viernes, 22 de junio de 2018

Niños separados de sus progenitores...

Hace un día o dos, quedé rota por dentro al ver en en las noticias niños de corta edad llorando, hacinados en jaulas estadounidenses, castigados a estar alejados de sus padres; su delito: intentar ser felices, gozar de lo que sus países de procedencia les niega; "la supervivencia" el derecho al trabajo digno; lo que nos ha llevado alguna vez a alguno de nosotros a buscar un futuro alejado de lo que amamos o conocemos. Un trauma que asumimos con el dolor de la separación de quienes nos quieren y protegen. Llegar a un lugar desconocido significa reiniciarte, resetear tu mente para adaptarte a lo nuevo, y en ese punto de inicio, eres el ser más vulnerable de la creación, porque te falta todo el apoyo, tu zona de confort, tu lugar conocido desde la niñez, y ese punto de vulnerabilidad, es elegido por un... "permito aquí que vosotros mismos le pongáis calificativo" para apartar a los más indefensos, los niños, los angelitos divinos sin maldad, sin posible defensa, sin pecado; los portadores de la inocencia. Los aparta de sus padres y los encarcela y hacina en jaulas... ¿Cómo se puede permitir eso? ¿Cómo se puede ser tan... "otra vez os permito decidir el calificativo"


Al parecer, hoy se ha dicho que ya no separará a los hijos de los padres, pero no nos hagamos ilusiones, lo hará, para encerrarles en jaulas a todos juntos.

¿Pero se puede ser peor?....

Ni quisiera decirlo aquí, pero así lo he sentido.

Cuando vi las jaulas, los niños indefensos, los guardas...

No lo voy a negar, mi mente se trasladó a un lugar lejano en la historia. Alemania; II Guerra Mundial; campos de concentración Nazis bajo el mandato de Hitler.

©copyright Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta
Fotografía obtenida de Internet.

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