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jueves, 21 de mayo de 2020

Que se hunda la noche

Que se hunda la luna
en un charco de cieno,
que los cielos se eleven
a lugares desiertos.
Que la luz no ilumine,
que las sombras corrompan
el rubor de dos cuerpos.
Que se hagan cenizas
en unión de secciones,
que los urdan de nuevo.

© Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta
Ni aún así, se hará posible
que la bondad renazca
en tu mente y tu cuerpo.

miércoles, 20 de mayo de 2020

Pensando en NADA


Nada for Android - APK Download


Pero qué voy a estar pensando?
So preguntón!

Pienso en que... nada pienso...
que pienso, que pienso en nada.
Hoy,
nada me cubre, y...
me cubre la nada.
Esta nada infinita,
que en pedazos,
de nada, comunes...
crece en nada, a dentelladas
para desgarrarme
en cuerpo, y 

llevar a girones mi alma.

© #AbuelaTeCuenta Nada.

Ahora ya lo sabes...
¡No me preguntes NADA!

Momentos

Momentos que son soñados y que creemos ser ciertos.

Para mis noches sin días
para mis días sin sueños...
Los días, las noches...
Recuerdos, encuentros,
traducidos en instantes,
reducidos a momentos.
Momentos de sueño y vida...
Momentos de tierra y cielo.

© Copyright 2017 Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
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domingo, 17 de mayo de 2020

El día en que saludé a un dinosaurio


Buenos días Dinosaurio
"Buenos días tenga usté"
¿Nos damos un paseito?
"Por supuesto, de aquí me voy con usté"

La imagen puede contener: Mercedes Del Pilar Gil Sánchez, sonriendo, calzado y exterior

sábado, 16 de mayo de 2020

Ay de mí, que se me muere el alma!


La imagen puede contener: noche
Se me muere la boca,
mi boca se muere...

Se mueren mis labios
mi lengua, mis dientes...


Mi boca se muere.


Se muere de ansias...
Se muere, se muere.


Se muere mi boca;
por probar tus labios...


Mi boca se muere.


Por sentir tu aliento,
por libar su néctar,
mi boca se muere...


Y... se me muere el alma
de pena, y tristeza,


de ver que mi boca,
por tan poco, se muere.


© Copyright 2017 Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta

Una mancha en mi pantalón


Esta mañana temprano,
y nada más levantarme,
enseguida me arreglé
pues habría de leer...
en un colegio;
el Almirante Laulhé.

Nada más salir de casa,
el sol, siempre indiscreto,
sacó a la luz de mi atuendo,
una mancha que en la sombra
se mantenía en secreto.

Para reparar el daño
saqué del bolsillo un pañuelo.
Puse en él mi salivita,
Remedios caseros para quitar manchas en uniformes escolares ...
Añadir leyenda

y froté con mucho esmero...
Se me olvidaba decirte,
que, de papel, era el pañuelo.

Froté y froté en la mancha
que de sombra,
pasó a ser, del color
de un blanco cielo.
Se extendió con la saliva
se pegó al tejido, el pañuelo.

Probé a echar más saliva...
Más mojada, y más pañuelo
con lo que creció la mancha
se reveló, cobró vida,
salió marchando sin duelo,
y me dejó allí solita;
cubriéndome con un pañuelo.

© Copyright 2018 Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta

lunes, 13 de abril de 2020

Feliz día del beso


Pin en humor


Mi beso más cariñoso,
con un abrazo de oso...
regordete, y empachoso,
ahora, justo a las ocho.

No importa si son las diez
pues lo repito otra vez.
para después a las doce
un besito sin un roce.

Luego, al llegar la mañana,
besarte con aún más gana.
Qué no te llego a la cara?
Me subo a una palangana!

Si aún así no te llegué...
te doy un beso en el pie.

#FelizDíaInternacionalDelBESO
© Copyright #AbuelaTeCuenta
Mercedes del Pilar Gil

miércoles, 1 de abril de 2020

¡Callarse!

¡Callad, por favor callarse!
que todo el mundo enmudezca;
que llegan a mí, palabras...
Palabras de musa seca.

De musa que se ha dormido
en mares de brisa quieta;
en muros de desencanto...
de miedo, y de maleza.

¡Callarse! Callarse todos...
Que se ha formado un murmullo
de muerte, que mira de cerca.

Quedarse todos en casa
que ese rugir de muerte;
esta noche, no nos vea.

🙊🙊🙊🙊🙊
Copyright Mercedes Del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta

martes, 31 de marzo de 2020

El aroma del recuerdo

Del primer trozo arrancado por mis dientes saltó la chispa de encendido que da salida a la carrera del recuerdo.
Al instante, pude visualizar ante mí mis pensamientos, volando, cogiendo la altura suficiente que les permitiese ir surcando los escollos causados por el paso inexorable del tiempo.

Vi, que, cruzaron distancias, cuyas medidas serían tomadas en kilómetros, y en las más largas unidades de tiempo.
El fresco pedazo, en el interior de mi boca excitó a las papilas gustativas de lo dulce, las primeras que acompañaran mi niñez, y que poco a poco se han ido rezagando en el rodaje del gusto, para dar prioridad a sabores más neutros o salados.


Mi saliva espabilada de momento, se percató del regusto añejo, para alertar a las glándulas salivares que prestas, y espontáneas vertieron sus líquidos que ansiosos, esperaban tan trascendental momento de ser mezclados con el néctar procedente de la más antigua de las memorias.
Y ahí, mientras masticado por mis dientes, el pedazo vertía todo su encantador jugo contenido, era triturado en diminutos fragmentos, cuya finalidad sería, la de ser tragados.
De camino al tracto digestivo, mi aparato olfativo puso en marcha un camino paralelo, hacia la tarde, a la aburrida hora de la siesta no dormida, y el trasiego de camino que conduce hacia las manzanas.

Las manzanas guardadas en el desván de mi abuela, esparcidas sobre pajas, cuyo olor transgredía a la quietud, y al pensamiento, para convertirse en nada más que tentación sublime; “en el pensamiento único y vivo de la serpiente bíblica por tentadora de manzanas”…

Los jugos en mi boca evocaban aquel tedio, de aquella casa enorme que contenía tres viviendas, y una única habitada.

La casa de mi abuela, donde la hora de mayor respeto, sería la más aburrida; la inacabable hora de la siesta…

Mientras… una niña traviesa, se columpia en la puerta batida del patio, asida a la misma por una mano, que asoma a través de la reja; mientras que, con la otra mano, sostiene el fruto de la delicia; el sabor de los sabores, ese fruto causante del deseo, de piel roja y carne blanca, portador del embrujado aroma... para al terminar de ser degustado, regresar al camino de la apetencia, en que las portadoras del olor embriagante y del gusto, descansan tan felices, esparcidas cada vez a mayor distancia las unas de las otras, sobre pajas frescas que, como el más amarillo de los oros, relucen doradas, para sin querer, hacer resaltar el rojo vivaz de un fruto, hoy convertido en el más hermoso contenedor del recuerdo.
© Mercedes Del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
La imagen puede contener: Mercedes Del Pilar Gil Sánchez

viernes, 27 de marzo de 2020

Los Gestos

Para hablar de los gestos debemos pensar en qué es en sí misma la cara.

Sin dar paso a que las caras puedan atraer más o menos por sus formas, por la belleza en ellas expuesta abiertamente, o, digamos que… encerrada; como es el caso de lo que llamamos “atractivo” ya que es ésta una forma de ver la belleza más abstracta que la convencional. Un modo de mirar, o una abierta sonrisa, pueden componer o añadir belleza a un rostro de rasgos más o menos imperfectos; pero no entraremos ahora en detalles de los llamados cánones de belleza.

La cara, esa forma de identidad única y diversa, está compuesta por cuarenta y tres músculos que utilizan para sus movimientos doce pares de nervios craneales y… esta zona de nuestra identidad que puede abarcar el pequeño tamaño de tu mano abierta, es la parte del cuerpo más compleja, y más difícil que puede abordar un trasplante, para el más experto de los “micro” cirujanos.

Hemos de remontarnos para comprender la importancia de la gestualidad, a la época en que el hombre, como primate, usaba sus músculos y nervios faciales para hacerse entender e interpretar los deseos de sus semejantes; para hacer saber a sus congéneres sus estados de ánimo, dar muestras de su disgusto, o de su contento; de una implícita amenaza, o dar a conocer una invitación para un confiado acercamiento amistoso. La gestualidad sirvió en esa época, en esos inicios de… ser seres humanos, como único recurso de comunicación, de formar sociedad, y de entendimiento mútuo; ya que mucho antes de hacernos comprender por medio de gritos más o menos guturales, prorrumpidos como alarma, amor, o como llamadas al relax de sociabilidad ya humana; el hombre únicamente disponía de su cara para convertirse en el ser social que siempre ha sido.

Otra de las características del rostro humano, es su diversidad, su irrepetible variedad de formas, que ayuda a distinguir al hombre como ser individual y único cuando la ausencia de llamada; la ausencia de nombres identificativos, nos podría haber hecho repetidos, sin personalidad, e idénticos.

Los ojos del ser humano, desde sus inicios como especie están dirigidos hacia el frente, con lo que perdíamos ante otros animales en lo que se refiere a vulnerabilidad, ya que el campo visual de un humano escapa a la lateralidad, y debería (cualquier individuo) para ver a un posible enemigo que se acercase por la espalda, girar su cuerpo junto con su cabeza… con lo que perdería un tiempo precioso y preciso para la huida; mas, esta pérdida, o menor tamaño del campo de visualidad, ha dado paso a la posibilidad de identificación individual por medio del reconocimiento del rostro.

Pero… volvamos a la gestualidad; como resquicio de aquellos tiempos primeros, en aquellos albores comunicativos de seres sociales que somos, y que siempre hemos sido; ha quedado marcada e implícita en nuestro ADN una impronta, como de actos reflejos, que tantas veces, realizamos de forma inconsciente, como resquicios de rechazo, que sobresalen de nuestros ojos en nuestras miradas, resquicios de deseo, que sin necesidad de indiscretos olfateos caninos, escapan delatores de nuestros inconscientes, más allá de nosotros mismos, sin permisos previos, poniendo de manifiesto íntimos sentimientos ante los ojos de congéneres, que más o menos expertos en diálogos sigilosos, son capaces de comprender tu malestar, tu indignación, tu oculto amor, o ese encubierto e íntimo deseo que ha trascendido precisamente, sin tu "deseo" de haber sido trascendido…

Muchas veces, la costumbre, y la comunicación verbal nos ha hecho descuidados, la utilización de la palabra nos ha ido invalidando para una comunicación completamente silenciosa, pero nos ha dotado de un "detector", un interpretador del subconsciente de nuestros interlocutores hablantes, que nos hacen diferenciar y discriminar entre quien nos aprecia de veras, y de quien nos muestra simplemente, una cara amable con miradas delatoras de su "no" entusiasmo y de su "insinceridad".

Quizá esta facultad de detección ancestral, sea para nosotros una maldición en un mundo de palabras...

Quizá...

O quizá nos sirva como lo que es en realidad, un "detector", como prevención de algo negativo...

Quizá....

O quizá, este atisbo de percepción extrasensorial, no sirva para más que para escribir unas cuantas letras en una red social....

Quizá...

Porque, para qué puede servir una muda gestualidad en un mundo poblado por palabras, que se dan cita en la mayor multiplicidad y diversidad de composiciones para expresar a través de ellas la mayor complejidad de pensamientos o expresiones...

Para qué sería necesaria la prevención de una mirada en el mundo de las letras y las palabras?
;)

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