Siempre en busca de editorial.
Como sabéis, mi NOVELA "Las Vacaciones que iluminaron Mi Vida" ha obtenido magníficas valoraciones. Gracias por vuestras lecturas y comentarios, ya que también aquí, escribo relatos, cuentos, o poesía Infantil. (Mis Cuentos publicados en Amazon, han estado situados en el nº 1 de ventas)
Gracias por leerme. Comenta, no te cortes.
Muchas veces, y muchos días cuando en la mañana me despierto, me levanto, y al ver las noticias, rezo por conseguir que la modorra, me devuelva pronto al sueño.
Y es que no sé quién soy, o quienes somos, ni el país en que vivimos, ni cuál es el siglo al que pertenecemos.
Pero aún así, quiero creer que somos personas, y me empeño además, en confiar que lo somos, desde el instante mismo en que insuflamos el primer aire a los pulmones, en ese momento único de hacernos terrenos.
Yo sé que somos personas.
Lo Sé.
Somos personas, independientemente del sexo con el que meemos.
Somos personas, todos lo somos, nos acostemos o amemos a quien amemos.
Somos personas, sí, todos lo somos; Tú, yo, el niño que juega con las muñecas, o la niña que disfruta del balón en un partido futbolero. Aquella que juega a ser cocinera, o para el que la mecánica y los coches tienen especial sentido, sin que nada de eso se halle marcado, por el sexo de su nacimiento.
Somos personas, lo somos.
Lo somos todos...
Entonces... por qué... Por qué no hacemos por respetarnos?
En este lugar del tiempo en el que circulamos, en este instante en que la verdad es de lo más diverso... Por qué no nos llega el espacio para con soltura movernos?....
Qué es lo que nos hace dudar del otro?...
Por favor, vivamos!....
Vivamos felices, por favor, amigos míos; por favor, amemos!
La diversidad es hermosa. Lo mejor, es lo diverso, o seríamos como cromos, igualitos, y muy feos.
Todos somos personas, y todos, en este mundo cabemos...
Samuel, un muchacho bueno y lleno de vida, ha sido asesinado en la calle, mientras intentaba defender a una amiga, al tiempo que el agresor profería gritos xenófobos.
Descansa en paz, dulce mártir del odio.
Muchas veces... Aún sintiéndome persona, en las personas no creo.
He de deciros queridos
amigos, que de verdad estoy encantada con esta oportunidad que me brinda
Vanessa Calonge para poder saludaros y acercar mi voz a todos cuantos deseéis
desde aquí escucharla, y ofreceros mi modesta experiencia presencial con la
feria del libro.
Mi nombre es Mercedes
del Pilar Gil, a quien quizá conozcáis en redes sociales como abuela te cuenta.
Desde que era niña he
soñado con ser protagonista en alguna de las ferias del libro, he soñado con
librerías, con bibliotecas, y con grandes estanterías repletas de libros, ya
que los libros me han atraído desde siempre. Los libros, su contenido que
exhorta a la mente a ser elevada hacia el mundo de los sueños; su exterior que es el comienzo y promesa de cuanto
sucede en ese mágico contenido y su maquetación, el olor característico a sabiduría, al que
únicamente sus páginas divinas, pueden tener acceso.
Desconocía entonces,
que un día se haría realidad aquella ensoñación de chiquilla fantasiosa, aunque
hubieron de pasar muchos años y muchas ferias para que el deseo primigenio y ya
casi olvidado, tomase forma, pero la tomó, y no en una caseta ferial, ya que
eligieron los hados hacer feliz a aquella pequeñuela en el Centro de Congresos
de la Real Isla de León, donde en 2018, mi novela Las vacaciones que iluminaron
mi vida tuvo el honor de dar comienzo a la feria del libro de San Fernando en
Cádiz.
Ni que decir tiene
que todo cuanto a mi alrededor acontecía en esos momentos, se veía traducido dentro
de mí en grandísima alegría, y en un enorme temblor de nervios, para acabar
siendo ese especial recuerdo, que guardar para siempre en mi memoria.
Se sucedieron después
otras ferias como las de mis sueños infantiles, en casetas al aire libre, y en
prestigiosos edificios repletos de historia, como sucede con la feria de Cádiz
que señorial y majestuosa, transcurre en el Baluarte de la Candelaria; o la de
Jeréz contenida en los Claustros de Santo Domingo llenos de exquisita
representación religiosa.
Las ferias del libro
son expresiones culturales de muchísimo peso, que acercan al autor a un público
muy diferente al de las presentaciones, puesto que la feria del libro nos
comunica con un público viandante de antemano interesado, a quien desconoces,
que en tantas ocasiones se acerca a ti con cariño, y eso es siempre tremendamente
emocionante y grandioso.
Me gustaría para
terminar, leeros mi último poema dedicado al libro.
Está soñando la luna?
Mercedes del Pilar Gil Sánchez
He visto ayer a la
luna
que a ratos se
entristecía
y al nada, estaba
llorando.
Poco después se reía
presa de magia o
encanto.
La vi que abría sus
ojos
de cráteres ahondados,
tal como hacen los
niños
con un asombro de
espanto.
¿Qué está haciendo la
luna
con tantos mohines
vanos…
Por qué sonríe a
deshoras
por qué es que sufre
y llora…
Por qué esas caras de
pasmo?
Me contestaron dos
nubes
alargadas cual
lagartos
con crestas de cinco
dedos
que quieran agarrar
algo…
Son dos brazos
extendidos
blancos como esa
lunita
que gesticula de
encanto,
He visto además al
lado
estrellitas de
colores
que en constelación
de cuatro
van formando un
equipo
son atril, para las
manos
que van pasando de un
libro
páginas de letras
vivas
que recitan vivos cantos.
Puedo decir con
soltura
que he visto leer a
la luna
usando un atril de
estrellas
y el lujo de remos
blancos.
Muchísimas gracias
Vanessa recibe mis besos para ti y para todos vosotros que con paciencia me
escucháis, junto con mi cariño.
Dedicado a Serafín y a sus hermanas,
cuando eran pequeños.
Los ojos de la nocturnidad
—Sentaos
aquí Paqui y Pili; no, así no… Debéis pegaros a mí así, una a cada lado Para que
podamos ver lo mismo los tres.
—¡Vale!
—Contestan ilusionadas y a dúo las dos niñas.
“Mientras
que la noche se cerraba en la oscuridad, la inmensa luna se va escondiendo de
prisa entre las nubes…
¿Es que acaso temía ser vista?...
Un
escalofrío heló la espalda de los pequeños, a la vez que unos ojos abiertos a
la nueva penumbra, desprendían los escasos reflejos proporcionados por el blanco,
y oculto satélite”…
—¡Tengo
miedo Sera! —Susurró Paqui muy bajito —Yo también —Dijo Pili con voz
temblorosa.
—Pssss
—Contestó su hermanito —Tranquilas, que yo estoy aquí, con vosotras; y, ya que
mis manos están ocupadas, cogeos fuerte a cada lado de mi chaqueta…
“Los
enormes ojos parecían no pertenecer a rostro alguno, vigilando en busca de
algún despistado que confiado en no ser visto, pasease la noche a deshora por
el Reino de lo Desconocido”…
—¿El
Reino de lo Desconocido dónde está Sera? —A lo que Serafín docto como el más
sabio de los maestros contestó:
—Podría
estar en cualquier lugar, Paqui.
Cualquier
lugar inexplorado, podría ser parte de ese reino, que por fuerza, ha de ser infinito.
—¡Ahhhh!
—Contestaron las niñas, no muy seguras de haber comprendido la explicación de
Serafín.
“Se
hizo un silencio… El silencio, aunque siempre está presente, no siempre es
detectable; no siempre se nota la presencia de un buen silencio…
—¿Pero
por qué Sera?
—No
lo sé niñas…
“Como
todo lo oculto, el silencio es un claro ejemplo de que siempre estará ahí, pero
nadie que no hiciese caso de ese silencio, podría detectar su presencia”.
—Psss
—Serafín que intuyó las preguntas de Paqui, y de Pili, acercó el dedo índice de
su mano derecha a la boca y, chistó. Casi, en absoluto silencio.
Paqui
y Pili abrieron mucho los ojos y también la boca, pero enseguida la cerraron,
no deseaban que sus palabras tuviesen la culpa de borrar aquella nada de silencio
sepulcral, que parecía inundar la noche, en aquella supuesta… “NADA” nocturna.
“De
pronto, los ojos se abrieron aún más enormes, al instante de que aquella nube apresurada
olvidó por un momento, la ocultación de la luna.
Uno
de sus fulgores, “el más travieso de todos” aprovechó el nimio fragmento de
tiempo, ya que se aburría soberanamente, y estaba harto de no ser punto de
atención entre las nubes, y crecía dentro de sí aquella necesidad imperiosa, de
hacer brillar como cada noche, a su pizca de natural protagonismo…
¿Pero
qué era aquél aire húmedo y caliente que asomaba a la cara de los niños?
Bajo
los ojos surgió gracias al rayo travieso, el reflejo de una especie de sonrisa blanca
y abierta, que a cada instante, se asemejaba más y más, a un bostezo descoyuntador
de mandíbulas; a la vez que un rugido mató en un instante al silencio”…
—¡Socorro!
—Gritaron Paqui y Pili las dos juntas —Mientras que Serafín cerró con fuerza extraordinaria,
las páginas de aquél pavoroso libro.