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domingo, 10 de febrero de 2019

Valoración de Las Vacaciones que iluminaron mi Vida por el profesor de la UCA José Antonio Hernández Guerrero

Valoración de la novela 
"Las Vacaciones que iluminaron mi Vida" 
Por el catedrático de la U.C.A. (Universidad de Cádiz) 
en Literatura, 
y Literatura Comparada,
Don José Antonio Hernández Guerrero

El relato de unas vacaciones constituye un examen introspectivo, de

los ecos que los comportamientos perversos de quienes maltratan,
prostituyen y ensucian las relaciones amorosas. Es un análisis minucioso, agudo y profundo de la relación íntima del amor con el bienestar humano.

A lo largo de la narración en la que Juan, que es un hombre ingenuo, bueno y cariñoso, está dotado de una elevada habilidad para identificar y para explicar las resonancias íntimas de sus experiencias cotidianas, de las sensaciones, de las emociones y de los sentimientos que le producen las frustraciones y los éxito de sus generosas entregas amorosas y las felices consecuencias de unas vacaciones desafortunadas.

La manera “emotiva” de describir un paisaje invernal en medio del
más sofocante estío, arranca de manera irreprimible su entusiasta
exclamación:
“¡Que bellas son las cosas cuando están alejadas de la destructiva
mano del hombre!...
¡Qué inmensamente bellas!... (24)

Y es que, efectivamente, los propósitos y las expectativas de Juan
son tan ilusionantes que, conforme se acerca a ese pueblo que la publicidad le ha pintado como un paraíso, experimenta una extraña emoción, que somatiza en una “sensación” que comienza a pervivir como un “hormigueo en sus pies, que horripila sus brazos, y que se adentra en su garganta en forma de ahogo como de llanto retenido; para terminar humedeciendo sus ojos, que llega a desbordarse incapaces de contener la inmensa emoción que les cautiva” (24).

Sus sensaciones y su sentimientos negativos también están
estrictamente matizadas cuando describe la desilusión que experimenta tras comprobar las deficiencias del lugar elegido para sus vacaciones de agosto y que le proporciona “una horrible muerte lenta, cercada por el silencio destructivo, aburrido `mortal´” (27).

El silencio es aquí -afirma- el rey…
Un silencio que Juan explica mediante una expresivas imágenes: Ese silente sigilo se hace denso, cortante, y se extiende como bruma en un día nublado; caminando de calle en calle hasta cubrirlas todas y por entero de callado rumor de silencio, oscuro, espeso, tupido y aburrido como la misma muerte (48).

Y es que, siguiendo a lo largo de todo el relato un expresivo juego de paradojas –otro de los recursos más usado en la novela-, dibuja con idéntica nitidez las impresiones que le causan los ruidos de las carcajadas que “irrumpen en la oscuridad de la noche cortándola y traspasando el silencio que la envuelve. Taladran paredes hasta clavarse en lo más profundo de sus oídos como estiletes lanzados por oscuros ninjas camuflados por sus trajes negros en el vacío sepulcral de la noche, que consiguen mantener sus ojos
abiertos de par en par como si fuesen los de un pez, carentes de párpados y pestañas. Redondos y sobresalientes, a los que fuese imposible cerrar (36).

O, por ejemplo, el retrato que dibuja de Pepe -que posee una tienda-
bar-comercio-carnicería-pescadería-mercería-ferretería en la que hay de todo y en la que él es el confesor oficial- el psicólogo y el médico del pueblo de la Olla. Un hombre de pueblo, que lleva al pueblo “en su apariencia exterior” y “dentro de sí”. De los que el pueblo ha penetrado en sus entrañas y ha instalado dentro de su alma las raíces” (46).

En contraste con ese denso silencio, reina también a otras horas los
ruidos antes desconocidos:
“le viene dada como por añadidura a la inquietante quietud de
silencio, la insólita virtud de multiplicar por mil los propios ruidos
corporales, del palpito de sus sienes, de la entrada y salida del aire en el interior de sus propios pulmones, de los latidos cardíacos, o sus insólitos borborigmos que hasta ahora, tras sus treinta y tantos años, desconocía de su existencia.

Por eso afirma: ¡Ven a mi casa rural para descubrir que no eres más
que una sucesión de ruidos continuos tirados sobre una cama…etc.
… Resulta gracioso darte cuenta de que en realidad no eres más que
una sucesión de diversos ruidos en diversas tonalidades de sonido, y que jamás en treinta y cinco años te habías dado cuenta (49).

Y el otro causante del malestar:
¡Amanda!
Esa sucesión de letras, ese simple nombre le duele, le hace daño, le
desgarra el alma por dentro, aplastándole el corazón y arañándole las entrañas...

Mi Amanda, la que en otro tiempo me podría hacer morir de amor, se ha convertido en mi dolor, mi mentira, mi desamor… ¡Mi desesperación!
¡Mi maldición y mi desgracia!

“ARMANDA”, LA LLAMA SU MADRE… y qué razón tenía…
¡AR – MANDA! (67 – 68)
Amanda lo llenaba todo con su nombre en su minúscula vida (70).
“Cuanto más la amaba, cuanto más crecía en mí la admiración hacia ella, más se enterraba, más bajo aún que sima abisal, mi imagen. Mi propio yo se deslizaba sin cesar en las más recónditas profundidades. En la profundidad mayor que pueda hallarse entre las fosas de las Marianas” (72).

A partir de entonces, y para ella, había dejado de llamarme Juan.
Había dejado de tener nombre, me había convertido para Amanda en “Piltrafa”.
Ni siquiera era: Juan Piltrafa.
Era únicamente “Piltrafa” (73).

Insensiblemente me fui convirtiendo, embutiendo en el nombre,
como si me hubiese introducido dentro de una crisálida… (73).

“Cuando la conocí, la consideré el Arca de mi felicidad, el eslabón
faltante de mi cadena de ADN. El imprescindible motor que proporcionaría latidos constantes a mi corazón, ahogado en su sangre por un simple latido del corazón de ella… (76).

… Cuando la vi a la mañana siguiente de la primera vez que
dormimos juntos, con la cara lavada, sin sus “arreglos”, continuaba siendo guapa, hasta puede que más, y era aún más bella sin maquillaje, pues es la suya una belleza pura, natural, inmaculada. Mucho más dulce y graciosa que cuando se hallaba retocada por sus pinturas y sus aderezos de “pose” o de sigilosa “guerra” (77).

El contrapunto, sin embargo, está en Zapatitos -el gato aquel que,
Juan encontró, abandonado al lado del contenedor de la basura, después de su desastre de matrimonio. Era el fiel reflejo de sí mismo, de su situación,
de su falta de amor, de su realidad de absoluto abandono. Él fue quien lo rescató con su desinteresado cariño.
Pero, sobre todo, fue Marta, la vecina jovencita quien, simplemente
utilizando los nudillos, tras comprobar que acababa de regresar de las vacaciones, llamó a su puerta generando un intenso nerviosismo que le hizo temblar las piernas y las manos, y unas intensas palpitaciones del corazón.

Y es que, esta es la conclusión:
“no se puede dejar de amar cuando uno lo desea, o cuando lo necesita…
Los sentimientos llenan el sistema límbico de nuestro cerebro a su
aire, anidan en él para acomodarse allí por el tiempo que ellos mismos
determinan y no hacen caso de lo evidente, ni suelen hacer caso alguno de la razón”.
“Pienso que la mayor parte de las veces amamos únicamente para
sufrir por amar, sin que nosotros mismos hallemos remedio para ese
horrible mal capaz de destruir el resto de nuestra vida” (80).


💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖

Muchas gracias. Muchísimas gracias.

jueves, 7 de febrero de 2019

No, no quiero!


No deseo más amor
que el de la noche.
Más amigo 
que la luz
de un sol en la mañana.

No quiero más caricias 
que tu nombre;
arrullando mis oídos
en la calma.

No quiero recorrer
más horizonte
que tu pecho,
latiendo junto a mí
de madrugada.

No quiero; no, no quiero...
más jardines
ni más flores,

que las rosas de tus labios
renaciendo en mi boca,
y en mi cara.

© Copyright 

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Te esperé

Te esperé esta mañana
ya marchita la luna,
que a la noche helaba.

Te esperé cuando el día
repartía la luz,
en feliz alborada.

Te esperé a la sombra
de los brillos de un sol
que quemar amenaza.

Te esperé… y una lluvia
se vertía en mi cara.

Daba paso a la bruma
de silencios oscuros
que en mi alma anidaban.

Y esperé en tu recuerdo,
una luz de esperanza…

Ha partido la luna
se ha perdido la noche
se deshace en suspiros
la esperanza, y la calma.

©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
☀☀☀☀☀☀☀☀☀☀☀☀

domingo, 3 de febrero de 2019

El frío en el cuerpo

Hoy tengo al frío
metido en el cuerpo.
Acurrucadito…
De mi espinazo,
justo en el centro.
Le arropo, le cuido
Le pongo mantita,
Mi batita roja…
Calcetines nuevos…
Ato a mi cintura
bufanda de cuello
Estás ahí frío…
te siento, te veo…
¡Yo, tengo al frío…
Metido en el cuerpo!
¡Hola, soy yo, frío…
Y qué a gustito…
Estoy aquí dentro!
Me arropan, me cuidan
me gusta, me encanta,
el nuevo contexto;
esta nueva casa
en la que me encuentro…
Aquí, en este espacio,
me siento contento.
¡Ay, cómo me gusta
Este nuevo cuerpo!
Me arropan, me cuidan
me sacan el frío
que llevo en exceso…
Y tan a gustito
tan genial me siento,
que ya no me cambio…
Me quedo aquí dentro
en esta, mi casa
el cuerpo que habito…
¡Que ahora es mi cuerpo!


©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta
⛄⛄⛄⛄⛄⛄⛄⛄⛄⛄⛄⛄
🙅

sábado, 2 de febrero de 2019

La guerra en la Tierra.


Hoy he grabado PAZ
en tu espada de guerra.

He nombrado la PAZ
en un lírico eco,
de disputas guerreras.

He desleído la PAZ,
en un zumo encerrado
de viajera botella.

Y lancé un cohete de PAZ
hacia mundos vacíos,
de gentes, y lenguas.

He dejado mensaje,
extendido en estrellas,
que derramen la PAZ

En lugares ocultos…

En países en guerra;
y no quede un rescoldo,
De la guerra en la Tierra.

©Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta 2019

PAZ

martes, 29 de enero de 2019

Las vacaciones que iluminaron mi vida en la facultad de derecho de Cádiz

Maravollosa tarde, llena de maravillosas y emotivas palabras pronunciadas por el profesor José Antonio Hernández Guerrero y dedicadas a mi novela "Las vacaciones que iluminaron mi vida" Resuena aún, junto a su voz en mi oído:

---¿Recuerdas, Mercedes lo mucho que me gustó tu primer libro?...

---¡Sí!

---Pues este, me gustó mucho más... Muchísimo más.

Muchísimas gracias por esas palabras que son infinitamente importantes para mí, ya que proceden de la sabiduría hecha persona.

Se sirvió la tarde

de un sol brillante

que después dio paso

a una luna tibia

con ramos de estrellas.

Y lucieron lirios

de luces de luna

bañados de letras.

Letras que brotaron

como maravilla

ensalzando un libro

de esta torpe estrella.

Gracias. Copyright Mercedes Gil
#AbuelaTeCuenta, #LasVacacionesQueiluminaronMiVida, #MercedesdelPilarGilSánchez,
https://www.agapea.com/Mercedes-del-Pilar-Gil-Sanchez/Las-vacaciones-que-iluminaron-mi-vida-9788494695025-i.htm





sábado, 26 de enero de 2019

Descubrí tu madrugada

Descubrí tu madrugada,
bajo un influjo de invierno,
amoratado de helada…
Arropándote, de niebla,
tupida, de luna nueva.

Vigilé tus movimientos…
leí en silencio tus versos…
me arroyó, tu luna plena.
Me acerqué a tu alborada,
llegada, la luz primera,
de la bella primavera.

Descubrimos los colores,
de ignorados amores,
nacidos entre mil flores
de valles de mil estrellas.


Nos unió por fin la tarde,
disfrutando del verano
bajo el sol, acalorados,
rebozados por arenas.

La noche, trajo al otoño,
a los rostros despojados
del albor de primavera.


¡Que les encuentre la bruma
a nuestros cuerpos unidos…
Retozando, en las estrellas!


© Copyright © 2018 All rights reserved Mercedes del Pilar Gil Sánchez (aporreadora de teclas, por simple afición) 

miércoles, 16 de enero de 2019

A Cádiz

A Cádiz le cantan 
el sol y la luna,
la bulla, y la fiesta.

Le abanica el viento
le asombra la sombra,
el arte y la feria.

Y Cádiz convierte
en aire, la pena.

Le ríe a la calle...
sonríen las olas 
a playas de vida,
de sal y de arena.

Y le canta Cádiz
a sus habitantes,
que como él sonríen
a los sinsabores...

que todos los días,
recibe la vida
vestida de feria.

Copyright 2018