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jueves, 30 de noviembre de 2017

Un cuento de Reyes

Una mañana en el colegio…
—Lili, estoy muy preocupada e inquieta.
—¿Qué te pasa Lolina?
—¿Has leído el cuento de los Reyes Magos?
—¡Sí! Y…
—¿En tu casa hay chimenea?
—¡Sí! ¿Por qué?...
—¡Nada, que en mi casa… no hay chimenea!
—¡Vaya!
¡Pues eso sí que es un problema!…
Por la tarde, ya en casa
—Mamá ¿Cómo traen los Regalos, los Reyes Magos?
—Todo el mundo lo sabe Lili.
Los Reyes, se descuelgan por las chimeneas de las casas y dejan sus presentes frente a ella, o al lado, o si estuviese limpia, los dejarían en el mismo fogón, sobre la leña.
—¡Oh, mamá… Qué pena!
—No te entiendo Lili… ¿Qué te da tanta pena?
—Mi amiga, Lolina, que en mi clase es mi compañera…
Mamá… ¡Que en su casa no hay chimenea!…
—No te preocupes Lili, que seguro… encontrarán los Reyes solución para ese dilema.
Verás, mi cariñito… Como todo se arregla.
—Pero, por si acaso… Mamá ¿Podré pedir a Sus Majestades… para Lolina la bici que ella desea.
Para que los Reyes puedan bajarla aquí, por la chimenea?
—Dime Lili ¿Dónde vive, Lolina?...
—En una casita sin luz ni agua, y sin chimenea.
—Puedes decir a Lili, que no habrá problema. Daré permiso a los Reyes para que descarguen aquí su bicicleta.
©Copyright © 2017 All rights reserved Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta

martes, 28 de noviembre de 2017

HE VISTO UN BELÉN

He visto un belén
En la tardecita de ayer, cogí un autobús con mi abuela; volvía de Cádiz y ese autobús tenía, una forma nueva.
—¡Parece un belén!
¿Te has fijado mi nena?
Le rodean montañas…
En el centro, un valle, donde lavan la ropa, gentiles lavanderas.
¿Lo puedes ver Ana?
¿Lo ves, desde esta ladera?—
Encogí los hombros, y… pronto pensé…
¡Hay que ver las cosas, que dice mi abuela!...
Pero lo iba viendo…
Lo vi; y vi, también la ladera.
Una madre gestante, sube al autobús y en el centro del valle se asienta.
Y allí mismo, en el asiento de al lado, una amiga se encuentra.
—¡Qué de tiempo María!— Su amiga comenta.
—¿Qué tal Isabel?... La gestante contesta.
—Te veo gordita… ¿Para cuando estás?—“Hablaban las amigas del próximo parto de ella”.
—Muy pronto, en diciembre. Para las fiestas.—Contestaba María, a su amiga… que pregunta resuelta.
—¿Es niño o es niña el tesoro que esperas?—
—¡Niño, Jesús! Ya tiene nombre, y es bueno, se nota bondad en el reposo que lleva.—
—¿Y qué tal va todo?... Tu marido… el trabajo… tu casa, tu familia…
—No, yo no trabajo… Ya sabes, el paro… Mi marido que es carpintero, trabaja labrando madera.
Estamos ahora mal de vivienda. Me han prestado un portal, un antiguo garaje, en un campo, a las afueras. Es bonito y caliente, al lado tenemos un redil con un buey manso, y una mula muy buena. Estaremos allí hasta el fin de las fiestas, que regresan los dueños y la casa me entregan.
¡Te espero, Isabel. Ven con tu familia. Verás que no tiene pérdida. Una luz ilumina el portal de forma perpetua, sobre el techado, igual que una estrella.
©Copyright © 2017 All rights reserved 
Mercedes del Pilar Gil Sánchez  #AbuelaTeCuenta

martes, 21 de noviembre de 2017

Biblioteca Universidad de Cádiz

Con mi agradecimiento

Conozco un lugar habitado de sueños.

Un lugar de patrañas y bolas,

de verdades sinceras, de fábulas y cuentos.

Donde las puertas visten portadas,

donde las hojas no son de ramas,

de encinas o cedros.

Un lugar en que el sol camina

entre nubes de lluvia y de viento.

Amores, batallas, paz, rumores y versos.

Donde animales animan los cuentos.

Un lugar que, burbujea de luces la noche.

Que el día regresa, cuajado de ensueños.

jueves, 16 de noviembre de 2017

"Cuentos sin Límites de Edades en la Universidad de Cádiz. por Manuel Cubero Urbano

Presentación de "Cuentos sin Límites de Edades" en la Universidad de Cádiz. Por Manuel Cubero Urbano

El poemario “Cuentos sin límites de edades”, de la escritora Mercedes del Pilar Gil Sánchez se presentó el martes 7 de noviembre de 2017 dentro del programa Se ha escrito un libro por… El acto tuvo lugar en la Sala de los Libros del Edificio Andrés Segovia de la Universidad de Cádiz.

La obra fue presentada fue presentado por el profesor Manuel Cubero, quien sentenció que “la profesión más bonita del mundo es la de abuelo, esa abuela, en el caso de Mercedes Gil, que se inventa algo para que su nieta se divierta”. Lo que recibe esa niña, según Cubero, “es algo único porque los cuentos son ensueños únicos”.

Mercedes del Pilar Gil Sánchez, visiblemente emocionada por las palabras de Manuel Cubero “y por presentar mi libro en la Universidad de Cádiz”, confesó que se había decidido “a convertirme en abuela de todos los niños porque les hablo desde la imaginación y el cariño”.

Gil Sánchez contó la génesis de sus cuentos y de dónde surgieron las ilustraciones del libro. A continuación leyó cuatro piezas de “Cuentos sin límites de edades”.

La escritora María José Solano leyó uno de los cuentos de la autora y el cantautor Pablo Bernal, alumno de la Universidad de Cádiz e invitado por Gil Sánchez, interpretó dos canciones de su repertorio.

El director del Área de Biblioteca, Archivo y Publicaciones de la Universidad de Cádiz, Ricardo Chamorro, cerró el acto e hizo entrega de los cinco ejemplares de la colección del Libro de Bienvenida de la UCA a la autora y de dos libros del Servicio de Publicaciones al profesor Manuel Cubero.

Mercedes del Pilar Gil le entregó a su vez dos ejemplares de su poemario, uno de ellos autografiado, que pasarán a formar parte de la colección Se ha escrito un libro por… y del patrimonio bibliográfico de la UCA, donde quedará custodiado para su consulta e investigación.
Transcripción del artículo publicado por la Sala de los Libros de la Universidad de Cádiz sobre la presentación de mi libro de poemas infantiles "Cuentos Sin Límites de Edades" Gracias!!!
(Una nota periodística escrita por: Daniel Heredia) Gracias!

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Presentación en Cádiz Martes siete a las siete

Invitación y Cartel para la presentación de mi libro "Cuentos sin Límites de Edades" En #Cádiz
Si el Martes día siete estás en Cádiz, no dudes en hacernos compañía. Contamos con un presentador de Excepción: Don Manuel Cubero Urbano, y con la colaboración del cantautor Pablo Bernal Sánchez. 
Ya sabes... Contamos con tu presencia! 
Con Opiniones de lectores Cinco Estrellas.
Un Libro posicionado en el número uno de su categoría

martes, 31 de octubre de 2017

Reflexiones de una abuela



Hay veces que el dolor nos impide gozar de lo que hemos amado, o de lo que nos ha hecho felices en grado sumo. 
los seres humanos somos contradictorios.



Nos duelen tanto los sentimientos, que huimos del sufrimiento por la pérdida de lo amado retirando ojos u oídos de lo que va a estar de forma perenne e indestructible en el interior más oculto de nuestros corazones.

©Copyright © 2017  All rights reserved  Mercedes del Pilar Gil Sánchez  #AbuelaTeCuenta

Doodle de Google para conmemorar Halloween.

Hoy, el Doodle de Google. Un cuento de Halloween que fomenta la amistad.
Es, como uno de mis cuentos!

sábado, 28 de octubre de 2017

Ferrolina, la pequeñita de hierro

Cada mañana Ferrolina acudía a su colegio,
vestida con su uniforme con cuello de marinero.
Ferrolina disfrutaba jugando en el recreo,
con los niños y las niñas, con juguetes, y muñecos.
Estudiaba Ferrolina los ríos y abrevaderos,
los montes y las montañas, los senderos de su pueblo.
Jugaba a la pata coja, al pillar, al escondite…
al correr, o cualquier juego…
Ferrolina, con el agua no jugaba, no viajaba a la playa,
jamás mojaba su cuerpo.
Se lo advertía su padre:
—Ferrolina, hija mía, para ti el líquido no es bueno…
—¿Me resfriaré papaíto… Le hará daño a mi pelo…?
No sabía Ferrolina que su piel era de hierro…
Su papá la construyó con latas que algún día,
fueron llenas de refresco…
Ferrolina, era burbujas, envueltas en fino hierro…
Un día la bella niña…
Acompañó a sus amigos a la piscina del pueblo…
—NO te bañes Ferrolina, es malo para tu cuerpo…—
Le advirtió su papá al cruzar por el sendero…
Llegaron a la piscina y los niños le advirtieron…
—No te bañes Ferrolina que se estropea tu cuerpo…
Tu papá nos lo previno, que el agua es muy dañina,
para ti, para tu cuerpo…
—¿Pero por qué ha de ser mala, por qué para mí
y no para ninguno de ellos…?—
Señalaba Ferrolina a los niños que jugaban
en la piscina del pueblo…
Corrió, corrió Ferrolina, saltó del borde a dentro,
Se metió en la piscina y se hundió como un plomo,
Como se hunden los hierros…
No flotaba Ferrolina,
que se hundía sin remedio…
Recordó su piel de lata, burbujas que contuvieron,
acudieron al rescate, las burbujas de refrescos,
La elevaron desde el fondo, la flotaron con esmero…
No existían diferencias entre Ferrolina la niña,
y los niños de su pueblo.
Jamás supo Ferrolina que su cuerpo era de hierro.
©Copyright © 2017  All rights reserved  Mercedes del Pilar Gil Sánchez  #AbuelaTeCuenta

martes, 17 de octubre de 2017

A Galicia... Cuatro Rosas

Cuatro rosas sin espinas,
Crecían en tu ventana
Cuatro rosas, cuatro versos…
Cuatro orquídeas reventadas.
Las rosas te protegían
Te querían, te cuidaban.
Más, la maldición se cernía
Por tu tierra fresca y clara
Cambió tu manto verde
Por el negro de las llamas
Tu vida se consumía
El viento, te arrasaba
Manipularon tus leyes
Con leyes de leyes lasas
Y te llenaron de muerte
Tú, que gozabas de vida                                                           
Tú, que de verde brillabas
Cuatro rosas, cuatro vidas
Cuatro orquídeas reventadas…

© Mercedes del Pilar Gil Sánchez
#AbuelaTeCuenta


 Repito aquí la pregunta, para que alguien me la conteste....
¿Cuánto de ese terreno calcinado tiene el valor de cuatro muertes?

Echarte de menos...



Echo de menos tu piel,
echo de menos tu pelo.
tus besos, y tus caricias,
tus miradas, mis anhelos.
Por eso, en mi ventana,
escruto a la lejanía,
de tu amor el regreso.
De tus caricias, pasiones,
de tus dulzuras, jadeos.
te busco, en la distancia,
y te hallo en mis deseos.
Te busco, más no te encuentro.
No me alcanzan tus miradas,
no estás aquí, no te veo.
Te vivo en mis recuerdos,
y te disfruto en mis sueños.


© Mercedes Gil #AbuelaTeCuenta

domingo, 15 de octubre de 2017

Hacia los sueños!

El sol corre hacia su refugio huyendo de la escasa luz que refleja la luna y yo parto hacia el descanso rumbo a los sueños.🙃

Copyright #AbuelaTeCuenta  

lunes, 9 de octubre de 2017

Presentación de "Cuentos sin límites de edades" el 7/11/2017 a las siete



En la Universidad de Cádiz El - 07/11/2017
a las siete de la tarde
Sala de los Libros;
Edificio Andrés Segovia;
Calle Doctor Marañón 3


Presentado por: Manuel Cubero Urbano
contaremos con la música y el inmenso arte de:
Pablo Bernal Sánchez.
No te lo pierdas, y ven acompañado por tus amigos.
Si vives en #Cádiz No te lo pierdas! Gracias!


http://biblioteca.uca.es/noticias/noticias-2017-1/se-ha-escrito-un-libro-por...-mercedes-del-pilar-gil-sanchez-1

domingo, 8 de octubre de 2017

Un día...

Sé que yo, nací poeta,
hace tiempo, un día,
nací, y nací poeta.
No digo, buena o mala…
No digo, blanca o negra…
No digo, guapa, o fea…
No, no lo digo…
Sólo que un día…
¡Un día, nací poeta!

Copyright #AbuelaTeCuenta 
Ni clavel ni rosa,
ni perro ni gato,
ni diente o muela...

sábado, 30 de septiembre de 2017

Ulúlame!

Ulúlame al oído, viento
y cuéntame tú que le ves,
tú que mimas con tus trinos
los senderos de su cuerpo…
Tú que deslizas sigiloso
la intimidad de silencios…
Tú, que posees capacidad
de circundar pensamientos,
de navegar aire, tiempo…
Dime pues, si sus sonrisas.
Si sus quejidos lastimeros,
si  sus labios, al fruncirse,
si sus manos, al rendirse,
si sus ojos, al abrirse…
piensan un momento en mí.
Dímelo, dímelo tú, aire,
pronúncialo en rugidos…
Ulula, su amor para mí.
©Copyright © 2017  All rights reserved  Mercedes del Pilar Gil Sánchez  #AbuelaTeCuenta

viernes, 29 de septiembre de 2017

Y Yo, le hablaba al viento.

Dormitaba el aire
en su cama mullida
de ventiscas y viento.
En su nube cerrada
en instantes sin tiempo.
Entre sueños gemía,
y contaba, un cuento.
Historias que hablaban,
de sirenas sin luces,
de princesas sin sapos...
De dragones sin fuegos.
Cenicientas sin grises,
Blancanieves sin huertos.
Contaba que los lobos,
Caperucitaban los cuentos.
El viento me hablaba
y yo, le hablaba al viento.
©Copyright © 2017  All rights reserved  Mercedes del Pilar Gil Sánchez  #AbuelaTeCuenta

martes, 19 de septiembre de 2017

Te AMABA

Te AMABA
Te amaba, mientras que tú, no sé aún si me amabas.
Suplicaba al Dios supremo la llegada de unas letras,
escritas por tus manos que un día, me acariciaran.
Tu voz, abrazada por tu aliento, aquí, a mi oído pegada,
lamer embriagadores susurros que mi anatomía cercaban
tu lengua, descubridora de  extremos, rabiosa y entrenada.
Más, mis súplicas no eran oídas, el Supremo no escuchaba.
Te amaba, y el amor, me deshacía convertida en lágrimas.
gemía tu ausencia, como alguna vez, había gemido tu llegada
entregada a tu cuerpo, y a la solidez de tus brazos aferrada.
El llanto, me derretía, me exprimía, me extraía, me licuaba,
Tú seguías ausente, sin palabras, sin susurros, sin llamadas…
©Copyright © 2017  All rights reserved  Mercedes del Pilar Gil Sánchez  #AbuelaTeCuenta

domingo, 10 de septiembre de 2017

Así llegaste tú



Llegaste como la luz, 

traspasando mis sentidos

dejando atrás una estela 

de multitud de caminos. 


Llegaste como el sonido 

llega a entrar en los oídos

erizando los cabellos, 

llenándolos de poemas

de deleitables silbidos.


Llegaste a mí, como llega

el agua a un remanso...

de arena, de mies, y olivo.


Llegaste como la marea

acariciando mi orilla,

mesándome la ribera.


Llegaste, como esa ola

que despeja los calores

que sosiega los suspiros.

Que agasaja y que peina,

que remueve los sentidos.


Llegaste como la espuma

de aire y mar concentrada

de viento, que arrastra al humo,

de belleza y seda blanca.


©copyright Mercedes del Pilar Gil Sánchez #AbuelaTeCuenta

imagen: mota

Un monstruo en la negrura!

Una especie de rugido sobresaltó al pequeño Emilio, mamá le había pedido que bajase al cuartillo de los trastos para dejar a resguardo su bicicleta de la que ya por fin había conseguido descartar los ruedines estabilizadores. Se sentía orgulloso y lleno de valor. Se había convertido en un niño mayor por fin.
Es cierto, le había costado muchas caídas, muchos sustos y raspones de rodillas y manos; eso, cuando le daba tiempo de apartarse de la bici durante la caída, la mayor parte de las veces se caía sin más, sin apercibirse de que llegaba el suelo a recibirle con dureza y la bicicleta se apresuraba a saludar el suelo más de lo que podría darse prisa en caer su pequeño cuerpo, con lo que en esas ocasiones, caían ambos casi a la vez y además del consiguiente raspón, debía aguantar el golpe producido por el peso de su pequeño vehículo a dos ruedas.
Ya no podría pasarle más, se había hecho mayor en un pis pas. Nunca creyó que se daría cuenta de que se hacía mayor pero sí, había ocurrido ante sus ojos. Era mayor, ya no usaría nunca más ruedines. 
El ser mayor venía acompañado de seguridad en sí mismo, de sentirse satisfecho, sin complejos y había ganado en valor. Podría a partir de ahora defender a su hermano en caso de necesidad.
Entró en el cuarto trastero contento y ufano, el rugido no le importó demasiado, al menos de momento, desconocía su procedencia, desconocía quién osaba poner a prueba su fortaleza de ánimo, pero estaba decidido a ser valiente y... ¿Qué era un rugido para un niño de cinco años que ya no tenía necesidad de estabilizadores en su bicicleta?
Tras posar su bici sobre su caballete, se subió a una maleta azul oscura que se encontraba vacía y en medio del cuarto, ojeó en forma circular girando sobre sí mismo y pudo ver bajo una estantería unos ojos amarillos entreabiertos y brillantes.
Se le escapó de entre los labios un grito:
—¡Mamáaaaaaaaaaa!!!!!
Mamá no estaba allí y no pudo escucharle, así que hubo de volver a pensar en sus estabilizadores y en lo importante que era ser mayor y valiente…
Comenzó a dudar… Más, pensó que debía hacer algo… Echaría a correr hasta casa y no pararía hasta que mamá le abriese la puerta.
—¡Mamá, mamá… Hay un monstruo en el cuarto de los trastos!!!!
Comenzó a manifestar este grito desde la primera escalera hasta la última, y al llegar a la puerta de casa, la aporrearía con todas sus fuerzas…
—¿Pero qué te pasa Emilio?—preguntó la vecina de abajo tras abrir la puerta alarmada por los gritos del pequeño.
—¡Hay un monstruo en el cuarto!!! 
¡Hay un monstruo en el cuarto!!!—repetía una y otra vez Emilio. —¡Y ya no necesito ruedines!...-- manifestó como nota aclaratoria.
La vecina se quedó un poco pensativa y desconcertada.
Cuando llegó al piso de arriba, su mamá abrió la puerta en el momento justo en que Emilio extendió sus brazos para aporrear la puerta, y para que el golpe fuese oído con toda seguridad por mamá, dejó caer todo el peso de su cuerpo en el gesto, que al hallar la puerta abierta le hizo caer de bruces sobre el pavimento moteado en tonos crema "a barullo", como se suelen motear las baldosas de terrazo, de esas, en las que se pierden las cosas que se caen al suelo por puro y simple camuflaje.
Mamá ayudó a Emilio a levantarse con sumo cariño intentando tranquilizarle y consolarle del golpe; pero... Emilio no pensaba en que le podía doler el choque de la caída ni en nada más que en el monstruo que rugía en el cuarto trastero.
—¡Un monstruo, mamá. Un monstruo horrible en el cuarto!!!— gritaba Emilio con desesperación, con intenso pánico que quedaba reflejado en los ojos extremadamente abiertos del pequeño.
—¿Cómo que un monstruo... Cuéntame Emilio, dime dónde has visto al  monstruo?…
¿Te ha hecho daño?...
¿Quién es el monstruo?... —Preguntaba la madre intrigada y preocupada por su niño.
Emilio no sabía explicarse… Decía… “
¡Mamá en el cuarto… 
Le vi… 
Rugía… 
Mamá era un monstruo… 
Te juro mamá que era un monstruo!”-- Mamá asentía con la cabeza mirando perpleja a su chiquitín…
—¡Vamos a ver Emilio! ¿Me puedes decir cómo era el monstruo… Me lo sabrías describir?...--
El niño responde:
—¿Mamá, describir qué es?—preguntó intrigado Emilio.
—Describir, es decir cómo son las cosas, las personas, o los monstruos… ¿Entiendes?... Si tú encuentras una caja, y sabes cómo son los cuadrados, puedes por ejemplo decir que la caja se parece a un cuadrado, o a un círculo, o a un rectángulo… O si son dos cajas o es una sola…-- explicó la mamá atenta y cariñosa.
—¡Sí, mamá! Sé qué quieres decir… 
El monstruo era... ¡Un monstruo!… Un “monstruo” que se ocultaba en la oscuridad. 
El monstruo era oscuridad... 
Oscuridad, con ojos amarillos… 
Ojos amarillos brillantes, mamá.--
—Pero… ¿Cómo eran los ojos Emilio?...
—¡Ay, mamá. Amarillos!
¡No estás atenta mamá!…
¡Los ojos eran amarillos!!!
Amarillos de oscuridad…
—¡Vamos Emilio; vamos a ver al monstruo!—contestó la mamá con decisión y valentía. 
La mamá de Emilio pensó que habían de hacer frente a la adversidad en todo momento, y si la adversidad venía disfrazada de monstruo habrían de hacerle frente con arrojo y valentía.
“Más vale un buen susto un momento, que un susto para toda la vida” pensó la mamá de Emilio más en voz queda que alzando la voz, aunque el niño la escuchó con toda claridad y enseguida pensó que seguramente su mamá tampoco usaba ruedines estabilizadores en su bicicleta.
Las vecinas que habían salido a la escalera para ver qué ocurría en el piso de arriba y a Emilio que era un niño bueno, dulce y cariñoso además de charlatán que solía embobar a todo el vecindario con sus historias de submarinos, de barcos, de aviones y demás vehículos movidos a motor, se arremolinaban alrededor del pequeño y su madre haciéndole preguntas tales como: “
¿Qué cara tenía el monstruo? 
¿Estaba el monstruo en el cuarto trastero? 
¿Cuántas patas tenía el monstruo? 
¿Daba miedo el monstruo Emilio?”
Emilio sólo contestó que sí a esta última pregunta asintiendo con la cabeza y con los ojos muy abiertos como si en ese instante recordase el susto de hacía unos pocos instantes…
La mamá de Emilio abrió la puerta del cuarto trastero sigilosa, pidiendo a su pequeño que se quedase tras la puerta donde no  pudiese correr ningún peligro.
Preguntó con un gesto al niño dónde se hallaba escondida "la oscuridad con ojos" y el niño respondió señalando bajo el primer estante de la repisa que sostenía varios libros y cajas polvorientas.
La mamá bajó la cabeza agachándose hasta ponerla a la altura de la “oscuridad de ojos amarillos”…
En ese mismo instante la oscuridad soltó un bufido que a Emilio pareció grande, pero que en realidad era un bufido pequeño. 
El niño vio con verdadero espanto cómo su mamá alargaba los brazos introduciéndolos en el improvisado cubil del monstruo perdiéndose sus manos y antebrazos en la negrura absoluta….
—¡MamAAAAAaaaaaaa!!!-- Gritó Emilio a la vez que abría muchísimo la boca, los ojos se le desorbitaban y dejaban caer del mismo modo que lo hacen las cataratas, lágrimas saladas que se dejaban perder micro segundos después en el interior de su boca y eran absorbidas por su lengua.
MamAAAAAaaaaaaa!!!-- Volvió a gritar repitiendo el gesto de terror, la catarata y la recogida de lágrimas al amparo de su lengua.
Mamá no contestó, continuaba entregando los brazos a la oscuridad moviéndolos de un lado a otro del hueco que dejaba la estantería entre su primer estante y el suelo.
Poco después, tras unos cuantos intentos fallidos, mamá retiró los brazos y como si se tratase de magia, apareció entre sus manos un trozo negro de oscuridad peluda de ojos brillantes y amarillos.
—¡Mira Emilio, qué maravilla!!!—Emilio no podía ver nada, había cerrado los ojos por el miedo de que su mamá perdiese ante el monstruo sus manos que él tanto quería y necesitaba para recibir el cariño, el amor de su mamá cada mañana cuando le despertaba con un abrazo y un beso, y cada noche cuando le deseaba buenas noches y le arropaba con extrema dulzura.
El ¡Ohhhhh!!! De las vecinas que permanecían como escolta en la escalera y en la puerta del cuarto trastero intrigó al niño que apartó las manos de delante de sus ojos y por fin vio…
—¡Oh, mamá!... ¡Dime que le adoptaremos!...
Emilio se acercó sin una pizca de miedo, no podía dar miedo a nadie… “Oscuridad” “que así le bautizaron desde ese mismo instante" era un gatito negro, desprotegido y abandonado que se había refugiado en el cuarto trastero al amparo de la oquedad que le brindaba la estantería.
—Oscuridad, escucha: Nunca más estarás solo, ni tendrás necesidad de rugir o de bufar, porque yo estaré ahí para velar por ti y defenderte; jamás te abandonaré. 
¡Te lo prometo! 
Sabré defenderte ahora que soy mayor y ya no he de usar ruedines.
Una ovación acompañó al pequeño Emilio mientras subía las escaleras hacia su piso con el peludo chiquitín entre sus manos, protegiéndole, cuidando de no apretarle o causarle daño.
—Mamá, qué bonito es Oscuridad. Seguro que le gustará que le cuide, seguro que va a estar muy contento en casa… 
¿A que sí mamá?
—¡Claro que sí, cariño. El gatito estará muy feliz con mi pequeñín!...
—¡Eh, mamá, que ya soy mayor, que ya no uso ruedines!...
Poco sabía Oscuridad de ser mayor, de valor o de ruedines, se acurrucó en las manos de su salvador y sintió que por fin alguien le quería. Enseguida entendió la promesa hecha por Emilio. Sabía que a partir de ese mismo instante, sería feliz para siempre.
"Fin"
Si lo deseas, puedes dejarme un comentario, a mi blog y a mí nos encantan los comentarios. Nos harás felices! GRACIAS!
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