Desnuda, entristecida huyó la luna,
palideció su faz, ciñéndose de bruma.
En orgías, de lágrimas y espuma,
ocultó sus desdichas, una a una.
Entre gritos de silencio, compungida
luchó contra una muerte cejijunta.
Con las manos de una nube desolada,
derramó, candentes aguas, como llamas.
Te miré, te vi romper en luto la mirada
perdiste entre las sombras, tu fachada
de hombre, que una pérdida reclama;
A un Dios, que oculto entre las llamas,
demanda con premura, alma y alma;
explosionando en estruendo, hoy, la calma.
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Entre gritos de silencio compungido II
Desnuda, entristecida huyó la luna,
ocultó su faz, constriñéndose de nubes
En orgías, de espantos, y herrumbres,
desmintiendo sus desdichas, sin fortuna.
Entre gritos de silencio, y amargura
luchó contra una muerte displicente,
con las manos, de esa nube inocente,
que inundó de muerte a la negrura
Te miré, vi romper en luto tu proclama
Vi, teñir arrugas negras a tu frente,
de hombre, que una pérdida reclama;
A un Dios cruel, que oculto a tu alma,
lanza el dado infinito de la suerte,
sopla vida, o da muerte; ahogo, o calma.