—Papá –
¿Tardaremos
mucho en llegar?
—Serán
unos pocos minutos más
Reza,
hija mía -
—Ya he
rezado papá –
— ¿Has
rezado todas las oraciones que te dieron en la ceremonia? –
—Sí,
papá –
—Pues
comienza otra vez desde el principio –
—Pesa
mucho esto, papá –
— ¡Compórtate
como la niña mayor que eres!
Será
sólo un instante
No te
preocupes –
— ¿A
dónde iré después de hoy papá? –
— ¿No
te lo han explicado en la ceremonia? –
— ¡Sí,
papá!
Me lo
explicaron –
— ¡Reza!
–
—Debes
ir hacia aquél edificio y pulsar el botón –
No lo
pulses antes de tiempo
Recuerda
que has de traspasar la guardia y adentrarte lo más cerca posible del tumulto
enemigo
¡Recuerda,
sigue rezando! –
—Oh, Dios del Cielo y de la Tierra, acoge en tu seno a esta tu hija, que te ama
sobre todas las cosas…
— ¡Eh,
niña!
¡No
se puede pasar por aquí
¡No
puedes traspasar esta línea!
¿Qué
te pasa bonita?
¿Por
Qué lloras?
¿Te he asustado? -
¿Te he asustado? -
— ¡No
quiero apretar el botón!
¡No quiero apretar el botón!
¡No quiero apretar el botón!
¡No
quiero!
¡No
quiero reunirme con mis abuelos!
¡Quiero
volver con mi madre!...
¡Pesa
mucho este chaleco!... –
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