No puedo mirarle,
Me turban sus ojos
Me turba su sangre…
Me duele el dolor
Que mancilla su carne.
Su cara, sus manos,
Su boca, de gesto
inconmensurable…
Me duelen sus ojos,
Por los que resbalan
De modo incansable
Mil gotas sangrantes…
Coronan sus sienes,
Espinas punzantes
De rosas silvestres…
Espinas agudas
Y muy penetrantes.
¡Yo, no puedo verlo
No puedo, mirarle!…
Derrocha su gesto
Amor, expresado
En amores fraternos,
Hacia sus semejantes…
¡No, yo, no puedo,
No puedo mirarle!
Me duelen sus duelos
Me duelen sus carnes
Me duele el dolor,
Que siente su madre…
¡Me duele, me duele.
No puedo mirarle!…
Descubro mi pelo…
Me acerco a su carne
Con mi propio velo,
Enjugo su sangre…
¿Qué veo Dios mío?
¡Su cara en mi tela,
Su faz, en su sangre!…
¡A mí, que me duele…
El dolor de su carne!
Y por más que lo intento…
¡No puedo mirarle!
© #AbuelaTeCuenta 2017
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