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jueves, 3 de diciembre de 2015

Ausencia


Es en las cosas sencillas,

que noto en mi vida tu ausencia.

Añoro en los desayunos, 

tu taza junto a la mía, 

sobre el mantel, en la mesa.

Tu cepillo unido al mío,

tus gafas en el estante, 

tu pantalón en la percha.

En estas pequeñas cosas, 

noto mi vida, tu ausencia.

Y en los momentos más grandes, 

que son las cosas más nuestras.

Tu vacío en nuestra cama, 

tu amor que me envolvía, 

y me abrigaba por entera.

Poder decir amor mío, 

oír tu voz, descubrir que tu calor...

Es sentirte… Eres tú… 

Es… Reclamar tu presencia.

Copyright © 2015 AbuelaTeCuenta All rights reserved 

Obra "Finalista y Seleccionada" para aparecer en el libro "El Dolor de la Ausencia"





martes, 1 de diciembre de 2015

Reunión Literaria

El aire en la tertulia fluía denso, y se filtraban por entre las puertas del local, acerados vientos cortantes, que hasta se dejaban ver volando sobre nuestras cabezas cual cuchillos retozones que se hubiesen dedicado a orbitar sobre nuestras cabezas, donde describían intensos remolinos en el aire.

La reunión brotaba henchida de cortes, y fluían entre rendijas, lacerantes hojas punzantes que ponían alerta nuestros vellos y les llevaban hacia una horripilación espontánea.

Daba verdadero miedo respirar o mover aquél aire preñado de guerra.

Desde que entré en el local, hasta que salí, no me atreví a separar mis extremidades de junto a mi cuerpo, tuve verdadero pánico que tras abandonar aquél lugar tan hermoso, hubiera echando en falta uno de mis brazos, mis piernas o alguno de mis dedos. 

Y una vez pensado el peligro, mantuve el tiempo restante, los hombros alzados protegiendo de cortes mi propio cuello.

     (Yo) Hola, encantada de verte otra vez _
     (Yo) ¿No ha venido tu mujer? –
     (El) ¿Quién? –
     (El) ¿Mi ex? –
     ( Yo) Pues… no sé, aunque… supongo será,… tu novia, o… tu pareja –
     (El) ¡Como me preguntas por mi mujer!... –
     (Yo) Hombre, no te conozco tanto como para saber si tienes o has tenido una ex –
     (Yo) No conozco el nombre de tu ¿Novia? ¿Pareja? Ella no usa su nombre en el Facebook, así que no sé cómo se llama–
     (Yo) Es por eso que he preguntado por tu mujer. Como en la reunión anterior te acompañaba… pues… –
     (El) Se llama Mar –
     (Yo) Entonces… Sabías por quién te preguntaba ¿No? –
     (El) ¿Es que si me preguntas por mi mujer? –

     (Yo) Ah, Hola, no nos conocemos en persona, pero sí por facebook –
     (Yo) Yo soy Mercedes, la que tiene en su perfil un fotomontaje de Blancanieves –
     (P) Ah, sí, ya sé –
     (P) Tenemos muchos contactos en común –
     (Yo) Sí, es cierto, por eso te agregué –
     (Yo) Creo que te vi en un post de Chari –
     (P) Yo siempre acepto a gente que comparte muchos contactos conmigo, no me vaya a entrar por ahí algún chalado –
     (P) Jajajaja –
     (Yo) Jajajajaja-
     (P) ¿Supongo que también escribes, no? –
     (Yo) Sí, escribo cuentos para niños, poesía infantil –
     (P) ¡Yo no! Yo no escribo para niños –
     (P) Los niños me merecen muchísimo respeto –
     (Yo) Vaya, pues yo… comencé a escribirles cuentos a mis nietos… y como les gustaban y tal… pues eso… -
     (Yo) La verdad es que últimamente escribo más de todo… y menos cuentos. La verdad, es que casi no escribo cuentos, ni para los niños ni nada de eso. -
     (P) Este, escribe cosas de terror –
     (El) Jajajaja –
     (Yo) Yo, también he escrito algún que otro relatito de miedo, o de cualquier otra cosa... Para niños nada de nada. No, nada. –

     (Yo) Jejejeje -




sábado, 28 de noviembre de 2015

Maternidad

El Supremo Hacedor, 

cansado ya de crear, 

decidió transferir su  poder de dar vida aquí, 

en la Tierra.

Pensó  para ello, sin dudar ni un único instante... 

En ellas. 

En las mujeres.

Resolviendo así, igualarlas a Él. 

Concediéndoles ser diosas creadoras de vida. 

Convirtió Dios a las mujeres, 

en el más valioso receptáculo de amor. 

Legándoles para ello... 

Maravilla de las Maravillas. 

El don supremo de la maternidad.


Copyright © 2015 AbuelaTeCuenta All rights reserved  

MicroRelato Finalista y  elegido para formar parte de una selección entre los mejores presentados y formará parte del libro "Ellas"


martes, 24 de noviembre de 2015

Desde que te marchaste

Desde que te marchaste...

Desde aquel horrible día,
que tus pasos dirigías 
hacia un lugar sin regreso, 
mis días ya no son días, 
mis sueños, ya no son sueños.

Pues mi vida ya no es vida. 
Mi vida eres tú, y estás lejos. 
Ya no sueño con besarte, 
pues tus labios no los tengo. 

Ya no recuerdo tus ojos, 
ya no recuerdo tu pelo…
Pero sí recuerdo cómo 
me bañaba en tus ojos, 
y en tus miradas de cielo.

Recuerdo cómo te acariciaba, 
y besaba tu cabello.
Ya no recuerdo tus manos, 
ni me acuerdo de tu cuerpo.

Pero sí recuerdo, cómo 
mis lágrimas enjugabas, 
derramándose ansiosas, 
por tus manos, 
y  también entre tus dedos.

Recuerdo además que en mi cama,
tu calor era deseo.
Ya no sé si te recuerdo, 
ya no sé si te deseo, 
aunque sí sé que a solas… 
A solas, siempre te espero.


Para superar tu ausencia 
tejo una malla continua. 
Una malla 
que hallará el final...
A tu regreso.

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lunes, 23 de noviembre de 2015

El otoño, es nuevo tiempo de amor.

Es nuevo tiempo de amor,
Es el otoño,

Ese nuevo tiempo de amor,
Para todo aquel que obvió,

Que el amor es primavera,
Y la primavera es amor.

Ahora, es tiempo de amor,
Y están las sangres revueltas,

Entre colores de hielo,
Entre limbos violetas,

Vienen tocando trompetas,
Aires grisáceos de amor,

Nacen entre hojas ya muertas,
Bellas trovadas de amor

Que desatan ansias nuevas
Ansias de amor y de ardor.

Vienen, de amor admirados,
Ansiosos cuerpos soldados,

Que ligan chicles rosados,
Causantes de bucles de amor.

Sí, ahora... es tiempo para el amor.


"Finalista" en: Letras Como Espada.

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viernes, 20 de noviembre de 2015

Besos

Desmenuzo segundos, 

de amor a tu lado.

Desgajando momentos, 

de pasión anhelados.

Universos ardientes, 

son mi vida tus labios.

Descubriendo estrellas, 

cuando rozo tus manos.

Me baño en tu luz, 

en tu amor sin engaños,

Mis besos recorren, 

tus mundos perfectos,

Por siempre ansiados.

Tus mundos remotos, 

tus mundos cercanos.

Siento en mí tus besos, 

esos besos de fuego,

Que arden en mí, 

quemando mis labios.


Copyright © 2015 AbuelaTeCuenta All rights reserved

Finalista y Seleccionado para aparecer en el libro "Versos desde el Corazón II"

martes, 17 de noviembre de 2015

Premios Bitácoras Número 23 de Arte y Cultura (La última semana)


Enhorabuena a tod@s mis compañeros Bloguer@s.
Los que han quedado por delante de mí y a los que precedo. Enhorabuena a tod@s 
Muy especialmente a Escritora Mamá, José Carlos, Seres De luz, Oscar Rayan. Nuevo Viaje a Ítaca, Tormentas de tinta, Mi Bibliotecaebook 
Tod@s entre los 100 primeros.
Pequeños blogs entre los GRANDES!
Besos queridos amig@s
Os estoy muy agradecida a tod@s 
Os merecéis mil besos y mil abrazos. Os quiero! 
Os lo debo a tod@s Vosotros!!! 
GRACIAS!!!


lunes, 16 de noviembre de 2015

Una Muerte Inesperada!

Tras la reja que me separa de la arena, recuerdo los días felices a muchos pies de distancia de Roma, en la hoy Tracia Romana, donde mi posición holgada, me permitía gozar de privilegios importantes, tales como criados encargados de mi persona, de mis hijos y mi amada esposa.

Mi educación había seguido el camino de las artes escritas, para llevar constancia del legado del reino, sus tesorerías y patrimonio. Un trabajo delicado y pulcro que llevaba con gusto, tratando siempre de ser lo más exacto posible en los cálculos y reseñas patrimoniales.

Jamás recibí entrenamiento armado para no estropear mis manos, que resultaban entonces valiosas y debían ser protegidas de golpes que pudiesen dejarlas lisiadas e inservibles. Las manos de los cuestores, son tratadas como delicadas joyas en mi lugar de procedencia.

Tras la invasión Romana, fui sometido a duros entrenamientos de luchas cuerpo a cuerpo y manejo de espada, red, maza o tridente, y al correcto uso de los objetos de protección: Yelmo, escudo, brazalete y coraza.

Sé que hoy, será mi último día sobre la Tierra pues mis dotes de guerrero son escasas, y mis contrincantes, usan desde niños todo tipo de armas. Han sido entrenados para la lucha por medio de ejercicios que han ido transformando sus cuerpos y sus mentes, en máquinas perfectas para la lucha.

No creo además que si llegase el caso, fuese capaz de ejecutar la última sentencia de ningún condenado, aún saliendo victorioso (caso muy improbable) no podría dar muerte a nadie.

Será la primera vez que exponga mi vida en la arena, y estoy seguro de que será la última. 

Será una liberación para mí esta muerte rápida en la palestra, que librará mi alma y mi cuerpo de esta horrible condena a la que mi vida se ha visto sometida sin remisión, sin vida ni esperanza.

Existe en el hipogeo donde me hallo, un rumor que trasciende desde las altas esferas, sobre un león que esta mañana ha podido alcanzar el Podium, gracias a una biga o carro, que tras perder en la carrera de esta mañana, quedó arrimado al muro que separa las gradas de la arena. Tras hacer huir al auriga, se sirvió del carro como de un trampolín, alcanzando a dar muerte a tres de los ilustres que contemplaban la escena impávidos.

¡Hermosa anécdota para antes de morir!

¡Lástima que no me precediesen más ilustres romanos en mi último viaje!

Desde aquí, no veo las peleas, solo alcanzo a escuchar el graderío siempre exaltado, y cada vez más embriagado de sangre, de la que jamás se encuentran saciados. 

¡Matar y morir… matar y morir!… 

¡Nunca hay bastante sangre para contentar a los sedientos romanos!

Los contendientes que ahora se encuentran en la arena, son los que me preceden. Yo iré tras ellos.

Me anunciarán como el "Cuestor"

Tengo miedo...

Temo que el valor huya de mí, que me abandone antes de la pelea. No quisiera perder la vida corriendo. 

¡Sería vergonzoso! 

¡Sería horrible para mis descendientes el recuerdo de un cobarde!

Alguien grita en el hipogeo…

No entiendo qué dicen…

Oigo los gritos más cerca…

No sé qué ocurre…

Pero… ¿Cómo puedo hacer caso de algo... en la horrible situación en la que me encuentro?

Me han puesto una espada en la mano, y colocado sobre la cabeza un pesado yelmo. 

En el brazo izquierdo me han plantado un escudo.

¡Acogedme, Dioses en vuestros senos!

¡Un centurión grita mi nombre!

       -¡Cuestor!

      -¡Quítate eso y sígueme!

     -¡Debes sustituir a nuestro Cuestor! 

     -¡Que ha resultado muerto esta mañana en el Podium!

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El Crítico literario

La mañana resultó mucho peor de lo que había imaginado, su esposa se quedó dormida y no le preparó el desayuno. Él mismo hubo de calentar el café, introducir la rebanada de pan en la tostadora, y hasta untarse la mantequilla, que por cierto, estaba helada y ni el calor de la tostada era capaz de derretirla y hacerla resbalar dulcemente sobre el pan, como a él le gustaba. 

¿Pero cómo hacía María estas cosas para que le saliesen perfectas? 

El  café ardía en el vaso.

Víctor, se encaminó hacia la puerta y la abrió con la esperanza de que hubiese llegado el periódico y poder echarle una ojeada antes de salir hacia el trabajo, mientras se tomaba el café.

Estaba de suerte, al menos eso sí salía bien. 

El periódico estaba en el buzón, enrollado como siempre. 

De camino hacia la mesa de la cocina lo desenvolvió y sacudió a la vez que lo envolvía hacia el lado contrario para que una vez estirado quedase liso y perfecto. 

Al sentarse a la mesa  distraído, el periódico empujó al vaso del café que se derramó rápidamente sobre el papel y sobre la mesa. Unas cuantas gotas de café cayeron sobre su pantalón quemándose en salva sea la parte.

     ¡Mier!….

Retuvo el grito por la mitad.

María se levantó asustada.

     ¿Qué te ha pasado cariño?

     ¡Me quemé!

Dijo el señor señalando la parte quemada de su cuerpo.

     ¡Se me cayó el café!

     No pasa nada, cariño, yo te pondré otro ahora mismo.

     ¡Déjalo! No importa, no me dará tiempo.

     ¡Te lo calentaré un poquito y lo tomarás enseguida!

     ¡No tengo tiempo! He de irme ya.

Salió a toda prisa de la casa, camino del trabajo, sin soltar el periódico, al que no dejaba de sacudir para hacerle abandonar el mayor número de partículas de café, al mismo tiempo que se limpiaba las ardientes gotas del pantalón.

Su viaje en el coche, se hizo bastante accidentado. Nada más salir del aparcamiento, otro coche vecino hubo de frenar en seco para no recibir un golpe contra el coche de Víctor. Al llegar a la rotonda, él fue quien hubo de frenar en seco, para no rozarse con el vehículo que giraba hacia su carril justo por delante de su auto.

Víctor se contuvo, aunque tenía verdaderos deseos de cantarles las cuarenta a todos, y darse el gustazo de enviarles bien lejos...

Arturo, su jefe le esperaba apoyado en la mesa de su despacho, mirando hacia la puerta, donde en ese instante se dibujó su imagen, asustada por la presencia del superior.

     ¡Don Víctor! ¿Ha enviado usted la carta del pedido correspondiente al mes en curso?

     ¡Sí! Creo que sí, señor director.

     ¿Lo cree usted o la ha enviado?

     Yo… Yo…

Contestó sin poder articular palabra.

Dos horas después… Terminado ya el pedido, y la carta reclamada por su jefe, Víctor entró a un chat de literatura, donde solía leer y comentar.


Leyó un poemita sencillo e infantil publicado en un blog, dejando como comentario lo siguiente: 

“¡Pésima poesía! Falta de talento”

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