Siempre en busca de editorial. Como sabéis, mi NOVELA "Las Vacaciones que iluminaron Mi Vida" ha obtenido magníficas valoraciones. Gracias por vuestras lecturas y comentarios, ya que también aquí, escribo relatos, cuentos, o poesía Infantil. (Mis Cuentos publicados en Amazon, han estado situados en el nº 1 de ventas) Gracias por leerme. Comenta, no te cortes.
martes, 28 de diciembre de 2021
Botoncillos rojos
ya flota en ei aire...
lo notáis más dulce,
amable y hermoso?...
Se llena de luces,
de estrellas terrestres,
de hombrecillos rojos,
con barbas de nieve,
les preceden renos
con narices hechas
con botones rojos,
con intermitencias
de sonidos sordos,
que gritan al viento...
Navidad de estrella,
que seduce al viento,
con un velo blanco
del hielo del norte.
Es la Navidad, amigos
que a temprana hora,
por la puerta asoma.
Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
jueves, 9 de septiembre de 2021
Detective Lila
El olfato fato,
de la Lila, lila
descubre el rapto
del perro salchicha;
Don Kufato Pato,
rey de la cocina…
denunció el caso
en la oficina
de nuestra perrita
Decía en la puerta:
“Detective Lila;
lo que usted no encuentre
se lo trae la Lila”
En el restaurante
de kufato Pato…
hoy hay una muestra
de buenas salchichas…
Don Ramón Romero
el gran cocinero
sirvió en un plato,
de un camarero
un perrito chato
que estaba durmiendo…
Logró rescatarlo
nuestra Lila, lila
cuando Don Valiente,
en medio de panes,
iba a hincarle el diente…
Si algún día algo
a usted se le pierde;
un cristal tintado
o algún pendiente…
Llamas a mi Lila
como buen cliente.
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
Yo, me declaro en huelga!
miércoles, 8 de septiembre de 2021
Qué voy hacer si me mira...
Me mira la Lila, lila…
La Lila me está mirando
con su hociquito de perla,
con su rabito encantado…
Apoyando sus patitas,
en su sillita de esparto…
Me mira, la Lila lila…
La Lila me está mirando.
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta Mercedes Del Pilar Gil Sánchez
martes, 7 de septiembre de 2021
El amor
No es ciencia el amor
que es deseo y dinamita,
es un aire que te excita
desde el suelo, hasta la cinta
que te rebosa del pelo.
Nada pueden los sentidos
contra el amor verdadero.
Jamás pensará el amor
en qué es bueno o qué es malo;
conveniente o acertado…
El amor es sólo amor
y no se ajusta a debate
de sentimiento o de arte…
de aquí, o ninguna parte,
cuando el amor, es amor.
Cuando se vive en amor
él es único vidente,
a los amantes los vuelve
cegatos, y medio tuertos
y jamás se han de fijar,
si el querer de él, está vivo,
o por el contrario muerto…
No contemplará el amor
el hábito de un Monseñor
o compromisos previos
porque el amor es locura
y ha de beber de por vida,
la bebida prohibida
con ritmos de sacramento.
“Creced, y multiplicaos”
Así nos dijo el buen Dios
cuando nos creó a los dos
acoplables y acoplados…
Entonces nació el amor
y se hizo Dios el amor …
para los pobres humanos,
y quererse como hermanos
no es suficiente AMOR…
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
lunes, 6 de septiembre de 2021
Las Pandemias y pandemias asociadas
Las pandemias; sabemos que de siempre
han existido pandemias.
La historia medieval se encuentra
plagada de muy distintas pandemias; aunque de la primera que se ha dejado
constancia, vino a suceder durante el mandato de Justiniano, en la antigua Roma
entre los años 541 al 549 y que tras investigaciones llevadas a cabo en tiempos
recientes, se ha llegado a conocer después de arduas analíticas, que el
culpable del estropicio habría de ser el mismo que despertara ochocientos años
después con el nombre común de “peste negra; o Yersinia Pestis”. A la más
reciente de las pandemias no hace falta nombrarla, pues forma parte del
ambiente en el que hoy, y día tras día, intentamos sobrevivir…
Después de tantas y tan diversas
experiencias, el ser humano ha venido a comprobar, que una pandemia es lo más
semejante que existe a una guerra, y que como tal, una pandemia tiende a desplegarse
estratégica y colectivamente; existiendo como en las guerras, nacionales,
cuando el enemigo no se desplaza más allá de un mismo país; aunque su mano
larga de muerte, consiga llegar a cualquiera de los lugares o poblados de la
nación elegida, por alejados que unos de otros se encuentren…
Otras, sin embargo, tienden sus redes
hacia cada punto del mapa mundial; como ocurre hoy… en el momento presente;
aunque el dañino haya partido de un pequeño lugar perdido en uno de los más
diminutos puntos de ese supuesto globo terráqueo que atravesado por un eje
central gira sobre una mesa de escritorio; el insensato encontrará cómo
expandirse, viajando entre los humanos que se desplazan aquí y allá en los más
diversos transportes… No hará ascos el “bicho” a que se trate de un autobús
cargado en multitud de gente, o que se trate de un simple ascensor con dos o
tres personas; de una movida en una playa abarrotada de bañistas, o de una sala
de estar ocupada por cualquiera de nuestros familiares. No, para él el tiempo o
el volumen carece de importancia, ya que el bicho es paciente, y no se afectará
por atacar en masa, o ir hallando uno a uno a cada individuo sacrificado, como
si de un astuto juego del escondite se tratase…
Como en la guerra, los más valientes
serán los primeros en caer, los que saliéndose del desfile, busquen el porqué
del ataque; los que se dediquen a tratar a los heridos, los que recogen los
cadáveres, o quienes sin miedo a la muerte traten de paliar mediante vacunas, las
consecuencias causadas por el malvado.
Sucumbirán la mayoría de valientes, entregando
lo más preciado que poseen, exponiéndose al causante, para dar nueva vida y
oportunidad a la humanidad restante, por medio de vacunas, investigación de
productos, y un largo etcétera de distintas pociones salvadoras de vidas.
Las pandemias al igual que las
guerras allá por donde pasen, cambiarán la vida por miseria. Colapsarán las tierras que no darán a basto para
acariciar los cuerpos que inertes se acurrucan entre los granos de sus
semillas. Colapsarán las empresas y los recursos
que éstas ofrecían. El paro se hará el dueño de las calles, junto con el
hambre, que invadirá de tristeza las más concurridas avenidas…
Los hijos, que antes de la pandemia
eran hijos de la vida, pasan a ser ahora hijos de la carencia… y de la total carestía.
Las pandemias, al igual que las
guerras, serán madres de pandemias, más larvadas, más cruentas… más sufridas.
La pandemia del desgaste; será la
primera en hacer mella entre los sobrevivientes…
Una de las más importantes, la
pandemia de todas las culturas, de la que los infantes van a ser como siempre
los más perjudicados, o perjudicados de por vida, ya que a ellos habrá de
faltarles tiempo de explicaciones científicas y tecnológicas, y la convivencia
con el grupo, tan importante para las edades tempranas en las que el carácter
nace y se renace día a día…
La pandemia del hambre; la más
dolorosa de las pandemias que viene ahora a agravarse con la maldita pandemia
energética que está elevando a pasos agigantados la bolsa de la compra, el alivio
del calor, o el frío de loa hogares, y la convivencia diaria de quienes ya no
tenían para abrir la puerta de la casa, y esparcir la mente con cualquier
chuchería…
Existen pandemias, pandemias que se
repiten en la historia de los pueblos, inevitables, tanto como muchas veces lo
son las guerras…
Los virus son caprichosos, muy
voluntariosos, resistentes, e inevitables…
Pero… ¿Y qué ocurre con las otras pandemias…
Las pandemias asociadas... Qué ocurre con las que hacen que los pobres no
puedan dar continuidad a sus días?…
¿Es justo que ocurra esto en un país
del llamado primer mundo?...
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
miércoles, 25 de agosto de 2021
Reseña de mi novela:
Recomendación de mi novela
martes, 24 de agosto de 2021
Mar Menor se ha muerto
El Mar Menor se nos muere,
bañado por la apatía,
y ser luego rematado
por la asquerosa codicia,
por rumor contaminante
de sombras de pesticidas,
que se han cobrado
los peces, sin más pausas,
sin un peso ni medida.
¿Quién devolverá a las aguas
el bullir de nueva vida…
Quién realizará el desove
de tantas vidas perdidas…
Quién rescatará especies,
del Mar Menor oriundas?
Hoy, se me ha muerto
el alma...
contemplando que una pala
se ha llenado de desgracia
la noche entera y el día,
para llevarse la muerte
la muerte, de toda la vida.
El Mar Menor es Mar Muerto...
¡Qué lástima de desidia!
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
domingo, 22 de agosto de 2021
Paseando por oriente...
—¿Qué ocurre en esta plaza
de qué va el corro aquél?...
—Están dando latigazos
a la sobrina de un juez.
—¡Por Dios! ¿Qué ha hecho la chica,
Por qué de ese acontecer?
—Un muchacho de otro pueblo,
ha escrito hoy un papel…
Misivas de enamorados…
—¿Pero qué dice el mensaje,
que pueda ofender a un juez?
“Yo, señorita la amo…
y… dígame,¿ me ama usted?”
—¿Y eso qué tiene de malo;
son jóvenes… Qué han de hacer?
—Que ella le ha contestado…
“Le amo, sí que le amo
tanto, como me ama usted”
Su papá ha interceptado
de la chiquita el papel,
en que quedaba constancia
de aquel sentir de mujer;
y como es ya sabido
recae en el padre el poder
de dar entrega a su hija
desde antes ya de nacer…
—¿Dígame usted, y el muchacho
Le han castigado también?
—No no; y no veo el por qué…
El hombre es siempre hombre…
Los derechos le acompañan,
para buscar si es que quiere
a ella, u otra mujer.
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
🙍🙎🙅🙆🙇💁💇👸👩👧🙍🙎🙅🙆🙇
Pienso, sí, hoy, pienso en ellas.
viernes, 20 de agosto de 2021
Se ha entristecido el sol
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta
jueves, 19 de agosto de 2021
El dolor por la cultura, y la pérdida de sueños
domingo, 18 de julio de 2021
Amor de luna
viernes, 16 de julio de 2021
Oración
lunes, 5 de julio de 2021
Digamos No a la violencia.
jueves, 22 de abril de 2021
Día del Libro 2021
He de deciros queridos
amigos, que de verdad estoy encantada con esta oportunidad que me brinda
Vanessa Calonge para poder saludaros y acercar mi voz a todos cuantos deseéis
desde aquí escucharla, y ofreceros mi modesta experiencia presencial con la
feria del libro.
Mi nombre es Mercedes
del Pilar Gil, a quien quizá conozcáis en redes sociales como abuela te cuenta.
Desde que era niña he
soñado con ser protagonista en alguna de las ferias del libro, he soñado con
librerías, con bibliotecas, y con grandes estanterías repletas de libros, ya
que los libros me han atraído desde siempre. Los libros, su contenido que
exhorta a la mente a ser elevada hacia el mundo de los sueños; su exterior que es el comienzo y promesa de cuanto
sucede en ese mágico contenido y su maquetación, el olor característico a sabiduría, al que
únicamente sus páginas divinas, pueden tener acceso.
Desconocía entonces,
que un día se haría realidad aquella ensoñación de chiquilla fantasiosa, aunque
hubieron de pasar muchos años y muchas ferias para que el deseo primigenio y ya
casi olvidado, tomase forma, pero la tomó, y no en una caseta ferial, ya que
eligieron los hados hacer feliz a aquella pequeñuela en el Centro de Congresos
de la Real Isla de León, donde en 2018, mi novela Las vacaciones que iluminaron
mi vida tuvo el honor de dar comienzo a la feria del libro de San Fernando en
Cádiz.
Ni que decir tiene
que todo cuanto a mi alrededor acontecía en esos momentos, se veía traducido dentro
de mí en grandísima alegría, y en un enorme temblor de nervios, para acabar
siendo ese especial recuerdo, que guardar para siempre en mi memoria.
Se sucedieron después
otras ferias como las de mis sueños infantiles, en casetas al aire libre, y en
prestigiosos edificios repletos de historia, como sucede con la feria de Cádiz
que señorial y majestuosa, transcurre en el Baluarte de la Candelaria; o la de
Jeréz contenida en los Claustros de Santo Domingo llenos de exquisita
representación religiosa.
Las ferias del libro
son expresiones culturales de muchísimo peso, que acercan al autor a un público
muy diferente al de las presentaciones, puesto que la feria del libro nos
comunica con un público viandante de antemano interesado, a quien desconoces,
que en tantas ocasiones se acerca a ti con cariño, y eso es siempre tremendamente
emocionante y grandioso.
Me gustaría para
terminar, leeros mi último poema dedicado al libro.
Está soñando la luna?
Mercedes del Pilar Gil Sánchez
He visto ayer a la
luna
que a ratos se
entristecía
y al nada, estaba
llorando.
Poco después se reía
presa de magia o
encanto.
La vi que abría sus
ojos
de cráteres ahondados,
tal como hacen los
niños
con un asombro de
espanto.
¿Qué está haciendo la
luna
con tantos mohines
vanos…
Por qué sonríe a
deshoras
por qué es que sufre
y llora…
Por qué esas caras de
pasmo?
Me contestaron dos
nubes
alargadas cual
lagartos
con crestas de cinco
dedos
que quieran agarrar
algo…
Son dos brazos
extendidos
blancos como esa
lunita
que gesticula de
encanto,
He visto además al
lado
estrellitas de
colores
que en constelación
de cuatro
van formando un
equipo
son atril, para las
manos
que van pasando de un
libro
páginas de letras
vivas
que recitan vivos cantos.
Puedo decir con
soltura
que he visto leer a
la luna
usando un atril de
estrellas
y el lujo de remos blancos.
Muchísimas gracias
Vanessa recibe mis besos para ti y para todos vosotros que con paciencia me
escucháis, junto con mi cariño.
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta
miércoles, 21 de abril de 2021
Los ojos de la Nocturnidad "día del libro"
Dedicado a Serafín y a sus hermanas,
cuando eran pequeños.
Los ojos de la nocturnidad
—Sentaos
aquí Paqui y Pili; no, así no… Debéis pegaros a mí así, una a cada lado Para que
podamos ver lo mismo los tres.
—¡Vale!
—Contestan ilusionadas y a dúo las dos niñas.
“Mientras
que la noche se cerraba en la oscuridad, la inmensa luna se va escondiendo de
prisa entre las nubes…
¿Es que acaso temía ser vista?...
Un
escalofrío heló la espalda de los pequeños, a la vez que unos ojos abiertos a
la nueva penumbra, desprendían los escasos reflejos proporcionados por el blanco,
y oculto satélite”…
—¡Tengo
miedo Sera! —Susurró Paqui muy bajito —Yo también —Dijo Pili con voz
temblorosa.
—Pssss
—Contestó su hermanito —Tranquilas, que yo estoy aquí, con vosotras; y, ya que
mis manos están ocupadas, cogeos fuerte a cada lado de mi chaqueta…
“Los
enormes ojos parecían no pertenecer a rostro alguno, vigilando en busca de
algún despistado que confiado en no ser visto, pasease la noche a deshora por
el Reino de lo Desconocido”…
—¿El
Reino de lo Desconocido dónde está Sera? —A lo que Serafín docto como el más
sabio de los maestros contestó:
—Podría
estar en cualquier lugar, Paqui.
Cualquier
lugar inexplorado, podría ser parte de ese reino, que por fuerza, ha de ser infinito.
—¡Ahhhh!
—Contestaron las niñas, no muy seguras de haber comprendido la explicación de
Serafín.
“Se
hizo un silencio… El silencio, aunque siempre está presente, no siempre es
detectable; no siempre se nota la presencia de un buen silencio…
—¿Pero
por qué Sera?
—No
lo sé niñas…
“Como
todo lo oculto, el silencio es un claro ejemplo de que siempre estará ahí, pero
nadie que no hiciese caso de ese silencio, podría detectar su presencia”.
—Psss
—Serafín que intuyó las preguntas de Paqui, y de Pili, acercó el dedo índice de
su mano derecha a la boca y, chistó. Casi, en absoluto silencio.
Paqui
y Pili abrieron mucho los ojos y también la boca, pero enseguida la cerraron,
no deseaban que sus palabras tuviesen la culpa de borrar aquella nada de silencio
sepulcral, que parecía inundar la noche, en aquella supuesta… “NADA” nocturna.
“De
pronto, los ojos se abrieron aún más enormes, al instante de que aquella nube apresurada
olvidó por un momento, la ocultación de la luna.
Uno
de sus fulgores, “el más travieso de todos” aprovechó el nimio fragmento de
tiempo, ya que se aburría soberanamente, y estaba harto de no ser punto de
atención entre las nubes, y crecía dentro de sí aquella necesidad imperiosa, de
hacer brillar como cada noche, a su pizca de natural protagonismo…
¿Pero
qué era aquél aire húmedo y caliente que asomaba a la cara de los niños?
Bajo
los ojos surgió gracias al rayo travieso, el reflejo de una especie de sonrisa blanca
y abierta, que a cada instante, se asemejaba más y más, a un bostezo descoyuntador
de mandíbulas; a la vez que un rugido mató en un instante al silencio”…
—¡Socorro!
—Gritaron Paqui y Pili las dos juntas —Mientras que Serafín cerró con fuerza extraordinaria,
las páginas de aquél pavoroso libro.
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta
Novela publicada por Editorial Dalya.
martes, 23 de marzo de 2021
Sonetos I
Añoro tu sombra cruzar inefable
montada en luces de la mañana
percibo su olor de fruta lozana
que guía mis pasos por senda fiable…
Partí tras de ti cual loca indomable
sin luz de temor, ni rastro de pena,
se mece mi barca al son de verbena;
sus ritmos son cantos de amor codiciable…
Hoy fui tu nombre, por ser vida entera
tu alma, tu cuerpo, gozando la suerte;
de compartir memorias, a tu vera.
Fui tus besos y lengua, fui tu
vientre…
Fui aire, adherida a tu cadera.
La brisa fui, de tu noche más caliente.
©Mercedes del Pilar Gil
Sánchez
domingo, 21 de marzo de 2021
Día internacional de la POESÍA
Poesía es ese mar
Cuyas olas se baten
en el centro de tu alma.
Es poesía ese árbol
poesía son sus ramas…
Es amor la poesía,
es tu luz, y esperanza.
Poesía es un niño
que en pañales llega a casa.
Son tus letras poesía
y con ellas tus palabras.
Son poesía tus ojos
que miran en la distancia.
Es poesía tu cuerpo…
Es poesía tu cara
y tu boca con sus besos…
tus caricias para el alma.
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
viernes, 19 de marzo de 2021
Entrevista Mercedes del Pilar
miércoles, 17 de febrero de 2021
Un día de maravillas y sorpresas con "Verbo no siervo o árbol de las metáforas" De Juan Rafael Mena
Maravillas que encierran un título "Verbo no siervo o árbol de las metáforas",
sorpresa que en su reparto, ha dejado en mi buzón el cartero.
Nada más recibirlo, rápida deshice el sobre acolchado que por un tiempo le había servido de abrigo... Le ojeé deteniéndome el el prólogo que maravilla en sí mismo, presagia sabias letras sentidas, José Antonio Hernández Guerrero describe el contenido como sólo él sabe hacerlo con verbo inteligente y sabio, tal y como él es.
Un prólogo es una apertura, una guía en muchos casos al tesoro que encierra entre sus páginas un libro
Este libro de Juan Rafael Mena, es tesoro y es sapiencia, es metáfora y es ciencia, es poema y es soneto; es vibrar sobre su don, es alegría y gloria y exaltación de las letras.
Os comparto portada y unas muestras del rico interior, de "Verbo no siervo o árbol de las metáforas.
Un libro que divide su trabajo en partes descriptivas metafóricas, de las que quisiera dar un poco de constancia con estas imágenes...
Cuánto me gustaría ahora saber dar expresión en toda la grandeza que encierra esta obra.
Mil gracias, Juan Rafael Mena, por distinguirme con esta magnífico regalo; libro con portada de un cuadro de María Jesús Rodríguez Barberá y que yo inscribo en ella título y nombre del autor.
MERCEDES DEL PILAR GIL SÁNCHEZ
lunes, 15 de febrero de 2021
San Valentín y, "el diente incipiente"
Felipe, ha sido desde siempre un niño precioso y rubio con ojos color de cielo, su boca pequeña de labios carnosos, facciones suaves, nariz respingona y graciosa que endulza aún más ese, su rostro tranquilo, de dulzura sonriente...
Ha mostrado precocidad el pequeño en renovar sus incisivos de leche, a los que siguieron unas hermosas paletas blancas y bien formadas que fueron premiadas con halagos por todos sus familiares, y hasta el ratoncito Pérez que se había apresurado en llevarse a la ciudad de los dientes perdidos aquellos pequeños dientes lactantes, faltantes hoy en su boca, se frotaba las patas delanteras pensando en que algún día pudiera llevarse aquellas hermosas paletas.
Al parecer, desconoce Pérez, que se trata de “dientes permanentes” que han de dar comienzo un tanto prematuros, al estado adulto del chico…
Lo más terrible ocurrió llegado el tiempo de la comunión de Felipe, cuando por pura casualidad, pasó su lengua por la encía derecha…
¿Qué era aquello que interrumpía la uniformidad de su mandíbula?
Corrió el pequeño hacia un espejo, levantó con su dedo índice el labio superior para dejar a la vista la parte más alta de la encía, y ver en medio de un estupor increíble, el blanco asomo un diente por encima de un canino de los nuevos…
— ¡Mamáaaaa!
— ¿Qué pasa hijo?
— ¡Mira! — dice el niño señalando aquél puntito blanco casi imperceptible, que comienza a despuntar del rosado rojo que le rodea…
— Vaya por Dios, ahora que llega tu comunión ya no podrás reír para las fotografías.
Notó felipe que sus mejillas se llenaban de calor, volvió a mirarse al espejo, y…
No parecía posible que en tan poco espacio de tiempo el blanco asomase con mayor contraste e impusiese mayor obstáculo para su lengua.
— ¿Qué le ocurre a Felipe? — Pregunta el padre.
— Nada, Antonio, que uno de sus dientes ha desviado el camino…
Fíjate tú, a ver qué hacemos ahora con las fotografías…
— Déjame ver… Eso no es nada hijo mío.
¡Valiente tontería!
¡Si el niño tiene que reírse que se ría!…
¡Hasta ahí podríamos llegar… Estaría bueno!...
¡Esas fuesen las desgracias que le vayan a suceder en su vida…
¡Tontadas, no son más que vulgares tonterías!
Pese a la displicencia y la amplitud de aspavientos de su padre “Antonio” a Felipe lo le resonaban como montadas en una rueda que gira y gira, son aquellas palabras de su mamá:
“No podrás reír en las fotografías”
Desconocía por entonces, que aquél blanco creciente, tubiese la fuerza de enturbiar su personalidad y hacer de él un niño distinto para siempre. Lo supo a la mañana siguiente, cuando llegó al colegio, y su mano derecha acudía a su boca de forma automática para tapar esa parte incómoda que pudiera asomar a su conversación o a su sonrisa.
Su labio superior aprendió enseguida técnicas de camuflaje que ni siquiera Felipe pudiera jamás pensar que esa parte de su boca pudiese tener en cuenta con tanta rapidez y maestría.
Aún que… pese a todas estas estrategias, quizá en algún descuido de la mano o del afanado labio del chiquillo, el entremetido de Alberto, se ha dado cuenta del diente incipiente, y…
Como no; gritó en medio del recreo apercibiendo a todos los amigos de la especial blancura…
— ¡Felipe tiene un diente en la encía!
— ¡Pues claro, igual que tú! — Sale en su defensa Alicia
— ¡Que no, que lo tiene encima de la encía!
Yo los tengo por debajo de la encía…
So espabilada —
— ¿A ver? —
Se interesan todos haciendo remolino en derredor de Felipe, a lo que él contestó cerrando con mucha fuerza su boca.
No pronunció palabra en todas las horas posteriores que quedaban de colegio, y hasta recibió un castigo de su maestra por desobediencia, al no responder a ninguna de sus preguntas…
El carácter del pequeño se ensombreció desde ese primer minuto de ese mismo día, no salía a jugar al patio con excusas de tener que estudiar, y si sus maestros protestaban, lloraba en niño y le dejaban en la sala del señor director, aquella media hora de asueto; se encerraba durante horas en su habitación, mientras que el diente, cómodo con el lugar elegido para su brote, emergía al exterior sin más trabas que las de dejarse llevar por el paso del tiempo.
Felipe, cada vez más taciturno, huía de los espejos, de los amigos, y también del colegio… Siemrpe tenía una excusa para obviar cuanto expusiese al mundo, su impertinente diente.
Alicia, su compañera de clase se preocupaba por él, llamándole por teléfono, escribiéndole mensajes por el whatsapp, e interesándose por los problemas de mates que siempre a ambos, les habían preocupado.
— ¿Qué te parece si estudiamos juntos?--- Propone Alicia mostrando gran interés.
— No hace falta que te sacrifiques por mí, Alicia; de verdad que no.
— ¿Desde cuando estudiar juntos dos amigos supone un sacrificio?
¿Voy a tu casa, o vienes tú a la mía?… No aceptaré un “no” por respuesta.
Sólo has de decirme a qué hora…
Quedaron aquella tarde, y la tarde siguiente, y la mamá de Felipe, llegadas las cinco de la tarde, les ponía un bocadillo grande de merienda; tiempo que los pequeños aprovechan para charlar de sus cosas.
Ha observado Alicia en que en esos momentos de relajar sus mentes, la de su amigo, se distiende y olvida de tapar con la mano o con el labio superior, el semáforo blanco que intenta poner obstáculos a la preciosa sonrisa del chico. Ella, le mira embobada, a los ojos, a la boca… Le embelesan sus palabras, mientras que él parece no darse cuenta de la atención de la chica…
Parece… A no ser por ese ligero rubor que cubre sus mejillas…
En uno de esos instantes de especial brujería, se acercan las caras y le besa la niña.
Perdona Felipe, ha sido un impulso que no he sido capaz de reprimir… Eres tan guapo…
Felipe, enrojeció de vergüenza y… su movimiento instintivo volvió a tapar aquél diente desabrido y displicente.
— Me encanta ese diente que asoma de tu encía.
Es tan gracioso, y me gusta aún más ese punto de pilluelo que proporciona a tu rostro de rubito angelical.
Felipe sonrió con la mejor de sus sonrisas.
Hacía tiempo que no recibían la luz sus paletas, y mucho menos, el subsodicho diente.
©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
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