Una
mañana en el colegio…
—Lili,
estoy muy preocupada e inquieta.
—¿Qué te
pasa Lolina?
—¿Has leído
el cuento de los Reyes Magos?
—¡Sí! Y…
—¿En tu
casa hay chimenea?
—¡Sí! ¿Por
qué?...
—¡Nada, que
en mi casa… no hay chimenea!
—¡Vaya!
¡Pues eso
sí que es un problema!…
Por
la tarde, ya en casa
—Mamá ¿Cómo
traen los Regalos, los Reyes Magos?
—Todo el
mundo lo sabe Lili.
Los Reyes,
se descuelgan por las chimeneas de las casas y dejan sus presentes frente a
ella, o al lado, o si estuviese limpia, los dejarían en el mismo fogón, sobre
la leña.
—¡Oh, mamá…
Qué pena!
—No te
entiendo Lili… ¿Qué te da tanta pena?
—Mi amiga,
Lolina, que en mi clase es mi compañera…
Mamá… ¡Que en
su casa no hay chimenea!…
—No te
preocupes Lili, que seguro… encontrarán los Reyes solución para ese dilema.
Verás, mi
cariñito… Como todo se arregla.
—Pero, por
si acaso… Mamá ¿Podré pedir a Sus Majestades… para Lolina la bici que ella
desea.
Para que
los Reyes puedan bajarla aquí, por la chimenea?
—Dime Lili ¿Dónde
vive, Lolina?...
—En una
casita sin luz ni agua, y sin chimenea.
—Puedes
decir a Lili, que no habrá problema. Daré permiso a los Reyes para que
descarguen aquí su bicicleta.
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