas, y mil emociones.
Mafalda al final dijo en su rincón:
—Leer nos hace crecer el corazón.
Así fue el día de sol e historias,
de libros, amigos y mil memorias.
Y en San Fernando, por cada estación,
la feria del libro es inspiración.
Copyright Mercedes del Pilar Gil
#AbuelaTeCuenta
jueves, 19 de junio de 2025
presentación de mi nueva novela "El Tigre Alemán" En la Feria del Libro de San Fernando.
lunes, 16 de junio de 2025
A mi padre.
viernes, 13 de junio de 2025
Lila y Mercedes: Un día de viento y ladridos
Marila y su amiga Mercedes
En un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes y cielos siempre azules, vivía una niña llamada Marila. Tenía el cabello rizado como las nubes de algodón y unos ojos tan brillantes como las estrellas que salían en las noches de verano. Marila era curiosa, valiente y siempre encontraba aventuras donde otros solo veían rutina.
Su mejor amiga era Mercedes, una niña un poco más alta, con trenzas largas y una risa que contagiaba a todo el que la escuchara. Mercedes era paciente, imaginativa y tenía un cuaderno donde dibujaba todo lo que soñaba.
Un día, mientras caminaban por el bosque que se extendía detrás del pueblo, encontraron una pequeña puerta de madera en la base de un roble. No tenía pomo, ni cerradura, solo un grabado que decía:
“Solo se abre con amistad verdadera.”
Marila miró a Mercedes. Mercedes le devolvió la mirada.
—¿Y si tocamos juntas? —sugirió Mercedes.
Tomadas de la mano, empujaron la puerta con suavidad. Para su sorpresa, esta se abrió sin hacer ruido, revelando un sendero iluminado por luciérnagas. Sin dudarlo, entraron.
Del otro lado, encontraron un mundo diferente: árboles con hojas de cristal, ríos de jugo de frambuesa, y animales que hablaban con voz suave. Allí conocieron a un zorro poeta, una rana que enseñaba a cantar, y un búho que coleccionaba recuerdos felices.
Pasaron el día explorando, riendo y aprendiendo. Antes de marcharse, el zorro les dio un pequeño amuleto en forma de corazón dividido en dos mitades.
—Siempre que estén juntas —dijo—, podrán regresar.
Marila y Mercedes se miraron. Sabían que su amistad era mágica, que juntas podían encontrar puertas secretas y crear mundos nuevos.
Desde aquel día, cada vez que querían escapar del mundo común, tomaban las mitades del corazón, las unían... y la puerta volvía a aparecer.
Porque cuando la amistad es verdadera, siempre hay un camino hacia lo extraordinario.
viernes, 6 de junio de 2025
Merceditas y lila, las ayudantes de limpieza de las jaulas de sus pajaritos
La abuela de Merceditas, vivía en una casita rodeada de jardines y muchas aves coloridas. Merceditas tenía una perrita llamada Lila, una cachorrita muy traviesa y cariñosa, con orejitas largas y ojos muy brillantes.
Cada mañana, Merceditas y Lila se ofrecían con muchas ganas a cuidar los pajaritos de la abuela de Merceditas, ella tenía varias jaulas con canarios, jilgueros y periquitos, y le encantaba que sus estos, estuvieran felices y sanos.
Un día, Merceditas decidió que era hora de limpiar las jaulas. Pero no quería hacerlo sola, así que llamó a Lila, para que la ayudara. La perrita, muy emocionada, saltó y ladró con alegría.
Primero, Merceditas tomó una jaula y, con mucho cuidado, sacó a los pajaritos para ponerlos en un lugar seguro y a salvo. Lila, con su hocico suave, ayudaba a mantener alejados a los otros animales del área de limpieza. Luego, con una esponja y agua tibia, Merceditas empezó a limpiar muy bien las paredes y los barrotes de todas las jaulas.
Lila, que era muy inteligente, se acercaba a cada jaula y, con su hocico, ayudaba a mover las pequeñas perchas y a limpiar los rincones más difíciles. A veces, Merceditas le daba una pequeña galleta para agradecerle su singular ayuda.
Cuando terminaron, colocaron a los pajaritos en sus jaulitas limpias y relucientes. Los pajaritos cantaron felices, y Merceditas y Lila se miraron contentas, sabiendo que habían hecho un buen trabajo las dos juntas.
Desde ese día, Merceditas y Lila se convirtieron en un equipo inseparable, ayudando siempre a cuidar a sus pajaritos y manteniendo su casita llena de cantos de alegría y amor.
©copyright AbuelaTeCuanta Mercedes Gil.