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sábado, 1 de octubre de 2016
viernes, 30 de septiembre de 2016
Oh, El Deseo
Deseo que tu río,
Abrace las orillas de mi alma.
Que el ardor de tus susurros,
Abrigue la frialdad de mis aguas.
Que tu aliento, navegue mi oleaje.
Y cabalgue a favor del viento
Tu hálito de vida, e irrigue mis entrañas,
Transformando la sal de mi mar,
En dulces y cálidas aguas.
Que tus afluentes,
Como manos extendidas hacia un lugar infinito,
Acaricien mis fondos, dotándolos de vida
Latente y renovada.
Que tus corrientes, arrastren hacia mí,
El velo húmedo
De un amor que me embriague.
Que el rumor apacible de tus cauces,
Se extienda más allá,
De mis silentes marejadas
Y comulgue,
De mis aguas con tus aguas.
Que tu luz…
Ilumine mis caudales, y consiga lucir
De las simas mis alhajas.
Deseo, tu deseo,
Y…Deseo para mí,
La pureza de tus aguas.
© #AbuelaTeCuenta 2016
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martes, 27 de septiembre de 2016
Despistina, y su mamá Severina
Despistina:
De la
vida de las brujas...
Debes, varias cosas saber.
Los conjuros
que ensayamos,
Peligro, pueden en sí poseer...
Para nosotras
las brujas,
Nunca
estarán indicados.
Jamás debemos
tocarlos,
Y mucho
menos probarlos...
Ni debemos
despistarnos,
Debemos
hacerlos... Bien.
Recuerda
mi Despistina,
Los hechizos
de las brujas...
Te digan, lo que te digan...
Han de
servir para el Bien.
Servirán
las brujerías,
Para los desamparados.
Que necesiten
de embrujos,
Para que
se sientan bien.
Despistina, no despistes.
Debes hacer, todo bien.
Dime, por
favor brujita...
Que estudiarás,
Que atenderás,
Que intentarás, hacer el Bien.
Serás bruja
responsable,
Serás, hechicera del Bien.
La hija
de Severina,
La bruja justa del Bien.
A
Valentina, tu olla…
Cuidarás
de que no explote...
Explotar,
daña por dentro…
Se alejará
de la olla,
El
espíritu del Bien.
El Bien, no es perdurable...
Se disuelve…
Se evapora...
Se
desvanece en el aire...
Se va,
para no volver…
Nada es
más frágil brujita,
Nada es
más lábil, que el Bien.
Cuídalo
mucho mi niña,
Es tuyo, eres tú... la bruja buena del Bien.
Si te ha gustado, y piensas que mi blog se lo merece...
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lunes, 26 de septiembre de 2016
El Paseo de Lúa
Lúa
salió de paseo
A explorar mundos nuevos,
Seguir, rastros forasteros.
Halló un
rastro de rata,
Vestida
de maragata.
Olió un
gato atleta,
Que montaba
en bicicleta.
Topó, una
flor violeta,
Con cara
de anacoreta.
Saludó un
perro lobo,
Que propuso
ser su novio.
Caminó
olas de hierbas,
Salpicó
de mil estrellas.
Llegó a
ver a la luna,
Dorada de
aceituna.
La cubrió su mejor rayo,
De luz oscura nocturna.
Regresó
a casa danzando,
Despierta, iba soñando.
Con la
rata maragata,
Con el
gato en bicicleta.
Con el
lobo que era perro,
Con la
flor anacoreta.
Festejó
su gran paseo,
Con baño, y con galleta.
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sábado, 24 de septiembre de 2016
Despistina, Olvidó a Marianera
Esta
noche Despistina,
Olvidó
a Marianera,
Su
feliz espumadera.
Despistina
hoy pensaba...
¿Cómo
remuevo ahora
A mi olla Valentina?
A mi olla Valentina?
A todos lados miraba,
Una respuesta buscaba.
Valentina
observaba,
Más que
nada, espantada.
¡Espero
buen resultado,
Si
remuevo con mi mano!
Contaría tres, dos veces,
Removiéndolo
del revés...
Valentina
le advirtió,
Y en la mano le mordió.
Contenía
Valentina,
Un
conjuro medicina.
Curaría
de una vez,
Del
mundo la estupidez.
Su
pócima desharía,
Del mundo
la tontería.
Más... una cosa había...
que la niña no sabía.
El
mejunje de la olla,
Para brujas
no servía.
Si lo
toca, Despistina,
Se rompe en gelatina.
Llegó por detrás corriendo...
Oyó su
grito a tiempo.
—¡No lo
hagas! ¡Que ya llego!
¡Atiza muy
bien el fuego!—
Gritó, fuerte Marianera,
La gentil espumadera.
Mamá bruja
oyó el grito
Y a la brujita dijo:
—¿No te
hablé del peligro?...
Despistina,
te lo digo...
En la
olla, hay peligro.—
Repiten
brujas a coro,
Todas juntas
sin decoro.
“Despistina, te lo digo,
En la
olla, hay peligro.
Has de
trabajar con tino”
Mamá sigue riñendo:
—Debes
cuidar tus amigos
Valentina,
Marianera,
olla, y
espumadera.
Seguirás
muy bien los pasos,
Realizarás buen trabajo.
Si
despistas ingredientes,
Peligran
seres vivientes...
Perderás, hasta los dientes.
Despistina,
mi brujita…
Di, que
serás buena hija;
Que estudiarás
la lección,
Y pondrás, toda atención.
Despistina,
nuestra bruja,
Triste llora disgustada.
Prometiendo
ser más cauta…
Y no
meter más la pata.
¡Lanzó otro
ingrediente,
A la
olla, muy ardiente!
¡BLOOOOMMM!
¡Explosiona Valentina!
¡Despistina,
no atina,
Esta
bruja... es la ruina!
¡Ay!... ¡Ha sido un despiiiisSssTeEeeee!
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viernes, 23 de septiembre de 2016
Despistina y su olla Valentina!
—¿Qué
te pasa Despistina
Por qué
es que has de llorar?—
—¡Se ha
perdido mi olla,
Esta
mañana… Mamá!—
Decía
la peque maga,
Mientras
sus ojos de bruja,
No cesaban
de llorar.
—¡¿Si…
es la noche de brujas?!…
La
tenemos que encontrar….
Has de
tener más cuidado!
O tu
carrera de magia,
Esta
noche acabará.—
Le
reprendía su madre,
Recordando
que sus cosas,
Es
prioritario cuidar.
La
olla, lo escuchaba,
Oculta
en el más allá.
Estaba
muerta de miedo,
Se
negaba a regresar.
Despistina
asustaba,
A la
olla sin cesar.
Pues en
la noche pasada
No
paraba de explotar
Equivocó
siete veces,
El
conjuro a ensayar.
¡Regresa
ya, Valentina!
Suplicaba
a la olla,
La
preocupada mamá.
Valentina,
nuestra olla,
Se
negaba a regresar.
¡Que no
vuelvo… que me quedo!
¡Que a
eso, no juego más!
¡Me asustan explosiones!
¡Retumban…
Ya no puedo más!
Despistina
prometía,
No
volverla a asustar.
Regresó
la buena olla
Con Despistina
a jugar.
Un BlOOOOOmmm
enorme sonaba
Y el
gran corro de brujas,
Espantadas,
en escoba
Volando a la
luna van.
Y las
ollas de las brujas,
Corren,
hacia el más allá.
¡Ay!...
¡Ha sido un despiiiisSssTeEeeee!
¡No os
vayáis! ¡RetornaAAADDDD!
¡Por
FaAAAAVorrrr!!!! Brujas Amigas!!!
¡Por
favor, REGRESAAAAAAADDDDDD!!! ¡Yaaaaa!!!
jueves, 8 de septiembre de 2016
El mil!
—Mamá
¿Por qué los números sólo son diferentes del cero al nueve?—
—¡No te
entiendo Merceditas!
¿Qué
quieres decir?
Todos
los números son diferentes, no únicamente los que van el uno al nueve.—
—Ya,
mamá, pero… están compuestos por esos mismos números….
Sin
embargo, cada uno tiene un nombre propio, siendo que se repiten.—
—¡No
digas tonterías Merceditas!—
—¡Pues
no son tonterías!
¡Te lo
explico, mami!
El
diez tiene nombre propio. “Diez” pero sus números no son propios de él.
Para
que el Diez sea Diez tiene que pedir prestado un uno y un cero, no tiene un
número propio, tan propio como su nombre...
El
once, tiene que decirle a dos unos que se coloquen en fila para ser once, siendo
que su nombre es inequívoco. "Once".—
—¡Ay,
Merceditas cómo lo complicas todo!—
—No,
mamá, lo que es complicado es saber por qué los números cuando pasan del nueve,
tienen que buscar un compañero o más para poder formarse.
Imagínate
que por ejemplo... El mil encuentra tres ceros charlatanes para llevar detrás, y vuelven
loquísimo al uno. Pues ya no querrá volver a ser mil nunca más.
Si “mil”
tuviese un número propio como lo es su nombre… No tendría que soportar tantos
ceros.
Imagínate
mamá, que yo soy el uno, y mi amiga Mar, Marga y Tina, van detrás de mí todo el
rato charlando, porque ellas son iguales, como trillizas charlatanas, y yo más
tiesa que un garrote, sin brazos y sin poder taparme los oídos… ¡Sería horrible
mamá!—
—Lo
sería, sí. Jajajajaja.—
—¡Mamá
no te rías que esto es muy serio!—
—¡Jajajajaaaaa
No, si no me río cariño!—
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martes, 6 de septiembre de 2016
La Asimilación
—¡Somos
lo que comemos!
Asimilamos
por medio de la comida todo cuanto necesitamos.
Nuestro
organismo recoge aquello que necesita y elimina lo sobrante.
Lo que
vendrían a ser… ¡Ejem!… Los desechos.—
Merceditas
escuchaba esta interesantísima conversación en la radio.
A
través de las ondas, un afamado científico explicaba (sin demasiada precisión.)
la importancia de la asimilación.
Merceditas,
lo comprendió correctamente y se le quedó grabado en el cerebro, palabra por
palabra.
—Qué importante
es esto de la nutrición.—
Pensó
en voz alta Merceditas.
Enseguida
se acordó de las matemáticas, de la tarea que traía del colegio…
De
todas las asignaturas que debía estudiar, ésta era la peor de todas.
Que si
sumar…
Que si
restar…
Que si
dividir…
Y ahora,
que si números quebrados…
Los
números quebrados le daban mucha penilla… Los pobrecillos nunca se hallaban enteros
y, además se encontraban “quebrados.”
Merceditas
los imaginaba escayolados y en una cama de hospital haciendo recuperación de algún
hueso roto.
Debería
estudiar…
Pensó.
—¿Pero
estudiar qué… Si no lo entiendo?...—Razonó para sí misma Merceditas.
Recordó
la conversación mantenida en antena por el sabio científico y…
¡No lo
pensó más!
Merceditas
arrancó las páginas del libro que contenían la lección de “quebrados,” y se las
comió esperando asimilarlo “todo” menos las partes desechables.
Su
organismo asimilaría los conocimientos en las páginas contenidos y el papel
sería excretado como desecho.
Mas...
Mas...
Enseguida
le asaltó una duda:
Recordó
que los números que se había tragado, eran “QUEBRADOS”
Le
invadió un sudor frío... Helado.
¿Habría puesto en peligro sus huesos?...
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lunes, 5 de septiembre de 2016
Yo, Quiero ser bailarina!
Cada una
de las noches a las que daba lugar cada nuevo día, Merceditas soñaba.
Y se
veía en sus sueños vestida de bailarina, con la falda almidonada, con sus
zapatos de baile de puntera reforzada, con su cabello estirado, impregnado de gomina y brillante purpurina que en un gracioso moño, subido a su cabeza, su peinado concluía. Se miraba en el espejo y en sus sueños, para sí misma, frente al espejo
danzaba.
Se contemplaba esbelta, y también muy estirada, pareciendo aún más alta, con el moño de su pelo, que al sobrepasar
su cabeza, la hacía espigada.
Flotaba
en sus sueños, saltaba, brincaba, corría de puntillas y abría los brazos elevando su pierna,
igual que un avión, el cielo entero surcaba.
A la
mañana siguiente cuando se despertaba, corría hacia el espejo para descubrir en
él su traje de bailarina con su falda almidonada, más el espejo brindaba una
imagen que la desconcertaba, de una niña desconocida, de una niña en pijama. No existía el moño, ni su falda, ni
tampoco existían zapatillas, de puntera reforzada.
—¡Yo,
quiero ser bailarina! —
Merceditas,
a su mamá reclamaba.
—¡Yo,
quiero ser bailarina con una falda muy dura que para abajo no caiga, que se
quede suspendida, una falda acartonada.—
—¡Yo,
quiero ser bailarina! —
—Quiero
ser bailarina, con el pelo muy peinado sin que en mi cabeza haya ninguna raya,
que concluya mi peinado en un moño de mi pelo, con el que parezca alta.—
—Yo,
quiero ser bailarina, mamá, con zapatillas de baile de punteras reforzadas,
para bailar de puntillas, para danzar en la plaza.—
*
—Cariño,
para ser bailarina hay que estudiar danza.—
—Hay
que esforzarse mucho.—
—Hay
que vivir en un lugar en el que alguna profesora, se dedique a la danza.—
—No es
posible mi niña, no podrás estudiar danza, no tenemos el dinero, no se puede mi cariño, no podrás estudiar danza.—
*
Merceditas
aguardaba la noche para soñar, y soñaba y en las noches que sus sueños eran una
realidad exacta. Convertía en bailarina, a la niña sin más trabas. Pasaba
noches enteras baila que baila y que baila.
Una
tarde de regreso del colegio a su casa, se paró en un comercio a contemplar una
caja de la que asomaba una muñeca vestida igual que ella, cuando en las noches
danzaba.
Giraba
la muñequita, igual que ella giraba.
—¡Mamá,
quiero ser esa muñeca!—
—¡Quiero
vivir en esa caja!—
—¡Quiero
girar así vestida, no quiero cuando me despierto, ver en el espejo que llevo puesto un aburrido pijama!
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sábado, 27 de agosto de 2016
Mi novela en Amazon
#AbuelaTeCuenta En los primeros puestos de Amazon. Mil gracias por confiar en mis escritos.
Mil gracias por dejar constancia de tu satisfacción con una valoración positiva.
Tus comentarios me animan a seguir. Miles de miles de gracias.
También puedes ver mis cuentos que se encuentran entre los más Vendidos de Amazon
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