domingo, 31 de marzo de 2013

Mi niña Dulce

                                     Mi niña Dulce, está dedicado a Gema y su niña Irene
                                      y por extensión, a todas las niñas "Dulces"
                                         Con todo mi cariño

En una noche clara,
un día pedí un deseo.
Lo llevo dentro guardado,
conmigo lo llevo dentro.
Pedí una niña de azúcar,
de nubes blancas y cielo.

De espuma de mar y nácar,
de aromas dulces de cedro.
Sabores de nata y menta,
limón y fresa y pomelo.
¡Yo quiero una niña dulce!,
de dulce de caramelo.

Ahora estoy deseosa,
que llegue pronto el momento.
De ver sus lindas manitas,
contar sus pequeños dedos.


Son más de treinta semanas,
de inquieta espera y anhelo.
Son más de treinta semanas,
que ansiosa espero el momento.
De ver sus lindos ojitos,
tocar su precioso pelo.

Y… esta mañana temprano,
llegó por fin el momento.
Mi familia a ver mi niña,
llegaron raudos en pleno.
Enseguida la besaron,
miles de besos le dieron.

Mi niña que es de azúcar,
de nubes blancas y cielo.
De espuma de mar y nácar,
de aromas dulces de cedro.
Sabores de nata y menta,
limón y fresa y pomelo.

Mi niña, mi niña dulce,
de dulce de caramelo.
Toda esta mezcla de mieles,
sabor se torna en el beso.

Sabe a miel y  a luna,
Sabe a caramelo.
Sabe a golosina de niño pequeño.
Sabe a nubes blancas,
Esta niña sabe…
Sabe a Caramelo.

Ya tengo mi niña dulce,
de dulce de caramelo.
Envuelta en un hermoso,
papel rosa, de suave rosa de terciopelo.

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Crisis Total



Monedita antes de que se la comiera mi perro

Crisis Total

Con el fin de llevar algo dentro de mi monedero,
Esculpí media patata e hice de ella un troquel.
Para hacer un buen relleno, Compré chocolate negro,
Al exterior dediqué, de oro y de plata papel,
Fundiendo el interior, el olor atrajo al perro,
Que miraba deseoso, pensando que el chocolate era miel.
El anverso troquelé a Don Juan Carlos Primero.
La otra cara, el reverso, de un escudo hice el troquel.
Tantas veces moldeé que el cacao se arrebató,
Se me coció la patata, y el oro trocó en níquel.
A enfriar la mercancía, la coloqué sobre un plato.
Mi perro que estaba al tanto, creyó que era para él
Con cuidado masticó, todo el chocolate negro.
Se comió las moneditas, y escupió todo el papel.
Presurosa me lancé a salvar mi gran tesoro
De un grito asusté al perro y gritando huyó aquél
En la reyerta perdí de mi fortuna el resto,
Gasté cuanto tenía en chocolate negro y cincel,
Salió huyendo mi perro, y me quedé sin papel.
El hambre no se calmó de mi pobre monedero,
Quejoso lanza bostezos, y herida tiene la piel.

Mi pobre monedero bostezando