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sábado, 13 de junio de 2020

Te vi

Te vi llegar como a la luz del mundo
y sembraste de sol a mi luna nueva...
insuflando vida, a la vida muerta.
al cobijarme en tu ser, existí,
junto a los anillos de tu existencia...
y vistió tu rayo, a mi luna quieta.
intentaste prevenirme de satélites
perdidos, en órbitas caducas, ya muertas.
Advertiste, de su oculta presencia...
una red de nubes tupida, extensa
que solo disfruta, urdiendo mentiras
hundiendo los brillos de lunitas nuevas.

Copyright #MercedesdelPilarGilSánchez #AbuelaTeCuenta

La imagen puede contener: noche

viernes, 12 de junio de 2020

A pasito lento


La aurora, el sol, la luna...

Merodea la aurora
meciendo el oriente
a pasito lento.

La noche desprende
perfumes de rosas,
de espinas, de cardos,
de suspiros lentos.

Se esconde la luna
quemando sus rayos
a fuego muy lento.

Hoy nace una luz
de cielo cercano,
y un sol soñoliento.

© Copyright Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta

miércoles, 10 de junio de 2020

Y todo vuelve, y todo, regresa


Y todo vuelve, y todo regresa...

Volverá la bajamar
a llevarse el agua de la marea.
Volverá a verterse el fuego
que conforma el centro
del planeta Tierra.
Volverá a partir,
el refrescante sol
que inundó de flores la fugaz primavera.
Volverá a salir el sol
que esta tarde produjo
en el cielo una roja puesta...
Volverá a poblarse el firmamento
de las más lucidas
y bellas estrellas...
y volveremos tú y yo,
como vuelven las aves
a cruzar el estrecho
en exuberante estación verde
a forjar de amor los sueños,
a llenar los nidos de polluelos hambrientos,
a vivir enseñando el amor
a unos cuerpos revueltos
rebozados de de vida,
rebosados de sueños.


© Copyright Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta

martes, 9 de junio de 2020


Tú...

Llegaste como la luna,
entraste, como la estrella
y te bañaste en mi playa
y te tumbaste en mi arena.

Y te ofrecí de mis aguas,
calor de una vida nueva.
Rumor de sentido aliento,
rumor, de sal y de arena.

Y te mecí con mis olas,
te moví al flotar en ellas,
para bañarme en tus risas,
para llenarme de estrellas.

Y lucí en mí tus brillos,
me llené de luna nueva.
Deshojé tu amor de rosas,
Me bañé en tu primavera.

©copyright Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta

Así llegaste tú



Así llegaste tú

Llegaste como la luz,
traspasando mis sentidos
Dejando atrás una estela
de multitud de caminos.

Llegaste como el sonido
llega a entrar en los oídos
Erizando mis cabellos,
llenándolos de poemas
De deleitables silbidos.

Llegaste a mí como llega
el agua a un remanso...
de arena, de mies y olivo.

Llegaste como la marea
Acariciando mi orilla
Mesándome la ribera.

Llegaste como esa ola
Que despeja los calores
Que sosiega los suspiros.
Que agasaja y que peina.
que remueve los sentidos.

Legaste como la espuma
de aire y mar concentrada
de viento, que arrastra al humo,
de belleza y seda blanca.

©copyright Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta

Una carta al viento


En San Fernando, Cádiz, día 9 de Junio y del Sagrado e Inmaculado Corazón de María, en el año 2018 d.C.

Muy señora mia, apreciada y delicada dama, querida "dependienta de nubes y ensueños", amiga virtual (de momento):

Agradecí y acepté la invitación a la presentación de tu primera novela, ayer en el auditorio del antiguo "Cine Almirante", !que tiempos aquellos!; no porque me gusten las novelas, ni las escritas -tan magníficas y fantásticas, ya vetustas ya modernisimas y comerciales , ni las radiadas -que tanto hicieron llorar a las féminas de nuestra generación, ni -por supuesto- las televisadas, tan enemigas de la unión matrimonial como el fútbol o... iba a decir "el loco de la colina", ¡que insensatez!; dejémoslo ahí.

Asistí a tu virtual invitación, desatendiendo ciertas frivolidades de mi agenda - que no me interesaban, e incluso cambiando la hora de mi asistencia diaria a la Eucaristía (el Señor lo entiende y aprueba por aquello del segundo mandamiento, que Él mismo promulgó); y, claro que fui, incitado por tu deseo de quererme conocer en persona que era recíproco desde que, ha tiempo ya, leo tus preciosos apuntes poéticos en nuestro cómplice Facebook.

Te confieso un secreto a voces: Soy sordo; y mi discapacidad -obviamente- me iba a impedir escuchar todo lo que se hablaría durante el evento. Realmente, poco me interesaba lo que dijera el presentador que, no quiero elucubrar, quizás aprovechó la ocasión más para presentarse una vez más a asimismo, no porque el señor Montiel tenga por costumbre "faldar" y menos de lo que no es ni sabe, sino porque los españoles hemos entrado -todos un poco, o un mucho- en el laberíntico trasmallo del postureo y el figurar, donde terminan todos ahogados en su propia insensatez... Y así nos va. Pero él no... pienso y quiero creer.

Después tomó la palabra Ignacio, como era de correspondencia y protocolo, y -breve, conciso y concreto, como buen contable- fue al grano, sin ambages ni florituras, pero acertadísimo a la hora de hacer balance, resumiendo las cuentas en una cifra sin números: "auténtica". ¡Que palabra tan comprometedora, qué concepto para adjetivar a una persona pública o privada de tantísima responsabilidad!; "Auténtico": dícese de la persona que "es realmente lo que parece o lo que se dice de ella".

Y yo te miré, miré una vez más esa cara dulce, tímida, inquieta, nerviosa, emocionada, amigable, sencilla, humilde, de vuelta de todo y expectante por cada nuevo segundo, un rostro que nada tiene que ver con las fotos de Facebook que son estáticas como tales fotos que son, un rostro vivaracho, simpático donde los haya, ameno, agradecido por lo vivido y por lo que está por venir, un rostro lleno de paz y de amor sin nombres ni apellidos, pero con mucho amor. Ese rostro era, es, el reflejo de esa palabra que Alguien le bisbiseó a Ignacio: Auténtica. Y te miré una vez más, y te admiré.

Dice el dicho que "la cara es el espejo del alma".
"De la abundancia del corazón habla la boca", esta es -¡ahí es nada!- Palabra de Dios; la que me tomé la libertad de parafrasear para cumplimentarte al despedirme de ti.
Que la abundancia de tu corazón siga manando a borbotones por tu boca y discurra por los ríos de tinta de tu pluma. Tu poesía es fértil abono espiritual para muchas almas que te leen entre ellas, la mía.

Dios te bendice querida amiga.


Respuesta: Muchas gracias; releeré esta carta cada vez que mi ánimo se hunda; me servirá además para contrarrestar a las lenguas cargadas de envidia. Un abrazo.