No sé por qué recuerdo el día en que mi madre me los presentó; recuerdo mi vestido estampado con miles de florecillas, mis calcetines y mis zapatos blancos...
Mi madre me llevaba de la mano y se paró de repente para mostrarme los pensamientos; recuerdo, unos colores azules o violeta que alegraban bajo un día de sol radiante el jardín, en los aledaños del ayuntamiento, contenidos en dos pequeños parterres situados a derecha e izquierda del solemne edificio, y mi madre me dijo:
_Mira, nena; unos pensamientos...
Miré a todos lados y no era capaz de ver nada...
Mi madre, al darse cuenta de que miraba hacia todas partes, menos hacia donde se hallaban los pensamientos, me preguntó incrédula:
Es que no los ves?...
Es que no los ves?...
Yo, muy pensativa y desconcertada, le contesté:
_Es que acaso los pensamientos se ven?...
Parecerá una tontería, pero la realidad del caso, es que en ese momento, estaba muy asustada... Y... no sé qué clase de personificación "pensada" esperaba ver aparecer por allí...
Algo muy parecido me ocurrió con los tulipanes. en el mismo lugar, en un momento distinto.
El caso es, que... ambos dos, se me han quedado grabados en la memoria, y ahí permanecen como si hubiesen ocurrido ayer mismo, imperecederos. Lo mejor, la imagen de mi madre para siempre conmigo, y yo, protegida por su mano en esas menudencias de recuerdos.
Un recuerdo de #AbuelaTeCuenta
© 2018 All rights reserved Mercedes del Pilar Gil Sánchez