La
intención de seguir siendo solo amigos, se desvaneció como se desvanece un
diamante dentro de un vaso de agua.
Habían
quedado para estudiar.
Tiempo de exámenes, quedaban sólo unas horas y aún
tenían muchas lagunas (nunca mejor dicho para un examen de geografía).
Abrieron
el Atlas por el mapamundi y fueron paseando por él sus dedos. Por distintas
regiones, distintos macizos, distintos
cerros hasta llegar a unir las puntas de sus jóvenes, inquietos y
lujuriosos dedos índices.
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