jueves, 12 de abril de 2018

Una etérea y sutil evanescencia...

No le vio...Hasta que…

muriendo su ser de ausencia,
en un suspiro
de insegura inconsciencia,
manifestó
un latido de existencia.


Flotó el abismo
entre el aire y su aliento.
Palideció de infamias,
el rumor más nítido,
del más oscuro viento.

Como tornado,
borrador continuo
de sobrantes universos.
Rió burlón,
entre ambos cuerpos,
un frío helador
del más devastador
y venteado elemento.

Flotaron sus brazos
en la corriente
ondulante de la brisa.

Su boca
se llenó de aguaceros
de la más sabrosa,
dulce risa.

Corrió alegre
hacia refugios renovados,
cual soportes,
luz de guía de sus manos...

Entre sus pilares extendidos…
desapareció,
su ser,
su voz,
su conciencia.

En un divino amanecer
perdido
de etérea y...
sutil evanescencia.

Soñará
desaparecer
revuelta en su brisa... 

Un segundo,
de un día.

Algún día

© Mercedes Del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta

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