El camino se había hecho extenuante, fardos,
maletas, los pequeños, que en tantas ocasiones se habían escurrido de los
brazos durante la marcha a pie, en infinidad de ocasiones se habían quedado dormidos y habían caído
como sacos carentes del sostén que a los humanos nos suelen proporcionar las piernas.
Sus oídos se habían acostumbrado a grandes
estruendos de misiles, ruido de bombarderos, helicópteros, tanques… Sus papilas
gustativas, se habían hecho al sabor de la pólvora y polvareda de escombros que
en todo momento conseguían hacerse rechinar entre sus dientes… Sus retinas, endurecidas por la
impotencia habían grabado el dolor, la carne dividida, la evisceración, o
desentrañamiento, el brotar de la sangre, las más horribles y diversas formas de muerte se
guardaban una y otra vez en el recuerdo de los infantiles cerebros…
La llegada al recinto cerrado fue vivida como un
logro, una alegría, una esperanza de Navidad en una noche de Nochebuena… El
suelo extraño ofrecía un remanso vallado que negaba la
libertad y las comodidades de una casa al uso, más… por el momento, librarían a sus bocas del destructivo sabor y masticado de pólvora.
©Mercedes Del Pilar Gil
No existe mejor opinión que la tuya! No te cortes, comenta, comparte, participa!!!
#AbuelaTeCuenta Copyright © 2016
AbuelaTeCuenta All rights reserved
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios son utiles e importantes
Gracias por tus palabras.