La lluvia
se despertó,
con ganas de verter agua,
Alegres los
angelitos,
bombas de globos lanzaban.
La tierra
estaba seca,
y la sed la cuarteaba,
Bebía el
agua fresquita,
agua de lluvia bien clara.
La tierra
vertía aromas,
de recién tierra mojada.
El agua de
angelitos,
a la tierra la empapaba,
Llegaba hasta
las semillas,
que en sus entrañas,
como tesoros guardaba.
como tesoros guardaba.
Pasados
algunos días,
cuando la tierra secara,
Brotaron verdes
ramitas,
que como gemas brillaban.
Cada ramita
un tesoro,
cada tesoro una planta.
Nos dejó
aquella lluvia,
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