Las
gemelitas María y Berta eran exactas, pero sólo por fuera. Sus caras,
sus manos, su cuerpo, sus piernas… Como hechas con molde, idénticas, perfectas…
Su interior
albergaba dos mundos con puertas, dos calles distintas, dos casas opuestas…
María jugaba con música, soñaba sonidos dormida y despierta… pedía a los Reyes,
pianos, maracas, campanas, trompetas…
Su hermana
al contrario, no es con la música ni mala ni buena, ni novata ni experta. A Berta le gusta bailar
en la huerta, coger remolachas, colectar buenas berzas, jugar a que vende sus
grandes cosechas…
Le pide a
los Magos semillas que olviden el hambre en la Tierra, las tierras labradas de
gentes honestas, los huertos poblados de paz donde hay guerra. Construye la
niña senderos que obliguen concordia en la Tierra.
Ésta
Navidad los dones esperan de unos viejos magos, que vienen sobrados de amor y
experiencia.
Pero son tan
iguales, con caras tan bellas, que los Reyes dudan de quien es María y de quién
es Berta… Mezclaron los dones, y las niñas bellas, no saben usarlos y se
desconciertan…
Bertita no
sabe tocar las maracas, tañer las campanas, soplar las trompetas.
¿Qué podrá
hacer María con la PAZ, en tiempos poblados de hambres y guerras?…
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Mercedes del Pilar Gil #AbuelaTeCuenta Copyright © 2017
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