te pedimos que nadaras
y recorrer el camino
que te devuelve a tu casa.
Regresaste hoy mi niño
tras noches de espesa espera
tras horas de incertidumbre,
tras días y noches vanas.
Nadaste, bello angelito
tras una noche en el agua.
Nadaste, te lo pedimos
y llegaste con el alba
te acompañó la culpable
tras una noche en el agua.
Nadaste, te lo pedimos
y llegaste con el alba
te acompañó la culpable
quien destruía tu vida,
e impedía que nadaras.
e impedía que nadaras.
Has sido valiente mi niño
pequeño niño de agua,
atrapando a la dañina,
al regresar a tu casa.
Una abuela entristecida con una pena en el alma,
que te esperaba con vida, como el resto de España.