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domingo, 31 de julio de 2016
domingo, 24 de julio de 2016
Hoy, quiero seguir soñando!
Soñé que me amabas,
Soñé que me querías.
De tus sueños y mis sueños
Hermosa historia nacía
Soñé, lo soñé esta noche
Y continué soñando
Ya bien llegado el día.
Declarándote en mis sueños
Declaré que también yo,
También yo...
También, en mis sueños
Amándote me veía.
Pido hoy seguir soñando
Pido hoy, seguir dormida
Pido, que no me despierte
La clara luz, del nuevo día.
Soñé, lo soñé esta noche
Y continué soñando
Ya bien llegado el día.
Declarándote en mis sueños
Declaré que también yo,
También yo...
También, en mis sueños
Amándote me veía.
Pido hoy seguir soñando
Pido hoy, seguir dormida
Pido, que no me despierte
La clara luz, del nuevo día.
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lunes, 11 de julio de 2016
La comunión de Alba
La comunión de Alba
El alba
dibuja su luna más blanca.
El día
enciende sus luces más albas,
Un aura
brillante al día acompaña.
Mi niña
soñando. Llegó la mañana
¡Despierta,
mi cielo! Pasó la alborada
No irás
al colegio. ¿Recuerdas mi Alba?
Hoy
en la iglesia serás la invitada
Despierta
mi nena, te pondré tan guapa…
La
viste a mi niña la nube más blanca
Encajes
le brinda un aire de nácar.
Mil
flores de luna, las rosas más albas.
Muñecas
de globos, castillos de cañas,
Versos,
golondrinas y palomas blancas.
Los pies
de mi niña estrellas los calzan
Se
acerca al altar. Hoy, quiere ser santa.
¡Venid, vedla
todos. Hoy, comulga Alba!
¡Mirad
a mi niña. Que bella mi Alba!
Con todo mi cariño, para Alba, (mi primita)
#AbuelaTeCuenta
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martes, 5 de julio de 2016
la Abuela en Visible en la Nube
Visible en
la Nube
Me
vestí de nube,
Bordeó
mi cara
Una
espesa niebla.
Yo era
una nube,
Una
nube blanca
Con
cara de abuela.
Una
nube blanda,
Una
nube dulce
De azúcar
morena.
Con
nieve muy blanca,
En pelos
y cejas.
Llegaron
más nubes,
Volé
junto a ellas.
Compartimos
sueños
Dimos volteretas.
Me enredé
de nube,
Me cubrió la bruma
De una espesa niebla.
No podían verme,
No podían verme,
Por nube
cubierta.
Me hizo
visible,
Gracias, Hilaida e Hildemarys
#AbuelaTeCuenta
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domingo, 26 de junio de 2016
Cómo friega la abuela!
Mi abuela
salió a la calle,
Y cayó
al cruzar la vía,
Se
sintió que al caer,
La
acera entera rompía.
Más
intacta dejó la acera,
Y resultó
descompuesta,
La mano
de la abuelilla.
Quejosa,
fregaba el suelo,
Quejosa,
el suelo barría.
Compró fregona
rotante,
Y rotó tras
la fregona.
Igual a horrible tornado,
Rotó y
rotó, noche y día.
Rotó escalando paredes,
Rotó baños
y cocinas,
Rotó
salones, terrazas,
Y se mantuvo rotando,
Hasta amanecido el día.
Ya no
le duele la mano,
A la aguerrida abuelilla,
Que ahora,
le duele todo,
Le
duele, desde la cara,
Hombros,
piernas, pies, rodillas.
Esta
mañana temprano,
Le he preparado
papillas,
Para no
causarle más daño,
Se la
doy, a cucharillas.
Pues me
gusta que mi abuela,
Ni hoy,
ni nunca, esté malita.
#AbuelaTeCuenta
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Bajo la arboleda
Podía
ver con toda claridad la bóveda de un bello bosque justo sobre mi cuerpo. Estaba
aterida, y sentía mis propias lágrimas congeladas, impidiéndome abrir los ojos
en su totalidad.
Había oído
perros ladrar, cuando todo estaba oscuro y la noche era capaz de rodear la
inmensidad del globo terráqueo.
Intenté
recordar, más no pude.
¿Qué
hago aquí?
¿Por
qué este barullo de gente en lo que parece ser un lugar solitario?
Me
sentía amoratada, congelada.
¡Helada!
¿Por
qué sentía el aire de hielo en la profundidad de mis muslos?
Entonces
lo recordé todo…
Sí,
todo, pero ya era tarde…
Demasiado
tarde…
Oí el
ruido de una cremallera cerrarse y regresó la oscuridad de la noche, pero esta vez sin ladridos de perros.
Alguien
habló cerca de mí.
Una voz
conocida.
—¡Sí,
es ella!—
—¡Es
ella!—
—¡Mariela!—
—¡Mariela,
no me dejes, Mariela!—
Sollozaba,
lloraba como un niño perdido, inocente y pequeño.
Lloraba,
era capaz de llorar por mí...
Él, que
me había dado muerte…
La rabia,
el desconsuelo, la decepción, y el calor que sentí metida en aquella bolsa para
cadáveres, me hizo reaccionar.
Respiré,
noté como el aire entraba en mis pulmones y los ensanchaba presuroso, con ganas
de oxigenar mi corazón, mi sangre y mi cerebro. Lo sentí penetrar y noté
recorrer la sangre caliente por mi cuerpo tumefacto.
¡No
podía moverme!
No podía, pero la ira, y el pánico, se unieron para proveer a mi garganta
del más horrible de los sonidos que jamás habían salido de mi boca.
Volví a
escuchar la cremallera, con un sonido que se producía a la inversa del anterior.
Alguien
levantó mi cabeza en el momento justo en que él corría en dirección contraria a la que mantenía la posición de mi cuerpo.
Huía dando alaridos, poseído por el pavor y la locura.
Mientras yo, ahora gozaba de la luz que se filtraba entre las cúpulas de unos árboles cubiertos por hojas que viajaban desde el color verde hasta alcanzar toda variedad de ocres.
Recibí con cariño el respirador, la camilla, y lo que es más importante:
Una fotografía de la gran fotógrafa, Leonor Montañés Beltrán.
jueves, 16 de junio de 2016
Diferente!
En un
jardín del Oriente,
nació
una flor diferente.
Crecía
la flor sin desmayo,
libre
de hojas y tallo.
Progresaba
en raseo,
maduraba
a ras de suelo.
Lloraba
con desconsuelo,
no
podía ver el cielo.
Flores
más altas, y bellas,
tapaban
luces de estrellas.
¡El
cielo es para todos!
Protestaba
sin decoro.
¿Puedes
apartarte un poco?
¡Muévete
hacia ese lado!
¡Retírate
hacia este otro!
¿No
puedes girarte un poco?
Las
flores altas, talludas,
se
aferraban testarudas,
no moviendo
sus gorduras,
de su
lugar ventajoso.
Nada
cubría sus ojos,
flor
rastrera se esforzaba.
Hacia arriba
se empujaba,
ydel
suelo se arrancaba.
Tapó su
nariz y su boca,
sopló,
sopló y resopló,
y sus
estambres se hinchó.
Se
infló la flor diferente,
y, se
elevó de repente.
El
cielo en cuanto la vio,
con
luces mil, le saludó.
Mil
luces de mil estrellas
esperaban
a la bella.
Sorprendida
de esplendor,
nuestra
bella dijo ¡Oh!
Y una
boca grande abrió,
que a
la flor la desinfló.
Al
escapar sin pudor,
el aire
que la elevó.
Y al
suelo la derribó.
Al caer
se espachurró.
Contra
el suelo se estrujó.
Y... bien
pronto se durmió.
Nada
importaba a la flor.
El
cielo que contempló,
llenó su
imaginación.
De belleza
y gran candor,
y, a
soñar se dedicó.
Espachurrada,
torcida,
sin tallo,
sin pies, dormida.
Nuestra
flor feliz dormía,
soñando, que se inflaría,
y un
nuevo cielo, vería.
#AbuelaTeCuenta
Copyright © 2016 AbuelaTeCuenta All rights reserved
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miércoles, 15 de junio de 2016
Pelusas
Mi
manta blanca de lana,
Desprende
pelusa clara.
Más ésta
manta de pluma,
Escupe
pelusa oscura,
Igual a
noche de bruma.
Se escuda
en la negrura
La
pelusa nívea y pura,
Brillante
como de luna.
Mientras
pelusa más negra,
Recorre la casa entera.
Recorre la casa entera.
Se arremolinan,
rodean,
A las más
claras, de cera.
A veces
gritan, y aprietan,
Y las más
albas lamentan.
Quisieran
estas pelusas,
Salir,
brincar sin cordura.
Arrastrarse
por el viento,
Correr,
volar sin lamento.
Aprovechar
las ventiscas,
Girar,
danzar, entre risas,
Por salones sin aristas.
Entró
en el juego la escoba,
Alta,
rubia, y sin joroba.
Barrió de
coraje la alcoba,
Juntó
pelusas sin coba.
Llenó
de negra pelusa,
Caja
grande y bien obtusa.
Preocupadas
las más claras,
Un
rescate ya prepararan.
Liberando a las oscuras,
Escaparon sin más dudas.
Sin discriminar
por tonos,
Si eran
claras u oscuras,
Se avientan
ambas pelusas.
Travesean,
desaprueban,
Rodean,
patinan, vuelan,
En
bailes claros y oscuros.
Partieron libres de muros.
Huyeron
de diferencias,
De
fanatismos adustos.
Mil vientos las ayudaron,
A gran
altitud volaron.
Juntos,
blancos con los negros.
Felices; y sin recelos,
Ya por
siempre coexistieron.
Sin presiones, sin destierros,
Los más blancos, con morenos.
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Sin presiones, sin destierros,
Los más blancos, con morenos.
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martes, 24 de mayo de 2016
El ruido de la lavadora.
El ruido de la lavadora,
repetía incansable:
¡Disfruta!
¡Respira!
¡Vuela!!!
¡Disfruta!
¡Respira!
¡Vuela!!!
¡Disfruta!
¡Respira!
¡Vuela!!!
Abrí la ventana,
Disfruté del aire,
Respiré profundo,
¡Volé!
Me di un baile de aire
hermoso y rotundo.
Mi cuerpo etéreo,
erráticamente imperecedero,
circundó lo eterno.
Circundó la Tierra
Circundó la Tierra
Montando en el viento.
Saludó este mundo
Airoso, volátil...
Extremo... ¡Profundo!
Saludó este mundo
Airoso, volátil...
Extremo... ¡Profundo!
Espérame!
Jugué a descubrirte,
persiguiendo tus huellas.
Hallé tus migas olvidadas,
Sobre el mantel, en la mesa.
Tus ropas, en un perchero,
Descuidadas,
Siempre mal puestas.
Se estremeció mi cuerpo,
Al pensarte aquí tan cerca.
Mis manos, se activaron
eliminando mis prendas,
eliminando mis prendas,
Para que entre nosotros,
No existiesen barreras.
Me uní a ti,
bajo el agua,
bajo el agua,
De una ducha perfecta.
Te amé,
Te dije: Te amo.
No te vayas.
Espérame, aquí,
Arrimado a la puerta.
Seleccionado para aparecer en el libro "Erotismo Poético II"
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