Se perdió en sus pensamientos, y sin darse cuenta se adentró en un bosque. Las flores silvestres parecían hablarle. Se agachó a ver de cerca una margarita, y ésta le saludó como si le conociese. Sabía su nombre…
—Merceditas, ten cuidado.
Merceditas, miró hacia todos lados y no vio nada más que deliciosas flores que rodeaban custodiando la belleza de los árboles, escuchaba trinos de pájaros que imaginó infinitamente bellos e intentó hallar su posición elevando hacia las alturas su mirada. No consiguió ver sus colores, ni sus plumas ni sus alas, les imaginó bellos, de belleza dulce y rara.
Atendió a los trinos de las aves, y su ritmo, su belleza que tanto le ilusionaban transmitían un mensaje que al fijarse, su mente interpretaba.
”Merceditas, ten cuidado. Regresa pronto a tu casa”
Sopló una leve brisa, que la canción arrastraba, añadiendo en el camino unas pocas de palabras.
“Merceditas ten cuidado, regresa pronto a tu casa. Este bosque es peligroso, lo habitan hadas malvadas”
Y la niña florecía viviendo cosas extrañas… Le entusiasmaba la brisa, las flores, la dulzura de las garzas…
“¿Garzas?— Pensó Merceditas. —Qué hermoso ver unas garzas… Y si fuesen cigüeñas… Las aves que a mí me cantan… Escuchando la melodía que todo el mundo cantaba, la cantaba Merceditas mientras haciendo piruetas saltaba.
Se hizo la noche y con ella, la oscuridad más opaca, nada veía la niña.
La oscuridad le asustaba.
Intentó gritar… ¡NO PUDO! El miedo su voz robaba.
En su grito enmudecido, a su mamá recordaba
“¡Mamá, Mamá… mamáaaaaa!”
En la oscuridad vio unos ojos, unos ojos que brillaban y lentamente los ojos a su cara se acercaban…. Cuando los vio muy de cerca y su carita tocaban… Notó una zarpa peluda, que en su hombro se apoyaba… Torció hacia ella instintiva su carita y su mirada descubriendo unas uñas que aún comida albergaban.
Se moría Merceditas en tinieblas, entre garras…. Ya no había melodía ni flores bellas, ni nada….
A lo lejos, muy lejana una voz la reclamaba…
—¡Merceditas, niña mía… Despierta, que luce el sol en la cumbre, que hoy, iremos a la playa!
© Copyright 2017 Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta