Ayer
mismo por la tarde,
Cuando
mordí una castaña,
Se
asomó un gusanito,
Que de
este modo gritaba.
— ¿Se
puede saber qué haces? –
— ¿Por
qué destrozas mi casa? –
— ¿Te
gustaría que yo ahora,
destrozase
tu terraza? –
— ¡Perdona!
–
Le contesté
quedándome abochornada.
—Ha
ocurrido sin querer. –
—No
sabía que ahí estabas. –
Como
pude disculpé
mi
intromisión en su casa.
Una
castaña busqué,
En la
bolsa de castañas.
Hermosa,
grande y lustrosa,
Digna de
ser una casa.
—Quiero
reparar mi error. –
—¿Te
gustaría gusanito?… -
—¿Mudarte
a esta casa? –
Con la
cabeza negó
El gusano
de castañas.
—En
esta casa hay recuerdos. –
—Hay
tesoros de mi infancia. –
—De
cuando era un huevecillo. –
—Antes
de ser una larva. –
Está
bien, le respondí,
Y reparé
la castaña.
Pegando
a su piel un film,
Y la
guardé en una caja.
©
#AbuelaTeCuentA
Mercedes
del Pilar Gil
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