sábado, 10 de octubre de 2020

Cerquita de la estación

Cerquita de la estación

va paseando Luita.

Me mira desconcertada

intuí en su mirada

cierta forma de pregunta...

y muy fija contemplaba

a los bagajes rodantes

que portan los viajantes…

con cara de cierta intriga.

 

Y bien pronto comprendí,

pues sus maletas se guían,

por una especie de asa

semejante a su correa.

 

Mi pequeñita pensaba

 que los rodantes legados

son semejantes a perros.

que guiados por sus amos

caminan junto, a sus dueños.

 

No son perritos cariño,

que son inertes valijas,

pobres bultos sin linajes

de muy vulgares talegas…

 

De quienes por necesidad

caminan hoy sin andar

sobre barrigas de trenes.

 

Volvió a mirarme Luita…

Enseguida le entendí.

¿Qué viajar también quieres?

Corrí a la ventanilla…


Páseme usted dos billetes,

para mí, y mi perrita,

que se me ha vuelto flojita

y pasear en tren quiere.

 

¿Que mi perrita no paga?

Deme usted ida y vuelta,

disfrutaremos más rato

mirando por la ventana

como los postes se afanan,

en correr atrás de lado.

 

A la vuelta, pasarán

Corriendo atrás con soltura

la playa de Cortadura,

con sus dunitas y olas,

su sol, sus nubes y cielo,

y si de la puesta es tiempo,

veremos del sol y las llamas

que surgirán a lo lejos…

Vuelve a mirarme mi Lúa

seria, y más pensativa…

 

¿Mamá, y las maletas pagan?

¡No mi amor, ellas pagan.

Ellas solo son “maletas”!...

Un ajuar de viajero

Un paquete sin más fuero

Que acompañar a su dueño.

 

¡Quiero pagar mi mamita!

Que pese a llevar correa

no soy yo una maleta.

Soy tu amiga y compañera


Soy tu perrita casera

yo soy tu pequeña Lúa

lo sabes, buena mamita

pues soy yo, quien pasea.


©Mercedes del Pilar Gil Sánchez

#AbuelaTeCuenta

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