La abuela de Merceditas, vivía en una casita rodeada de jardines y muchas aves coloridas. Merceditas tenía una perrita llamada Lila, una cachorrita muy traviesa y cariñosa, con orejitas largas y ojos muy brillantes.
Cada mañana, Merceditas y Lila se ofrecían con muchas ganas a cuidar los pajaritos de la abuela de Merceditas, ella tenía varias jaulas con canarios, jilgueros y periquitos, y le encantaba que sus estos, estuvieran felices y sanos.
Un día, Merceditas decidió que era hora de limpiar las jaulas. Pero no quería hacerlo sola, así que llamó a Lila, para que la ayudara. La perrita, muy emocionada, saltó y ladró con alegría.
Primero, Merceditas tomó una jaula y, con mucho cuidado, sacó a los pajaritos para ponerlos en un lugar seguro y a salvo. Lila, con su hocico suave, ayudaba a mantener alejados a los otros animales del área de limpieza. Luego, con una esponja y agua tibia, Merceditas empezó a limpiar muy bien las paredes y los barrotes de todas las jaulas.
Lila, que era muy inteligente, se acercaba a cada jaula y, con su hocico, ayudaba a mover las pequeñas perchas y a limpiar los rincones más difíciles. A veces, Merceditas le daba una pequeña galleta para agradecerle su singular ayuda.
Cuando terminaron, colocaron a los pajaritos en sus jaulitas limpias y relucientes. Los pajaritos cantaron felices, y Merceditas y Lila se miraron contentas, sabiendo que habían hecho un buen trabajo las dos juntas.
Desde ese día, Merceditas y Lila se convirtieron en un equipo inseparable, ayudando siempre a cuidar a sus pajaritos y manteniendo su casita llena de cantos de alegría y amor.
©copyright AbuelaTeCuanta Mercedes Gil.
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