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viernes, 19 de junio de 2020

En el confinamiento qué has hecho?

No sé si os habrá pasado lo mismo que a mí durante el confinamiento; En principio no me afectó demasiado estar en casa sin salir, pues la fuerza de la costumbre ha consentido que mi casa, no sea para mi mente concebida como un lugar de reclusión, sino más bien, como la zona de confort a la que todos acudimos para sentirnos al amparo de la, protección; ya que por motivos de salud, gran parte del año, mi vida se desarrolla en su interior, más pasiva, o activamente, pero aquí entre estas paredes; ya que la concibo como el lugar más seguro para mis dolencias alérgicas. El confinamiento, no ha sido pues, para mí, más que una continuación adaptativa de encierro natural, eso sí, disfrutando de mayor compañía, al estar obligado también mi esposo al encierro, cosa que para mí es como un regalo y una maravilla, de disfrute total. Lúa, mi perrita ha hecho las monerías más grandes de su vida, encantada de que nadie abandone este lugar que cuida ella con tantísimo y esmero.
Sí he echado en falta al resto de mi familia; a mis pequeñines, que obligatoriamente han estado alejados, y jamás pensé el bien que hacen unas imágenes de un vídeo casero.
Han ocurrido durante esta insólita normalidad casera, algunas extrañas coincidencias con los aparatos eléctricos; quienes como poseedores de un cerebro cómplice, han decidido chamuscarse, para dejarnos fríos de imágenes, de lavado, y cocinado... pues se han ido de paseo, el televisor, la lavadora, el microondas y hasta la bombilla de la entrada se ha ido; no teniendo estos últimos más de unos pocos meses aquí, con nosotros, haciéndonos compañía.
Ha sido un tiempo de sufrimiento intenso, de pensar, y de bloqueo, de sentir lo que siente alguien que tiene en su familia un ser expuesto en un hospital, al maldito coronavirus, viendo además que al principio no existía protección para ellos y verle después irreconocible vestido con un epi...
Y aquí estamos, escribiendo e intentando respirar para continuar sobreviviendo sin querer hablar del dolor que en el alma han dejado los que lo han sufrido y el horrible balance de muertos.
Ni de cuántas horas dedicadas a la desinfección, de mandos, botones, tiradores, zapatos, suelos, vasos, platos, ropa; esta última se ha ido quedando llena de lunarcitos lejieros.
Y tú? el tuyo cómo ha sido?
Cómo has llevado el tiempo del confinamiento?
Mercedes Del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta

La imagen puede contener: una o varias personas y calzado

martes, 16 de junio de 2020

Javalíes en peligro

SALVEMOS A LOS JABALÍES!!!!
Qué lástima de jabalíes en Madrid, pobrecitos. Por qué no les devuelven a su entorno y les ponen comida para que no hallan de migrar a las ciudades para mendigar en cubos de basuras?.
Me indigna que se sacrifiquen animales a los que se les ha sido usurpado el terreno, y el medio de vida. Devuélvanse a sus vidas pacíficas en el monte o donde sea que vivan. Pero, qué lástima, los javatitos al lado de sus padres. Dejadlos vivir!!!!

Las jaulas situadas en la Casa de Campo han atrapado a 31 jabalíes; adultos y rayones, que son trasladados a un centro de cuarentena

sábado, 13 de junio de 2020

Te vi

Te vi llegar como a la luz del mundo
y sembraste de sol a mi luna nueva...
insuflando vida, a la vida muerta.
al cobijarme en tu ser, existí,
junto a los anillos de tu existencia...
y vistió tu rayo, a mi luna quieta.
intentaste prevenirme de satélites
perdidos, en órbitas caducas, ya muertas.
Advertiste, de su oculta presencia...
una red de nubes tupida, extensa
que solo disfruta, urdiendo mentiras
hundiendo los brillos de lunitas nuevas.

Copyright #MercedesdelPilarGilSánchez #AbuelaTeCuenta

La imagen puede contener: noche

viernes, 12 de junio de 2020

A pasito lento


La aurora, el sol, la luna...

Merodea la aurora
meciendo el oriente
a pasito lento.

La noche desprende
perfumes de rosas,
de espinas, de cardos,
de suspiros lentos.

Se esconde la luna
quemando sus rayos
a fuego muy lento.

Hoy nace una luz
de cielo cercano,
y un sol soñoliento.

© Copyright Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta

miércoles, 10 de junio de 2020

Y todo vuelve, y todo, regresa


Y todo vuelve, y todo regresa...

Volverá la bajamar
a llevarse el agua de la marea.
Volverá a verterse el fuego
que conforma el centro
del planeta Tierra.
Volverá a partir,
el refrescante sol
que inundó de flores la fugaz primavera.
Volverá a salir el sol
que esta tarde produjo
en el cielo una roja puesta...
Volverá a poblarse el firmamento
de las más lucidas
y bellas estrellas...
y volveremos tú y yo,
como vuelven las aves
a cruzar el estrecho
en exuberante estación verde
a forjar de amor los sueños,
a llenar los nidos de polluelos hambrientos,
a vivir enseñando el amor
a unos cuerpos revueltos
rebozados de de vida,
rebosados de sueños.


© Copyright Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta

martes, 9 de junio de 2020


Tú...

Llegaste como la luna,
entraste, como la estrella
y te bañaste en mi playa
y te tumbaste en mi arena.

Y te ofrecí de mis aguas,
calor de una vida nueva.
Rumor de sentido aliento,
rumor, de sal y de arena.

Y te mecí con mis olas,
te moví al flotar en ellas,
para bañarme en tus risas,
para llenarme de estrellas.

Y lucí en mí tus brillos,
me llené de luna nueva.
Deshojé tu amor de rosas,
Me bañé en tu primavera.

©copyright Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta

Así llegaste tú



Así llegaste tú

Llegaste como la luz,
traspasando mis sentidos
Dejando atrás una estela
de multitud de caminos.

Llegaste como el sonido
llega a entrar en los oídos
Erizando mis cabellos,
llenándolos de poemas
De deleitables silbidos.

Llegaste a mí como llega
el agua a un remanso...
de arena, de mies y olivo.

Llegaste como la marea
Acariciando mi orilla
Mesándome la ribera.

Llegaste como esa ola
Que despeja los calores
Que sosiega los suspiros.
Que agasaja y que peina.
que remueve los sentidos.

Legaste como la espuma
de aire y mar concentrada
de viento, que arrastra al humo,
de belleza y seda blanca.

©copyright Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta

Una carta al viento


En San Fernando, Cádiz, día 9 de Junio y del Sagrado e Inmaculado Corazón de María, en el año 2018 d.C.

Muy señora mia, apreciada y delicada dama, querida "dependienta de nubes y ensueños", amiga virtual (de momento):

Agradecí y acepté la invitación a la presentación de tu primera novela, ayer en el auditorio del antiguo "Cine Almirante", !que tiempos aquellos!; no porque me gusten las novelas, ni las escritas -tan magníficas y fantásticas, ya vetustas ya modernisimas y comerciales , ni las radiadas -que tanto hicieron llorar a las féminas de nuestra generación, ni -por supuesto- las televisadas, tan enemigas de la unión matrimonial como el fútbol o... iba a decir "el loco de la colina", ¡que insensatez!; dejémoslo ahí.

Asistí a tu virtual invitación, desatendiendo ciertas frivolidades de mi agenda - que no me interesaban, e incluso cambiando la hora de mi asistencia diaria a la Eucaristía (el Señor lo entiende y aprueba por aquello del segundo mandamiento, que Él mismo promulgó); y, claro que fui, incitado por tu deseo de quererme conocer en persona que era recíproco desde que, ha tiempo ya, leo tus preciosos apuntes poéticos en nuestro cómplice Facebook.

Te confieso un secreto a voces: Soy sordo; y mi discapacidad -obviamente- me iba a impedir escuchar todo lo que se hablaría durante el evento. Realmente, poco me interesaba lo que dijera el presentador que, no quiero elucubrar, quizás aprovechó la ocasión más para presentarse una vez más a asimismo, no porque el señor Montiel tenga por costumbre "faldar" y menos de lo que no es ni sabe, sino porque los españoles hemos entrado -todos un poco, o un mucho- en el laberíntico trasmallo del postureo y el figurar, donde terminan todos ahogados en su propia insensatez... Y así nos va. Pero él no... pienso y quiero creer.

Después tomó la palabra Ignacio, como era de correspondencia y protocolo, y -breve, conciso y concreto, como buen contable- fue al grano, sin ambages ni florituras, pero acertadísimo a la hora de hacer balance, resumiendo las cuentas en una cifra sin números: "auténtica". ¡Que palabra tan comprometedora, qué concepto para adjetivar a una persona pública o privada de tantísima responsabilidad!; "Auténtico": dícese de la persona que "es realmente lo que parece o lo que se dice de ella".

Y yo te miré, miré una vez más esa cara dulce, tímida, inquieta, nerviosa, emocionada, amigable, sencilla, humilde, de vuelta de todo y expectante por cada nuevo segundo, un rostro que nada tiene que ver con las fotos de Facebook que son estáticas como tales fotos que son, un rostro vivaracho, simpático donde los haya, ameno, agradecido por lo vivido y por lo que está por venir, un rostro lleno de paz y de amor sin nombres ni apellidos, pero con mucho amor. Ese rostro era, es, el reflejo de esa palabra que Alguien le bisbiseó a Ignacio: Auténtica. Y te miré una vez más, y te admiré.

Dice el dicho que "la cara es el espejo del alma".
"De la abundancia del corazón habla la boca", esta es -¡ahí es nada!- Palabra de Dios; la que me tomé la libertad de parafrasear para cumplimentarte al despedirme de ti.
Que la abundancia de tu corazón siga manando a borbotones por tu boca y discurra por los ríos de tinta de tu pluma. Tu poesía es fértil abono espiritual para muchas almas que te leen entre ellas, la mía.

Dios te bendice querida amiga.


Respuesta: Muchas gracias; releeré esta carta cada vez que mi ánimo se hunda; me servirá además para contrarrestar a las lenguas cargadas de envidia. Un abrazo.

sábado, 30 de mayo de 2020

soledad

La soledad se expande
como masa que reposa
sobre una mesa extendida.

Como ese rizo de pelo
que viaja desbocado
de tu frente a tu mejilla.

Como una bella cascada
en tonos de agua vivida.

La soledad hoy es dulce,
y mañana se hace fría.

Es dulce, si estamos solos
es fría, si soy yo sola,
si no se une, tu piel con la mía.

La soledad no halla puertos,
es un barco a la deriva...
que viaja dando vueltas
en callejón sin salida.

Es día de soledades
de la tuya... de la mía.
Soledades sin retorno,
soledades de por vida.

© Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta
El sentimiento de soledad - AlbaMar Psicología