sábado, 26 de diciembre de 2015

Formando el Belén

La Navidad le absorbió en cuerpo y alma, la noche anterior, colocó la última figurita en el belén.
Se sentía orgullosa, le había llevado mucho tiempo conseguir que las montañas pareciesen nevadas, que los limos resultasen reales, que las aguas procedentes de las montañas, pareciesen verdaderas cascadas… 
Había estrujado su imaginación a tope, y el resultado final, había merecido la pena del esfuerzo invertido. 
Lo que más le enorgullecía era pensar que  los materiales utilizados, eran tan cotidianos que no hubo de salir a buscar ninguno. La hierba la crió en una maceta bien tupida sembrando semillas de alpiste, después la recortó en diversos tamaños para adaptarla, y la había convertido en... un césped, hierbas altas, o en un ocultador ramaje. 
El agua, fue construida con papel plateado, espejos, y film de envolver. 
Pensó entonces con regusto extremo, en que los diminutos habitantes de aquel belén, con seguridad, estarían encantados de vivir en aquel lugar paradisíaco conseguido por sus manos.
Como todos los años, envió invitaciones a los vecinos para que admirasen su obra de arte.
Debía recoger la casa, no podría haber nada por medio la mañana siguiente, debería quedar todo pulcro y brillante; y... Únicamente dejó por hacer, el lavado de la ropa. 
Abrió la lavadora y guardó todo el montón acumulado durante los días en que se dedicó por entero, a construir el Belén.
Se quedó dormida pronto aquella noche... 
Realmente estaba agotada.
Nada más quedarse dormida, sintió en su cuerpo como si fuese amasada, o como un masaje duro, que la hacía renacer… como si alguien, estuviese interesado en repasar todas sus formas...
¡Durmió!
Durmió, como jamás lo había hecho, desde que era una niña pequeña.
Creyó despertarse temprano, cuando la luz de la mañana llegó a la altura de sus ojos, rebotando en algo sumamente brillante.
Tenía mucha ropa por lavar…
No comprendía qué pasaba…
""¡Debe ser la hora de que lleguen los invitados!"... Pensó...
Pudo oír cómo se abría la puerta… y cómo su marido hablaba con los visitantes…
     ¡Pasad!
   ¡Como veréis, a quedado Precioso!
   ¡Estoy seguro de que os gustará!
   ¡Ella, llegará enseguida!
  No sé qué le ha podido pasar, para que se pierda este momento, después de tanto trabajo. Tiene mucho mérito, pues lo ha hecho sola, sin ayuda de nadie. 
¡ ¡Amelia es, una verdadera artista! 

     ¿Ella?
    ¿Amelia?
    ¿Es que acaso se refiere a mí?
    ¿Por qué habla mi marido como si yo no estuviera?
    ¡Pero si estoy aquí mismo!...

Notó entonces… cómo una mano la agarraba por la cabeza, como una de esas máquinas de feria cuyo extremo termina en garra de recoger objetos…

     ¡Mirad esta lavandera!
     ¿A que parece muy real?

"La niña del vecino de al lado, me sostenía entre sus dedos, mientras mis ojos permanecían cegados por el reflejo del sol en el agua del río, hecho con papel de aluminio que yo misma había construido el día anterior...

Miré en mi derredor y… Quise morir en cuanto que vi el inacabable montón de ropa que aún me quedaba  por lavar"…


     ¡SocOrroOOooooo!
             ¡SocOrroOOooooo!
Copyright © 2015 AbuelaTeCuenta All rights reserved 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios son utiles e importantes

Gracias por tus palabras.