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domingo, 14 de febrero de 2016

La acariciaba el aire...


Acaríciame Aire.
Y el aire la envolvía,
y la acariciaba el viento.
El aire que era mi amor,
Clamor de mis sentimientos.
‪#‎AbuelaTeCuentA‬

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Te regalé una rosa...

Te regalé una rosa
y te cubrí de mi amor,
y descubrí mariposas,
danzando en mi corazón.

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El día que te conocí...

El día en que te conocí,
debía ser primavera
porque hiciste brotar de mí,

un Amor que creció 
Sin escollos, ni barreras.

‪#‎AbuelaTeCuentA‬

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Y si te encuentro dormida

Y si te encuentro dormida...

Y si no estás aún despierta,
Te besaré en los ojos,
Para cuando los abras,

Sea mi amor... 
La primera luz,
 Que tus ojos vean.

#‎AbuelaTeCuenta‬

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Te dije Vida...


De noche te dije Vida,

De día te dije Nena,


Ven aquí vidita mía, 


Que tu amor quita mis penas.


‪#‎AbuelaTeCuentA‬

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Recuerdo


Recuerdo aquella tarde,

que me besaste la boca...

Recuerdo que te quería...

Recuerdo volverme loca.


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Esta tarde...

Esta tarde fui a salir,
y me pasé por tu puerta
llamé para verte a ti,

y un besito te di,
allí mismo,
apoyadita a la puerta.

‪#‎AbuelaTeCuentA‬

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Y yo, Amor te llamo


Amor, 
Me llamas amor,
y yo a ti, 
Amor te llamo.
Amor que despierta en mí,

Más amor,
Si Amor te llamo.

#AbuelaTeCuentA

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El amor



El amor es el aire


el amor es el viento


el amor es la nube


en que habitan mis sueños


El amor eres tú


El amor son tus besos

#AbuelaTeCuentA

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jueves, 11 de febrero de 2016

Son armas las tijeras???

Adelina, esta mañana se levantó presurosa, tenía tantas cosas pendientes…

Había tanto por hacer, y quería dejar todo hecho en el hueco de la mañana, así que bulló de prisas y ligereza, sin detenerse en detalles ni meticulosidades, estaría todo listo y recogido a las dos de la tarde.

La plancha, las habitaciones, el salón, la compra, la comida, la lavadora…

Saldría mientras la lavadora giraba a su antojo de derecha a izquierda y de izquierda a derecha.

La oyó coger agua después de haberla llenado de ropa e introducir en sus correspondientes depósitos, detergente, suavizante y un poco de lejía.

Salió tranquila de casa, estaba segura de que todo, absolutamente todo saldría perfecto en el día de hoy.

Cuando regresó de la compra, la lavadora había terminado su trabajo con toda eficiencia, le había dado un centrifugado superior y únicamente le haría falta poner toda la ropa a secar.

Se encontraba feliz, había salido a comprar y se había acercado a la consulta médica, donde debía recoger unas pruebas que la tenían un tanto preocupada.

El médico la tranquilizó, informándole de que todo estaba perfecto, y que no debía temer nada en absoluto.

Isabela, la vecina del cuarto, dos pisos más arriba de dónde vivía Adelina, había decidido que ya no aguantaba más aquellos cordeles de la ropa hechos girones, deshilachados y roídos, así que decidió cambiarlos. Comenzó a hacerlo un rato antes, y no tuvo que utilizar herramientas, era suficiente con sus propias manos.

Se dio cuenta de que Adelina salía a tender, pues desde arriba se podían ver todos los tendederos que quedaban por debajo del suyo, todos a la perfección.

     ¡Adelina!
     ¿Qué te ha dicho el médico? –
     ¡Que está todo bien! –
     Me alegro mucho. –
     ¿Y tú Isabela?… -
     ¿Ya has puesto los cordeles nuevos? –
     ¡Sí, y ya he terminado! –
     ¡Sólo me queda cortar este trozo de cordel sobrante! –
     ¡AAAAaaaaAAAhhhhhhggggg! –
     ¡ADELIIIIIIINAAAAAAaaaaa! –
     ¡Ay, señor… Se me han caído las tijeras! –


Isabela, cerró la ventana con sigilo, agachándose en el trozo de pared que quedaba entre el suelo de terrazo y la ventana, para no ser vista por los vecinos de enfrente, que acudieron a sus respectivas ventanas para observar como Adelina trataba inútilmente de respirar atravesado su cuello con unas tijeras enormes de cocina.


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